José Luis Ortiz Santillán
jlosmex@hotmail.com
Cuando la crisis parece retomar su rumbo y profundizarse con los acontecimientos de las últimas semanas en Europa, en México la economía parece alejarse de la realidad y el optimismo desmedido del gobierno se derrocha. El Ejecutivo y su gabinete económico no dejan de sorprendernos con sus anuncios espectaculares, haciendo que muchos ciudadanos sin empleo y sin fortuna, hoy se pregunten en qué país están viviendo, pues su realidad les dice lo contrario a las cifras alegres del Ejecutivo y a las buenas noticias de los medios que contrastan con la cruda realidad que viven diariamente.
El 4 de mayo se anunciaba que entre enero y abril de este año se habían creado 381 mil 904 empleos, con nombre y apellido, donde seguramente no está el de nuestro lector; de los cuales 57% eran permanentes y 43% eventuales. A la vez, el secretario del Trabajo, Javier Lozano, anunciaba que sólo faltaban 212 mil 649 empleos para alcanzar el número de trabajadores inscritos al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) antes de la crisis de 2008, cifra que se podría alcanzar en los próximos dos meses.
Si vemos las cifras oficiales, el nivel más alto de trabajadores inscritos hasta hoy se alcanzó en el tercer trimestre de 2008, 14 millones 410 mil y en este primer trimestre de 2010 se registraron 14 millones 44 mil personas, es decir 365 mil menos que en aquel trimestre de 2008, cuando en agosto de ese año la tasa de desempleo había alcanzado su mayor nivel en más de tres años con 4.15% y en septiembre ésta llegaba a 4.25%. Cómo ahora en medio de la crisis y con una tasa de desempleo de 4.81% en marzo, se pretende decir a los ciudadanos que nuestro país va viento en popa y que la profundización de la crisis en Europa no afectará la recuperación de la economía mexicana, cuando el hombre del “catarrito”, hoy al frente del Banco de México, parece estar fuera de la realidad mundial.
Quién podrá decirle al presidente y su gabinete, que la crisis económica internacional es más real hoy que los muertos en Atenas. No hay una sola reforma en marcha en el sistema financiero internacional, ni iniciativas que apunten a la regulación de los mercados como han sugerido los presidentes de Francia y Alemania, sólo propuestas en el seno del Grupo de los 20 que no han prosperado aún, la crisis continúa, porque los desequilibrios persisten en los mercados.
Pensar que la recuperación en EUA y los países de Europa traerá el crecimiento para la economía mexicana en automático en la actual coyuntura es incierto aún, sobre todo, porque en México, a diferencia de China donde se puso en marcha un gran plan para incentivar la demanda interna a partir del consumo rural y de Brasil, que mantiene diversificadas sus exportaciones, en nuestro país no se hizo nada para estimular el consumo interno y la economía continúa atada a la suerte que corra la estadunidense y europea, donde la crisis surgió y sigue prosperando sin freno aún.
Si hay alguien que aún piensa que hemos llegado al fin de la crisis, hay que decirle que vea como ésta se agudiza en Europa ahora. El euro, que parecía una fortaleza ante la crisis y la debacle del dólar, se desmoronaba el 14 de mayo y alcanzaba su nivel más bajo de 1.2433 dólares, después de noviembre de 2008, ante la fragilidad de las finanzas públicas de Grecia, Portugal, España, Italia y Francia, perdiendo el 14.7% de su valor.
Ante la crisis, los mandatarios de los países de la zona del euro que habían tomado medidas históricas el viernes 7 de mayo en Bruselas para hacer frente a la crisis y asistir a cualquiera de sus socios en peligro, ahora parecían dividirse. El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, el 6 de mayo trataba de dar tranquilidad a los mercados y señalaba que no habría problemas para que Grecia cumpliera con sus pagos de deuda y descartaba todo riesgo de contagio al resto de países de la zona del euro, pero admitía que la recuperación económica sería moderada y la incertidumbre elevada. A Trichet le hacía falta un poco del optimismo del presidente de México.
Lo mejor que le podría pasar a México ahora, al margen de los exitosos datos sobre el comercio exterior dados a conocer, sería que el gobierno y los empresarios mantuvieran la cautela y tomaran en serio la necesidad de diversificar sus mercados, voltear sus ojos al sur del continente y fortalecer sus relaciones comerciales con los países de Asia, en particular con China, al cual México exporta apenas el 1%.
No es hora de decirle a los ciudadanos que todo va bien, al menos que las elecciones y sus resultados sean más importantes que el hambre de la gente, cuando miles de hogares no tienen ingresos y millones los ven reducidos por el aumento de los impuestos y precios de la gasolina, sólo basta ver el estudio de los investigadores de la UNAM publicado en La Jornada el 4 de mayo, donde señala que ha caído 47.1% el poder adquisitivo de los mexicanos en poco más de dos años.
Fuente: Forum
Difusión: Soberanía Popular
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