Escrito: mier 12 nov 08
En la mentira México no progresa
Julio Pomar
A la memoria de don Tomás Álvarez de
los Ríos, el “viejito cubano de los refranes”
Con toda la razón del mundo, el rector de nuestra Universidad mayor, doctor José Narro Robles, demandó el lunes 10 ante empresarios reunidos en Monterrey, que se desarrolle un rescate social del país, y no se privilegien los rescates privados que han abundado en nuestra historia reciente, donde el más destacado fue el Fobaproa, “el robo del siglo”, a favor de los banqueros y los grandes capitalistas, en la época de Zedillo, 1994, que descapitalizó al país y mantiene endeudadas a varias generaciones de mexicanos, en lo que con justicia ha sido definido como “golpe de estado empresarial” contra México, uno más de los que se han ejecutado desde el salinato hasta el espurio calderonato.
No dejó de reconocer el doctor Narro que en medio de la crisis es comprensible que el gobierno haya acudido a proveer ayuda financiera para salvar a empresas privadas, pero lo que hoy se requiere es canalizar recursos para “el rescate social del país”. Este, dijo a los periodistas --ya que estos profesionales de la información no tuvieron acceso a las deliberaciones de la cumbre de negocios-- es “un rescate por su futuro”. En este foro empresarial, Narro declaró, por enésima vez, que para México es fundamental la educación como palanca para el desarrollo. Lo dijo mientras en la Cámara de Diputados se discutía ese día el presupuesto de gasto público para 2009.
Abundó Narro: “La educación debe ser concebida como un bien social, en la cual el Estado tiene que invertir más, porque los recursos que ahora se canalizan a este renglón no son suficientes. “Tenemos --agregó-- graves rezagos, por ejemplo, 6 millones de mexicanos no saben leer ni escribir y representan sin duda uno de los rezagos más dolorosos para el país”. Pero el asunto es grave también en la pirámide educativa: para los niveles de posgrado la inversión es muy inferior a la que reclama la necesidad de una economía como la mexicana.
Y explicó que en México el gasto en educación superior equivale a 0.6 puntos del producto interno bruto (PIB), unos 60 mil millones de pesos, y el gasto sumado en educación superior y en ciencia y tecnología apenas llega a uno por ciento del mismo PIB, equivalente a 100 mil millones de pesos, cuando “hay países de la región, como Brasil, que invierten más del doble que México en investigación científica, y México no se puede quedar así”. Si el país quiere ser competitivo en todo sentido frente a otras naciones del continente, o frente a países de un nivel de desarrollo similar, tiene que crecer al doble la matrícula universitaria, y lo tiene que hacer en relativamente poco tiempo y con modalidades y esquemas mucho más flexibles, con proyectos de calidad. “Este crecimiento tiene que darse primordialmente en el campo del sector público, de las universidades públicas de México”.
El doctor José Narro se ha singularizado siempre como un defensor acérrimo y muy inteligente de la educación pública de México. En esta ocasión del foro empresarial de Monterrey no hizo excepción a esa calidad política, académica y humana, sino que la reafirmó. Pero también --recuérdese el caso de los estudiantes mexicanos muertos o heridos en Sucumbíos, Ecuador, en el ataque militar colombiano contra las FARC guerrilleras-- ha sido un digno defensor de los universitarios mexicanos, en contraste con la complicidad a esa agresión violatoria de la soberanía de Ecuador mostrada por el dizque gobierno de Felipe Calderón, que a regañadientes hubo de manifestarse pálidamente en defensa de esos mexicanos, y calló cobardemente ante la embestida del gobierno de Álvaro Uribe en su atentado contra el gobierno de Rafael Correa, cosa que la opinión nacional no dejó de percibir en su dimensión doble, como rasgo positivo del actual rectorado del doctor José Narro Robles y como repudio a la actitud de Calderón a favor de Uribe.
Ahora Narro se manifiesta justamente por corregir el rumbo del país, que se ha deformado hasta límites inconcebibles de prosternación de estos dizque gobiernos de la derecha ante los intereses del capital privado mexicano y trasnacional. De esto, según se habrá de confirmar en poco tiempo, es una muestra el nombramiento de Felipe Gómez Mont como secretario de Gobernación de Felipe Calderón. Un defensor de los intereses privados, del Grupo México del asesino impune de mineros Germán Larrea Mota Velasco, y abogado de defraudadores como Cabal Peniche y el “divino”, que se pasean libres por la vida, no puede hacer otra cosa que seguirlos defendiendo y estando a su servicio, salvo que la vida nos refute.
México necesita corregir el rumbo, y esta administración pública debe dejar de mentir como lo hace contumazmente. Pero lo mismo: si Calderón llegó al gobierno mediante la mentira del fraude electoral, que lo define como espurio e ilegítimo, resulta muy difícil que deje de mentir, si por ella accedió a las posiciones del poder, “háiga sido como háiga sido”. Un país no puede progresar en medio de la mentira y la simulación del estado de derecho, por más abogado que sea el nuevo secretario de Gobernación.
