jueves, 18 de diciembre de 2008
Continúa grave mujer baleada por militares
LUCIANO CAMPOS GARZA
MONTERREY, N.L., 17 de diciembre (apro).- El estado de salud de Sanjuana Hernández Salinas, la mujer baleada por militares cuando supuestamente no detuvo el automóvil que conducía cuando se le marcó el alto en un retén ubicado en el municipio de Escobedo, continua siendo grave.
Hernández Salinas, de 41 años de edad, permanece en el Clínica Nova, del municipio de San Nicolás, donde es atendida de las lesiones producidas por tres balazos, en el incidente ocurrido la noche del lunes pasado en el retén ubicado bajo el puente de la Vía Torreón, colonia Celestino Gasca, de esa localidad.
Hernández Salinas estaba acompañada por Rolando Tamez Galván, empleado de la compañía propiedad de la mujer.
Según Tamez Galván, cuando circulaban por la Vía a Torreón, les salió al paso un convoy de militares que les marcó el alto. La mujer aparentemente entró en pánico al ver a los soldados y aceleró, lo que desató la balacera. El coche recibió seis impactos de bala.
Añadió que, pese a resultar herida, Hernández Salinas se dirigió a la avenida Raúl Salinas, colonia Hacienda Topo Chico, donde encontró una patrulla con agentes de la policía municipal, a los que les informó de la agresión.
Los policías se comunicaron a la Cruz Roja. Paramédicos de esta institución se trasladaron al lugar y llevaron a la mujer a ese hospital.
Hernández Galicia presenta heridas en el tórax, abdomen y glúteo,
Tras lo ocurrido, la Procuraduría de Justicia del estado abrió una averiguación previa y llamó a declarar a los policías municipales que atendieron a Hernández Salinas.
Hasta esta tarde aún no había declarado el personal castrense que participó en el ataque.
Esta mañana, el esposo de Hernández Salinas, un hombre que se identificó como Santos Sauceda, dijo a reporteros afuera de la clínica, que personal militar había acudido al nosocomio para buscarlo y ofrecerle disculpas por el incidente.
Señaló que uno de ellos, quien se dijo jefe militar, le comentó que se sentía apenado por la agresión y que solidarizaba con él y con su familia por las lesiones que sufrió su esposa.
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