lunes, 17 de junio de 2013

Luchar, crear, poder popular: Construyendo la integración latinoamericana desde los movimientos sociales del ALBA

Katu Arkonada

ALAI AMLATINA, 17/06/2013.- [Este continente trae en su vientre una revolución. Tardará más o menos en nacer, tendrá un parto más o menos difícil, mas es inevitable, nosotros no tenemos la menor duda. Habrá victorias, habrá reveses, habrá avances, habrá retrocesos, mas vemos la llegada de una nueva era, la victoria de los pueblos frente a la injusticia, frente a la explotación, frente a la oligarquía, frente al imperialismo; cualesquiera sean los errores humanos, cualesquiera sean las concepciones equivocadas que puedan entorpecer el camino, la revolución es inevitable! (Fidel Castro)]

Del 16 al 20 de mayo, en la Escuela Nacional Florestan Fernandes, la escuela de formación política que el MST tiene en Guararema, estado de Sao Paulo, se ha celebrado la primera, y por tanto fundacional, Asamblea Continental de Movimientos Sociales hacia el ALBA. En esta asamblea se han reunido cerca de 200 delegados y delegadas de 22 países de todo el continente. Desde Argentina a Canadá, sin olvidarnos del Caribe, bien representado por las delegaciones de Cuba, Haití, República Dominicana o Curasao.

El reto no era sencillo, en un momento de reestructuración del capital, con una América Latina que no sufre los efectos de la crisis del capitalismo como en otras latitudes y cuenta con gobiernos de cambio en una buena parte de los países, se hacía más que necesaria una discusión sobre el rol de los movimientos sociales en este escenario posneoliberal. En la Asamblea Continental se dieron cita movimientos sociales de países de la Alianza del Pacifico, que resisten la acometida de gobiernos neoliberales y en muchos casos narco-para-militares, movimientos con gobiernos progresistas que se mueven en una ambivalencia entre la crítica y el apoyo a políticas públicas que benefician a las mayorías sociales, y movimientos que han conseguido impulsar revoluciones democráticas y culturales en sus respectivos países y de una manera u otra apoyan o hacen parte del gobierno. Con tan amplia gama de cartografías políticas, solo el hecho de reunirse y consolidar un proceso histórico de construcción de esta articulación de movimientos, se puede considerar que se ha dado un gran avance para seguir profundizando el horizonte del ALBA que nos han legado los dos grandes arquitectos del proceso de integración regional, los comandantes de la revolución latinoamericana Fidel Castro y Hugo Chávez.

Breve historia de la construcción de la articulación

Precisamente este primer encuentro fue nombrado oficialmente como Asamblea Continental de los Movimientos Sociales hacia el ALBA “Hugo Chávez Frías” en homenaje a uno de los principales responsables que nos hayamos podido reunir en la Florestan. Fue a inicios de 2010 en Caracas, en reunión de líderes y operadores políticos de varios países con Chávez y parte de su gobierno, donde se dio el impulso necesario para que esta articulación continental se haya hecho realidad.

Después de una década (1990-1998) de resistencia al neoliberalismo, la victoria de Hugo Chávez en Venezuela en 1998 dio paso a una nueva etapa de construcción de propuesta y ofensiva frente al Imperio que tuvo una referencia con la derrota del proyecto ALCA en Mar del Plata en 2005. Un año antes Cuba y Venezuela habían dado nacimiento al ALBA y un año después en 2006 Bolivia se incorporaba a este proyecto de integración regional. En 2007 se da otro paso importante en la construcción de este proyecto de integración cuando durante la V Cumbre del ALBA-TCP realizada en Barquisimeto (Venezuela) se realiza un encuentro de movimientos sociales que alumbra la Declaración de Tintorero(1) donde se propone la creación de un Consejo de Movimientos Sociales del ALBA (CMS-ALBA) con el mismo rango en el organigrama oficial que el Consejo de Ministros. En julio y octubre de 2008 se dan dos pasos importantes más en la construcción de un proyecto continental de los movimientos sociales hacia el ALBA que vaya más allá de un Consejo de Movimientos Sociales únicamente de países del ALBA. En julio en la Escuela Nacional Florestan Fernandes, la misma escuela del MST donde se ha realizado la I Asamblea Continental, se realiza una reunión de líderes de movimientos sociales que cristaliza en octubre durante el III Foro Social de las Américas con la redacción de la Carta de los Movimientos Sociales de las Américas que poco después, en enero de 2009 durante el Foro Social Mundial realizado en Belem do Para (Brasil) es lanzada oficialmente con el nombre de “Construyendo la integración de los pueblos desde abajo. Impulsando el ALBA y la solidaridad de los pueblos, frente al proyecto del imperialismo”.

