martes, 3 de febrero de 2009

A hurtadillas, trasladan a Mojica y coacusados al penal de Tecpan

La noche del sábado fueron sacados de la casa de seguridad en Rena por ministeriales


Fueron presentados ante un juez penal de ese municipio desde este domingo

ROBERTO RAMIREZ Y RODOLFO VALADEZ

De manera subrepticia, el dirigente del Movimiento Tierra y Libertad, Máximo Mojica Delgado, su esposa Angeles Hernández y su compañero Santiago Nazario, fueron sacados la noche del sábado de la casa de seguridad donde permanecían arraigados y trasladados al penal de Tecpan, sin permitirles tener contacto con su abogado.

Entrevistado vía telefónica, el abogado Jaime Alvarado López, que defiende al luchador social, explicó que el traslado obedeció a que estaba a punto de salir la sentencia del juicio de amparo promovido contra el arraigo y “seguramente las autoridades daban por hecho que les sería desfavorable y quisieron adelantarse” haciendo la consignación.

Incluso, adelantó que con toda seguridad le sería dictado el auto de formal prisión por el juez penal que lleva la causa, pero también aclaró que contra este auto ya se prepara un nuevo amparo.

En tanto, en Tecpan, los tres detenidos, a los que se les acusa de secuestro y homicidio, llegaron al penal desde la noche del sábado enmedio de un aparatoso operativo de seguridad y ayer por la mañana fueron presentados ante el juez para rendir su declaración preparatoria.

El fiscal regional de la Procuraduría General de Justicia, Pedro Loyo Malabar, informó que el traslado se debio a que el juez Ricardo Salinas Sandoval libró la orden de aprehensión ese día para comenzar el proceso legal.

Hoy lunes se espera que de nueva cuenta sean llevados ante el juez para una segunda declaración. Alvarado López explicó que los abogados del Colectivo Contra la Tortura y la Impunidad (CCTI) se trasladarían hoy para atestiguar esa declaración, pues hasta ahora ninguno de los tres ha sido asistido por ningún abogado.

“Se acabó el arraigo”

El coordinador del Taller de Desarrollo Comunitario, Javier Monroy Hernández, relató que la esposa del profesor, Angeles Hernández, se comunicó con él vía telefónica y le contó que la noche del sábado se presentaron en la casa de seguridad de Renacimiento unos policías ministeriales, quienes les dijeron que el arraigo se había terminado, que levantaran sus cosas porque ya se iban, pero no a donde.

En la prisión de la Costa Grande, ella pidió permiso para ir al baño y desde un teléfono público ubicado en el interior, pudo hacer la llamada para avisar lo que ocurría.

Monroy Hernández lamentó que los agentes utilizaran una verdad a medias (que se terminó el arraigo) para hacerles creer que saldrían libres y luego encerrarlos.

Fuente: La Jornada de Guerrero.

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