miércoles, 23 de enero de 2013

Se suman al levantamiento ciudadanos de San Marcos y dos comunidades de Tixtla


MARGENA DE LA O ( Enviada)

Tixtla, 22 de enero. Los levantamientos armados continúan. Hoy se levantaron ciudadanos en San Marcos y tomaron la vigilancia de las carreteras y hasta de los bancos, y el lunes, habitantes de las comunidades nahuas de Acatempa y Atliaca, ambos del municipio de Tixtla, se armaron contra la delincuencia organizada.

En las primeras 12 horas de movimiento en Atliaca hubo un muerto y un detenido. Los habitantes armados en autodefensa detuvieron a dos hombres; a uno lo liquidaron aparentemente cuando intentó huir, y al otro, su compañero, lo detuvieron y turnaron a la PGJE.

Una consecuencia inmediata del movimiento fue la suspensión de clases en los seis planteles de Atliaca, desde nivel básico hasta medio superior.

La distancia entre ambas comunidades es corta, pero cada una es responsable de su movimiento; están coordinadas, pero no homogenizadas, aclararon. A la entrada de cada comunidad hay retenes, donde hombres con rifles y machetes, y caras cubiertas con pañuelos, pasamontañas y playeras, controlan el paso; todas las personas tienen que mostrar alguna identificación para cruzar, además de que los vehículos son revisados escrupulosamente.

En el retén de Acatempa, la primera comunidad levantada de camino a Apango, municipio vecino a Tixtla, unas 100 personas regulan el paso. Uno de los hombres de esa comunidad levantada mencionó las razones de la autodefensa: “el pueblo se levantó por lo mismo de que el gobierno ya no nos quiere, no creemos en el engaño de lo que viene prometiendo; el pueblo ya está cansado; no hace justicia en contra de los maleantes, y entonces el pueblo se alzó para hacer seguridad”.

Pero el movimiento de autodefensa de esta zona comenzó en Atliaca. A las 15 horas de ayer, la gente detuvo a siete personas, entre ellos una mujer, y las acusaron de extorsionar a los comerciantes de la comunidad. A cinco los detuvieron en el tramo carretero Tixtla-Chilpancingo; a los otros dos, en el pueblo, entre ellos la mujer, cuando viajaban en una camioneta.

Los habitantes intentaron lincharlos, pero policías municipales intervinieron y los rescataron. Rozando la noche de ayer, trasladaron a los siete a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).

El retén de esa comunidad está justo en la señal de carretera en la que se lee: Atliaca, 6 mil 436 habitantes. A partir de ahí, hasta el centro del pueblo, las escenas más comunes son las mujeres asomadas en las puertas, como si temieran salir; los hombres jóvenes reunidos y platicando en lugares visibles del pueblo, y los ancianos observando, armados, desde las esquinas.

Casi todo el pueblo está sumando, se sabe porque en la calle Juan Alvarez, frente a la primaria Redención Proletaria, mujeress cocinan en grandes tambos de aluminio, para alimentar a los habitantes armados en su autodefensa.

Un muerto y un detenido

En la calle Vicente Guerrero de la colonia Modesto Lozano, de Atliaca, amaneció el cadáver de un hombre. Era joven (parecía no rebasar los 20 años), moreno, de cabello corto, oscuro y un poco ondulado; vestía pantalones de mezclilla y una sudadero con capucha color negro.

La posición en que quedó el joven sobre el suelo fue boca abajo, aunque con el torso inclinado hacia su brazo izquierdo, y la cara sumida en tierra hecha lodo por su propia sangre. Se sabe que los habitantes le dispararon, pero no se saben qué partes le hirieron.

Las versiones de los habitantes son distintas sobre las razones del homicidio: unos dicen que era extorsionador; otros, la que más reprodujeron, fue que burló los dos retenes en una Urvan del servicio público marcada con el número 25 del sitio Transportes Unidos de La Montaña y las Dos Costas, que manejaba acompañado de otro joven; lo vieron sospechoso, le marcaron el alto, bajó y quiso huir cuando intentaban detenerlo porque supuestamente las cosas que llevaba en el vehículo, como una estufa y un tanque, eran robados. Por eso le dispararon.

Al joven que lo acompañaba lo mantuvieron detenido en la comisaría; después lo entregaron a la PGJE.

Acuerdos para parar movimiento

Esta mañana llegaron hasta Atliaca el alcalde de Tixtla, Gustavo Alcaraz Abarca; la procuradora Martha Elva Garzón Bernal; el secretario de Seguridad Pública, Guillermo Jiménez Padilla; el comandante de la Policía Federal, Salvador Bautista Vázquez; el representante de la Zona Militar 35, Rafael Hernández Nieto, y la subsecretaría para el Desarrollo Político, Rossana Mora Patiño. Los recibió el comisario municipal, Octavio Ojeda Granado. El propósito era llegar a acuerdos, aparentemente para desactivar el movimiento.

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