Ese mismo año se celebra una nueva Cumbre del ALBA-TCP en Cochabamba, Bolivia, mientras se realiza en paralelo la Primera Cumbre de Consejos de Movimientos Sociales del ALBA-TCP, y entre esa reunión en octubre de 2009 y la realizada en Caracas con el comandante Chávez a inicios de 2010 se da inicio a la construcción de capítulos nacionales no solo en países del ALBA, sino en todo el continente, en un proceso impulsado desde una secretaria operativa a quien hay que agradecer, a pesar de las limitaciones, el haber podido llegar a la I Asamblea Continental con la presencia de 22 delegaciones, con capítulos nacionales más consolidados, como puede ser los de Argentina, Cuba o Perú, y otros en proceso de construcción.

Resultados de la Asamblea Continental

En el manifiesto final(2) de la Asamblea se apuesta por lograr la autodeterminación de los pueblos y la soberanía popular en todos los órdenes: territorial, alimentario, energético, económico, político, cultural y social. Además se manifiesto el apoyo y solidaridad al pueblo colombiano en su anhelo, que es el de todas y todos, de lograr una paz que solo puede venir acompañada de justicia social. También manifestamos nuestro apoyo al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y a su/nuestro Presidente Nicolás Maduro.

Pero más importante que el manifiesto final es un documento, aún en proceso de trabajo y edición junto con las relatorías de los grupos de trabajo y plenarias, donde se elaboran y desarrollan 5 líneas de trabajo para las acciones de los movimientos sociales frente a los enemigos comunes. En primer lugar se sitúa la lucha contra las empresas trasnacionales y el capital financiero, haciendo énfasis en la defensa del control estatal y publico de los recursos de la naturaleza, especialmente agua, minería y energía. En segundo lugar se desarrollan diferentes propuestas para luchar contra la militarización del continente y la criminalización de la protesta social, señalando las bases militares de Haití, Honduras, Panamá, Puerto Rico, Guantánamo, Colombia y Malvinas, etc., el retiro de las tropas de la MINUSTAH de Haití o la liberación de los 5 cubanos presos en Estados Unidos por su lucha antiterrorista, que siguen siendo cinco aunque uno de ellos ya está en Cuba. En tercer lugar tenemos como línea de acción la lucha por la justicia ambiental y climática con la propuesta de construcción de un nuevo paradigma de convivencia con la naturaleza, basado en los principios del Buen Vivir, los saberes de los pueblos originarios, el ecosocialismo y los valores de una nueva civilización. La cuarta línea de acción común es la del internacionalismo, la solidaridad entre los pueblos, donde se destaca un llamado a acompañar las próximas citas electorales en Honduras, Panamá y El Salvador.

En quinto lugar se sitúan un listado de acciones conducentes a la construcción de espacios continentales de articulación del poder popular, desde la construcción de medios de comunicación popular al intercambio en procesos de agroecología, reproducción de semillas y la búsqueda de la soberanía alimentaria.

Además de las líneas de acción, en los documentos de trabajo de la Asamblea se hace especial énfasis en líneas de acción dirigidas a la comunicación y a la formación política. Ya está en marcha la Editorial ALBA Movimientos y además de la propia Florestan Fernandes, contamos con la Escuela Latinoamericana José Carlos Mariátegui en Argentina y la futura escuela de formación política “Hugo Chávez Frías” que celebrara su primera edición entre enero y febrero de 2014 en una comuna de Concepción, Chile, cuyo alcalde, mapuche, se formó en la Escuela Latinoamericana de Medicina de Cuba. También en el terreno de la comunicación se antoja necesario reforzar herramientas como ALBA TV.

