martes, 29 de marzo de 2011

DERECHOS HUMANOS


El Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de la Organización de las Naciones Unidas comenzó ayer un trabajo en Guerrero para documentar la situación de los derechos humanos en relación con la desaparición de personas, y sostuvo encuentros en Atoyac y en Acapulco.

El espectro de las reuniones en ambos municipios denota la amplitud del trabajo que pretenden realizar los enviados del organismo multinacional, ya que por una parte en Atoyac el tema fueron los desaparecidos durante la guerra contrainsurgente que el Estado impulsó contra combatientes y comunidades, conocida como guerra sucia; mientras que en Acapulco se reunió con familiares de personas desaparecidas recientemente, en particular en los últimos cinco años.

Destaca el caso del luchador social Rosendo Radilla Pacheco, desaparecido en 1974 por elementos del Ejército, y por el cual la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó a México a pedir perdón públicamente, iniciar una búsqueda física para determinar qué fue del también ex alcalde atoyaquense, e indemnizar a los familiares. Los enviados de la ONU recibieron de Tita Radilla, vicepresidenta de Afadem e hija de Rosendo, un reclamo: el Estado mexicano no ha cumplido con la sentencia, en concreto en lo que se refiere a la búsqueda.

En Acapulco, los encuentros –individualmente con los familiares– fueron a puerta cerrada. Los enviados seguramente conocieron los casos del arquitecto Jorge Javier Cerón Silva, quien fue uno de los primeros desaparecidos en la época reciente, y de lancheros, obreros, trabajadores que fueron detenidos por policías según testigos y no se les ha vuelto a ver, según documenta el Tadeco.

En verdad el tema da para mucho, y seguramente habrá abundante tela de dónde cortar. Las desapariciones forzadas de personas siguen siendo, como hace más de tres décadas, una realidad dolorosa en Guerrero, y demuestra que parafraseando al viejo tango, 30 años no es nada y aún, febril la mirada, los familiares siguen buscando a sus desaparecidos.

Fuente: La Jornada de Guerrero

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