miércoles, 22 de julio de 2009

¿Y el Centro de Gobierno? El terreno que compró Alemán está “desaparecido”


Fuente: La Jornada de Veracruz

Considerada como la obra insignia del gobierno alemanista, el Centro de Gobierno –o Ciudad Administrativa, como se le identificó en los análisis de factibilidad y anteproyectos de inversión– sólo sirvió de pretexto para comprarle a Manuel Fernández Ávila, poderoso empresario xalapeño y ex alcalde de esta capital, más de 50 hectáreas en la zona de la ex Hacienda Las Ánimas, ahora convertida en un pujante desarrollo inmobiliario sin que se tengan informes cual fue el destino de este predio luego del estrepitoso fracaso del plan que pretendía concentrar a todas las dependencias del gobierno del estado.

En su tercer informe de gobierno, el ex gobernador Miguel Alemán Velasco se limitó a decir que “vamos a modernizar la administración estatal con servicios electrónicos. Se avanzará en la evaluación de un centro de gobierno”, pero todo quedó en buenos deseos.

Incluso, el gobierno municipal tendió una línea de conducción de agua potable denominada “Acuaférico” que parte de la planta potabilizadora en el norponiente de la ciudad, sigue por la avenida Ruiz Cortines, Ignacio de la Llave, Circuito Presidentes y llega hasta la Central de Abasto con un ramal hacia el sitio donde se establecería el proyecto alemanista, según se aprecia en el recuadro anexo.

Un análisis denominado “Programa Integral de Saneamiento de la ciudad de Xalapa ,Ver.” presentado en un taller internacional en agosto de 2002, firmado por el Grupo Integral del Agua, Consultoría y Proyectos, señala en su página 19 que “El gobierno del estado y municipio de Xalapa aportan con 120 millones de pesos actualmente para la construcción del Acuaférico, que permitirá mejorar la distribución de agua en la zona sur-oeste para abastecer a nuevos desarrollos como el Centro de Gobierno”.

En este documento, también se incluye un plano que señala el trayecto del Acuáferico y sombrea un predio adyacente a la Central de Abasto, aparentemente el Centro de Gobierno, misma zona donde ahora se desarrolla el fraccionamiento residencial de lujo denominado Monte Magno, comercializado por la familia Fernández Ávila.

Otra huella que dejó el sueño alemanista se encuentra en “la Evaluación Socioeconómica del Polo de Desarrollo y Ciudad Administrativa”, la cual justifica que “la administración pública estatal ha iniciado una reforma administrativa integral en las diferentes secretarías que la conforman. La reforma administrativa exige mayor eficiencia operativa para la atención de asuntos gubernamentales y crea la necesidad de una Ciudad Administrativa para optimizar los recursos humanos, así como el espacio de trabajo, el tiempo y costo de operación y las coordinaciones interinstitucionales en los tres órdenes de gobierno”.

El punto número 2, del capítulo IV “Identificación de Posibles Soluciones” destaca el mismo análisis que se “comprende una estrategia de desarrollo urbano al oriente de la ciudad sobre 818 hectáreas y un núcleo de servicios administrativos de 41.05 hectáreas con una meta de ejecución a cinco años y un presupuesto de mil 200 millones de pesos. La adquisicón del terreno sería por medio de expropiación de la mayor parte del ejido El Castillo”.

Más específico, en el plano IV titulado “Proyecto Centro Estatal de Gobierno articulado a un Circuito Administrativo” se propone en la etapa dos: “la adquisición de tierras destinadas al Centro Estatal de Gobierno en el sector Las Ánimas (en su caso, la adecuación de tierras aptas para esta función, en la reserva territorial”. Y Miguel Alemán cumplió esta recomendación.

En medios de prensa escrita de la época se repitió el informe de que su gobierno compró a Manuel Fernández Ávila una extensión de 50 héctareas, sin embargo, el proyecto de Centro de Gobierno no prosperó y actualmente en esa zona, cerca de la Central de Abasto, se construyen fraccionamientos residenciales como Monte Magno, Las Cumbres, La Marquesa, Rincón de la Marquesa y Bosque de Niebla, puestos a la venta en la modalidad de terrenos o casas residenciales, sin que hasta ahora esté plenamente identificado el destino de ese predio.

¿Se vendió, se regaló o simplemente, el gobierno del estado lo tiene abandonado?

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