Finalmente, los documentos de trabajo hacen un listado de distintas actividades de movilización continental, en defensa de diferentes procesos revolucionarios de Cuba, Venezuela, Bolivia o Ecuador o de los pueblos de Honduras y Paraguay (que en junio cumplen aniversario de los golpes de Estado). Asimismo hay una solidaridad expresa a las luchas en Medio Oriente y apoyo al pueblo palestino, sirio o kurdo.

Para terminar, se reafirma la voluntad de continuar adelante en la construcción de nuestro Proyecto de Integración Popular de carácter anti-capitalista, anti-imperialista, anti-neoliberal, anti-agronegocio y anti-patriarcal como forma de construcción de una sociedad igualitaria y socialista en nuestros países y en todo el continente.

Mirando hacia delante

Si bien el hecho de celebrarse la Asamblea y consolidar la Articulación es en sí mismo un gran avance, esta Articulación Continental de Movimientos Sociales hacia el ALBA no va a poder profundizar en un proyecto continental de integración poscapitalista si no consolida capítulos nacionales en cada país del continente. La unión en la diversidad, siempre bajo el horizonte del ALBA y el socialismo, es el camino para seguir avanzando. Para ello todos y todas debemos reforzar la secretaria operativa en manos del MST de Brasil con la colaboración de organizaciones de Cuba, Argentina, Venezuela y Colombia.

Los próximos meses serán claves para ello pues se va a agudizar la disputa geopolítica entre una Alianza del Pacifico impulsada por Estados Unidos y los gobiernos del ALBA. En ese sentido, el segundo semestre de 2013 contara con la Presidencia Pro Tempore de Venezuela en el MERCOSUR y de CUBA en la CELAC, abriéndose la posibilidad de convergencias. En ese marco de disputa, es fundamental el apoyo desde los pueblos al ALBA y a los procesos de cambio en el continente. Los movimientos sociales deben convertirse en retaguardias estrategias de los gobiernos del ALBA, al mismo tiempo que estos gobiernos deben ser retaguardias de las luchas continentales por la construcción de un proyecto emancipador socialista.

Lo anterior nos lleva a pensar quien es el sujeto de la integración. He aquí una tarea fundamental con la que nos provocaba en la Asamblea François Houtart, quien junto con Isabel Rauber, Claudio Katz y Gustavo Codas, acompañaron nuestros debates en la Florestan en su calidad de intelectuales orgánicos de la construcción de un proyecto político continental. La respuesta es clara, el sujeto de la integración solo puede ser un sujeto colectivo, construido desde las luchas de los pueblos, desde abajo y a la izquierda. Ese sujeto colectivo debe ser fruto de una articulación entre gobiernos, partidos políticos y movimientos sociales del continente.

Y como la praxis necesariamente debe ir acompañada de la construcción de teoría a partir de las luchas concretas, es necesario también comenzar a pensar en los límites de nuestros procesos de cambio, necesitamos navegar entre las contradicciones de nuestros procesos, sentir y tocar sus límites, para poder pensar en un proyecto que vaya más allá de donde lo han llevado nuestros gobiernos.

Y aquí nos encontramos con la necesidad de que este proyecto político que estamos construyendo transforme tanto los modelos económicos de nuestros países (hay que saludar en este sentido la puesta en marcha del Banco del Sur de cara a buscar una complementariedad económica por encima de la competitividad que nos impone el modelo capitalista) como las prácticas culturales. El horizonte socialista que perseguimos debe ir acompañado de una profunda revolución cultural y descolonizadora en cada uno de nuestros países.

Todo lo anterior no es más que el inicio de la construcción de un proyecto político poscapitalista, que supere los gobiernos posneoliberales que vamos conquistando, y camine hacia el horizonte de una Patria Grande Socialista.

- Katu Arkonada ha participado en la Asamblea Continental de Movimientos Sociales hacia el ALBA como miembro de la delegación boliviana
* Texto publicado originalmente en la edición boliviana de Le Monde Diplomatique

Notas:

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