miércoles, 21 de abril de 2010

Hablan varios generales

Utopía

Eduardo Ibarra Aguirre

Sin publicar los nombres, por más que obvias razones, Gustavo Castillo García entrevistó a varios generales sin precisar tampoco, por los mismos motivos, a cuál nivel del generalato pertenecen: brigadier, de brigada o de división.
Hasta donde la memoria individual puede registrar, no recuerdo un trabajo reporteril de esta naturaleza, explicable en buena medida por la zozobra y hasta terror en que viven amplísimas franjas de mexicanos, particularmente en los estados de la frontera norte, Guerrero, Michoacán, Morelos y Sinaloa.
Los generales entrevistados para La Jornada, diario criticado por algunos cibernautas por presuntamente censurar dos cartones al extraordinario caricaturista Hernández, cuando justo ambos fueron publicados, empiezan por aclarar lo elemental: la preparación del Ejército es para el ataque no para la disuasión, como ocurre con los cuerpos policiacos. “Para nosotros –dijeron-- ésta es una situación de guerra”.
Por supuesto, si el primero en colocarle ese marbete fue el comandante supremo de las fuerzas armadas y lo hizo desde los primeros días de un gobierno ayuno de legitimidad en las urnas y que buscó, desesperadamente, obtenerlo con la Guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado.
Propósitos presidenciales facciosos aparte, o precisamente porque los entienden muy bien, los miembros del generalato más numeroso en la aldea global con respecto a sus tropas, aclaran:
“Los militares no somos ningunos cobardes. No rechazamos el combate. Pedimos al Congreso aprobar reformas en materia de seguridad nacional para que los miembros de las fuerzas armadas tengamos garantías en las calles. Nada más, pero nada menos”.
Tienen razón los generales, con todo y que El miedo no anda en burro fue el título de la Utopía del día 16. Perciben, además, con mucha claridad que el futuro de la fracasada e insostenible guerra de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa es de completa incertidumbre, sobre todo enseguida del 30 de noviembre de 2012, día en que para fortuna de las empobrecidas mayorías nacionales concluye el sangriento y trágico mandato que le asignó el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Con una buena dosis de realismo, plantean el escenario de varios generales procesados bajo el muy criticado --pero férreamente defendido-- fuero de guerra, bajo acusaciones de evidentes y flagrantes violaciones a la ley de leyes, y se hacen la pregunta obligada: “¿bajo cuál (ley) salieron a las calles si saben que constitucionalmente no pueden hacerlo?”
Sabedores de que el grupo gobernante los embarcó en una aventura militar, también para hacerle el trabajo sucio al gobierno de Estados Unidos y sus crecientes adictos a las drogas --aunque Janet Reno la crítica ahora con cinismo e hipocresía para justificar la intervención directa del Pentágono--, intentan justificar las barbaridades cometidas contra civiles, niños y ancianos incluidos, e incluso contra capos del narco como Arturo Beltrán Leyva literalmente asesinado por marinos, con el lugar común de que “no puede ser que tiren con un lanzacohetes y tú respondas con flores por aquello de los derechos humanos”.
Concluyo con una idea reiterada aquí, pero que en la boca de un portador del escudo nacional adquiere otra magnitud: “Por eso es tan riesgoso tener a las tropas en la calle. ¿Pero cómo vas a actuar cuando tu presidente, el comandante supremo, saca al Ejército sin ninguna garantía?”
Pese a los desmentidos de Fernando Francisco Gómez-Mont Urueta, de esta manera queda documentada la renuencia de vaya usted a saber cuántos generales a seguir participando en la guerra con la que Felipe del Sagrado Corazón de Jesús combate al narco, a la vez que cierra los ojos a la raíz del síntoma: como un gravísimo problema de salud pública, de Estados Unidos en primer lugar, pero también de México; en tanto que mantiene intocados los vigorosos y anchos circuitos financieros y bursátiles que se alimentan y reproducen a la luz del día.
Acuse de recibo
“Lo que también podemos promover es la fuerza de la ciudadanía”, propone desde Villahermosa, Tabasco, la abogada Norma Esperanza Falcón Ruiz a propósito de El miedo no anda en burro” (16-IV-10)… Unión, órgano del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, arriba a la edición número 900… El Observatorio para la Protección de los Defensores de Derechos Humanos, programa conjunto de la Organización Mundial Contra la Tortura y la Federación Internacional de Derechos Humanos dice que “ha recibido con grave preocupación información de fuentes fidedignas, entre ellas, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas sobre la vigilancia y seguimiento al señor Alejandro Cerezo Contreras, miembro cofundador del Comité Cerezo México y vicepresidente de Acción Urgente para Defensores de los Derechos Humanos AC”... Ya se encuentra en librerías la primera reimpresión de El amor intangible, de René Avilés Fabila. El prolífico escritor cumple 50 años en las letras y 70 de edad durante 2010.

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Difusión: soberanía popular

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