miércoles, 31 de diciembre de 2008

Asimetrías


Las Soluciones (1/2)
Fausto Fernández Ponte

La lucha social –la lucha de la sociedad por desasirse de ataduras de alguna especie-- es inexorablemente política".
Agosto Roo

I

El pueblo de México nunca había estado, al concluir 2008, en la situación tan apremiante como la que prevalece. Esa situación, como sábese en demasía, es muy grave. En extremo.

Existen, sin duda, antecedentes históricos desde la guerra por desasir a la Nueva España del yugo colonial español y, luego, desde la fundación del Estado mexicano republicano.

El siglo XIX –desde 1824 hasta el golpe de Porfirio Díaz— se caracterizó por la ocurrencia contínua (un "continuum", según la sociología) de aguda incertidumbre societal.

En el siglo XX, Díaz gobernó con garrote y mano fuerte hasta 1910, pero durante los siguientes 25 años –hasta Lázaro Cárdenas— la inestabilidad presidió la vida naciónal.

Cárdenas imprimió certidumbre. Ésta se extendió seis años, durante la Segunda Guerra Mundial. Más de Miguel Alemán (1946-52) a la fecha, la incertidumbre ha tenido altibajos.

Altibajos dramáticos, por espectaculares. Se ha transitado con volatibilidad de la incertidumbre a cierta certidumbre y, de allí, otra vez a la incertidumbre. Ingobernabilidad.

La incertidumbre deviene de inestabilidad y ésta, en su turno, de la ingobernabilidad. Son expresiones de descomposición sistémica. Ese proceso no es nuevo; no es reciente.

II

En su fase virulenta, ese proceso se remite al Salinato, alcanzando su apogeo en el Espuriato. El proceso se inició lenta pero inexorablemente, en el sexenio alemanista.

La incertidumbre tenía causales y manifestaciones identificadas y descritas prolijamente por los historiadores y, si extrapoladas al presente, no son pasado yerto.

No. Ni yerto ni inerte. La dialéctica de la historia ofrece a los individuos y las sociedades –los pueblos— desenlaces a los dilemas concretos del presente.

Empero, ese atributo moral de alfaguara inagotable de moralejas que es la historia suele ser inadvertido o ignorado por las mayorías sufrientes, como la mexicana.

¿Por qué es muy grave –en extremo-- la situación prevaleciente en México? Por peligrosa. El Estado, ya en descomposición imparable, marcha hacia su desintegración.

Acerca de esa situación parece advertirse un consenso generalizado que trasciende, incluso, la cultura de intereses creados de clases y estratos sociales.

Identifícanse, desde luego, excepciones. En ciertas clases y estratos sociales el registro de la realidad es variopinta, hasta optimista, alentando soluciones providenciales, de Dios.

III

Pero en otras clases y estratos sociales, ese registro de la situación se traduce en pesimismo y, secuencialmente, en desesperanza; se apuesta más por lo providencial.

Hay quienes preconizan o promueven soluciones de fuerza, convencidos a priori –esperanzados, diríase— de que mayor dureza en el ejercicio del poder es aconsejable.

Así, pudiérese decir sin hipérbole que la percepción societal de la muy grave situación general de México es compartida en mayor o menor grado por las mayorías.

No son pocos los mexicanos –incluido éste escribidor— que preconizan la refundación del Estado mexicano, o si se prefiere, crear uno nuevo aun antes de desintegrarse el actual.

Varios caros leyentes han planteado la interrogante de cómo hacer –refundar y/o crear— otro Estado. La opinión personal de éste escribidor es de que ya está ocurriendo.

En efecto. La eventual desintegración del Estado –desenlace de la descomposición corriente-- ahondará más el vacío dentro del cual se ejercen ciertas potestades estatales.

La oquedad que va creando la descomposición del Estado hasta la inevitable desintegración de éste anticipa nuevos correlatos de fuerza y alcance y condiciones afines.

La dialéctica de los vectores de la historia, determinarán coyunturas políticas y éstas, por su parte, desembocarán en luchas de poder dentro de la misma cultura de éste.

De hecho, ya ocurren esas luchas por el poder o por el control de cotos nuevos de potestades y para consolidar antiguas zonas de influencia y de gajes.

FFPONTE@GMAIL.COM

Glosario:

Alfaguara: fuente.
A priori: anticipadamente, antes.
Dialéctica: relación entre opuestos. En la tradición de Hegel proceso de transformación en el que dos opuestos, tesis y antítesis, se resuelkven en una forma superior o síntesis.
Extrapoladas: de extrapolar. Aplicar conclusiones obtenidas en un campo a otro.
Yerto: rígido. Tieso. Áspero.

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