domingo, 8 de marzo de 2009

Torreblanca se negó a la verdadera transición, critica Muñoz Ledo

a movilización, única vía para que se consiga un cambio de fondo en el estado y el país


La administración está llena de compadres, reprocha Cuauhtémoc Sandoval en presentación de libro

LAURA REYES

El coordinador del Frente Amplio Progresista (FAP), Porfirio Muñoz Ledo y el diputado federal por el PRD, Cuauhtémoc Sandoval Ramírez, coincidieron en que la movilización social es la única opción que tienen los ciudadanos para conseguir un cambio contundente en Guerrero y el país, ante la “lenta” transición democrática que no se ha obtenido ni con la llegada de Zeferino Torreblanca a la gubernatura.

Sandoval Ramírez, durante la presentación de su libro Guerrero en la transición, ayer en el Instituto Internacional de Estudios Políticos Avanzados (IIEPA) de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), dejó entrever que el triunfo del ahora mandatario pudo haber sido impulsado con el respaldo del cacicazgo y el viejo régimen priísta: “hasta se duda si ese triunfo pudo haber sido pactado con sus antecesores, mismos con los que ahora Zeferino Torreblanca se reúne para discutir los temas del estado”.

Recalcó que Guerrero no enfrenta aún una alternancia en el poder cuando se mantienen intactas todas las estructuras priístas, por lo que en estas fechas los que se asumen como demócratas no lo son en realidad.

Estado fallido

En su libro La ruptura que viene, Muñoz Ledo, asegura que México vive en un Estado fallido, al que sólo le queda el cascarón, condición que se complica más con la condición de inseguridad y la militarización como única medida para combatir al narcotráfico ante un conjunto de instituciones públicas debilitadas: “el Estado no ejerce jurisdicción. A Calderón todo le queda grande, desde el traje que se pone del Ejército, la banda presidencial, ya no digamos la silla” presidencial.

Coincidió con Sándoval Ramírez, respecto a que en Guerrero y en el país no se ha dado un verdadero cambio, si no que las nuevas administraciones están conformadas por “alegres compadres” que sólo buscan cuidar su trabajo, de lo contrario muchos ex funcionarios y ex gobernadores deberían estar en la cárcel.

Insistió en no temer a las movilizaciones sociales, pues es la única forma en que se despierte la conciencia nacional, y pidió presionar a la clase política para que sea legítimo y activo.
Una de las ponentes, la ex directora del IIEPA, Rosa Icela Ojeda Rivera, calificó al libro como un compendio sobre la transición política mexicana, las deficiencias en todas las instituciones y una muestra del visible retroceso de la izquierda ante una oposición dividida: “la falta de transparencia y la torpeza política es lo que ha detenido el avance de la izquierda, la hambresita del poder es lo que frena el cambio”.

El segundo ponente, el ex titular del Instituto Estatal de Formación Política del PRD, Netzahualcóyotl Bustamante Santín, afirmó que ambos textos muestran a un sol azteca al que la historia le ha ido borrando su rostro.

El Estado al servicio del narco

En franca crítica, Muñoz Ledo indicó que no existe ningún país en el mundo que combata el narcotráfico con la ayuda del Ejército, lo que demuestra la “debacle del país”, que inició con la apertura de las fronteras con el Tratado de Libre Comercio.

“México ahora es productor de todo tipo de droga, ya no hay control, estamos en un país sin ley. Este es un paraíso criminal porque el Estado se corrompió profundamente”, recalcó, y agregó que lo más grave es que exista una vinculación entre cuadros políticos y del Ejército y el crimen organizado.

“Es un Estado secuestrado porque la autoridad está al servicio del narcotráfico. Eso sí es políticamente peligroso y cabe la expresión de Estado fallido, por eso no hay que tener miedo al movimiento social, es la única fórmula para los cambios”, reiteró.

Fuente: La Jornada de Guerrero

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