El primer round lo ganó Ebrard

Julio Pomar

pojulio2@gmail.com

Ya no hay dudas. Felipe Calderón tuvo que bajarle a sus críticas o diatribas contra Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del Distrito Federal, cuando vio que el segundo no le entró al jueguito de dimes y diretes del panista. Ahora ya invitó Calderón a Ebrard a “colaborar” en lo del riesgo de “colapso hidráulico” en que según el panista se encuentra el Distrito Federal.

Pero lo más seguro es que le bajó al tono de las “críticas” porque Ebrard mantuvo la vertical y no se impresionó con las críticas de Calderón. El capitalino mantuvo a raya al michoacano, e hizo bien. No por ostentar Calderón el cargo de jefe de la administración pública federal tiene en sus manos la varita de la sabiduría. Está muy lejos de tenerla, como Ebrard se lo demostró a Calderón, quien se quiso disculpar, el 17 de julio, diciendo que “no reprocha ni acusa a las autoridades capitalinas de los problemas del DF” señalados por él en días anteriores (los de las inundaciones urbanas en esta época de torrenciales lluvias, concretamente) porque “acaban de iniciar su gestión”.

Luego, sin saber ya qué decir, formuló un intento –bastante fallido, por cierto– de disculpa, afirmando que el suyo fue un “llamado a la colaboración”, y que “no es cuestión de imagen, sino de entendimiento, de ética, no de estética”. Cuáles serán los problemas de “ética” o “estética” a que se refirió Calderón, no se entendió para nada, pero así los planteó el contrincante del chino mexicano Zhenli Ye Gon.

Después, ahondando en su mensaje de presunta “conciliación”, Calderón habló de un Proyecto Integral de Agua para el Valle de México, con el que busca resolver los problemas hidráulicos del Distrito Federal y su zona conurbada, con una inversión de 36 mil millones de pesos.

Ebrard, por su parte, el mismo día, martes 17, volvió a responderle a Calderón su planteamiento de “no politizar” la autorización para refinanciar la deuda de la capital por 38 mil millones de pesos que la Hacienda de Carstens no le quiere autorizar. Cuando algún reportero le preguntó a Ebrard si no sería más fácil tomarse la foto con Calderón, respondió que no, que sería un costo muy alto: “dejas la dignidad ahí”, dijo, si él ha apoyado en todo al excandidato Andrés Manuel López Obrador como presidente legítimo de México y ha estado de acuerdo en considerar a Calderón como “presidente espurio”.

Tuvo, pues Calderón qué quedarse con sus “críticas” y guardárselas en la bolsa. Round ganado fue éste por el jefe del gobierno capitalino, y lo que dijimos en el Palenque del viernes 13: “Igual que le pasó a Fox le ocurrirá a Calderón. Mientras más se lance el gobierno federal de la derecha contra el gobierno capitalino, más le irá mal en el DF y, en general, en el país”.

A lo mejor ya entendió Calderón que no las puede con Ebrard y decidió bajarle al pleito.

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