El planteamiento del doctor Narro Robles es una requisitoria al actual gobierno y a la llamada clase política para corregir el rumbo del país. Una voz más, y muy importante, que se une a este trascendental reclamo de la sociedad mexicana.
pojulio2@gmail.com
En la mentira México no progresa
Julio Pomar
A la memoria de don Tomás Álvarez de
los Ríos, el “viejito cubano de los refranes”
Con toda la razón del mundo, el rector de nuestra Universidad mayor, doctor José Narro Robles, demandó el lunes 10 ante empresarios reunidos en Monterrey, que se desarrolle un rescate social del país, y no se privilegien los rescates privados que han abundado en nuestra historia reciente, donde el más destacado fue el Fobaproa, “el robo del siglo”, a favor de los banqueros y los grandes capitalistas, en la época de Zedillo, 1994, que descapitalizó al país y mantiene endeudadas a varias generaciones de mexicanos, en lo que con justicia ha sido definido como “golpe de estado empresarial” contra México, uno más de los que se han ejecutado desde el salinato hasta el espurio calderonato.
No dejó de reconocer el doctor Narro que en medio de la crisis es comprensible que el gobierno haya acudido a proveer ayuda financiera para salvar a empresas privadas, pero lo que hoy se requiere es canalizar recursos para “el rescate social del país”. Este, dijo a los periodistas --ya que estos profesionales de la información no tuvieron acceso a las deliberaciones de la cumbre de negocios-- es “un rescate por su futuro”. En este foro empresarial, Narro declaró, por enésima vez, que para México es fundamental la educación como palanca para el desarrollo. Lo dijo mientras en la Cámara de Diputados se discutía ese día el presupuesto de gasto público para 2009.
Abundó Narro: “La educación debe ser concebida como un bien social, en la cual el Estado tiene que invertir más, porque los recursos que ahora se canalizan a este renglón no son suficientes. “Tenemos --agregó-- graves rezagos, por ejemplo, 6 millones de mexicanos no saben leer ni escribir y representan sin duda uno de los rezagos más dolorosos para el país”. Pero el asunto es grave también en la pirámide educativa: para los niveles de posgrado la inversión es muy inferior a la que reclama la necesidad de una economía como la mexicana.
Y explicó que en México el gasto en educación superior equivale a 0.6 puntos del producto interno bruto (PIB), unos 60 mil millones de pesos, y el gasto sumado en educación superior y en ciencia y tecnología apenas llega a uno por ciento del mismo PIB, equivalente a 100 mil millones de pesos, cuando “hay países de la región, como Brasil, que invierten más del doble que México en investigación científica, y México no se puede quedar así”. Si el país quiere ser competitivo en todo sentido frente a otras naciones del continente, o frente a países de un nivel de desarrollo similar, tiene que crecer al doble la matrícula universitaria, y lo tiene que hacer en relativamente poco tiempo y con modalidades y esquemas mucho más flexibles, con proyectos de calidad. “Este crecimiento tiene que darse primordialmente en el campo del sector público, de las universidades públicas de México”.
El doctor José Narro se ha singularizado siempre como un defensor acérrimo y muy inteligente de la educación pública de México. En esta ocasión del foro empresarial de Monterrey no hizo excepción a esa calidad política, académica y humana, sino que la reafirmó. Pero también --recuérdese el caso de los estudiantes mexicanos muertos o heridos en Sucumbíos, Ecuador, en el ataque militar colombiano contra las FARC guerrilleras-- ha sido un digno defensor de los universitarios mexicanos, en contraste con la complicidad a esa agresión violatoria de la soberanía de Ecuador mostrada por el dizque gobierno de Felipe Calderón, que a regañadientes hubo de manifestarse pálidamente en defensa de esos mexicanos, y calló cobardemente ante la embestida del gobierno de Álvaro Uribe en su atentado contra el gobierno de Rafael Correa, cosa que la opinión nacional no dejó de percibir en su dimensión doble, como rasgo positivo del actual rectorado del doctor José Narro Robles y como repudio a la actitud de Calderón a favor de Uribe.
Ahora Narro se manifiesta justamente por corregir el rumbo del país, que se ha deformado hasta límites inconcebibles de prosternación de estos dizque gobiernos de la derecha ante los intereses del capital privado mexicano y trasnacional. De esto, según se habrá de confirmar en poco tiempo, es una muestra el nombramiento de Felipe Gómez Mont como secretario de Gobernación de Felipe Calderón. Un defensor de los intereses privados, del Grupo México del asesino impune de mineros Germán Larrea Mota Velasco, y abogado de defraudadores como Cabal Peniche y el “divino”, que se pasean libres por la vida, no puede hacer otra cosa que seguirlos defendiendo y estando a su servicio, salvo que la vida nos refute.
México necesita corregir el rumbo, y esta administración pública debe dejar de mentir como lo hace contumazmente. Pero lo mismo: si Calderón llegó al gobierno mediante la mentira del fraude electoral, que lo define como espurio e ilegítimo, resulta muy difícil que deje de mentir, si por ella accedió a las posiciones del poder, “háiga sido como háiga sido”. Un país no puede progresar en medio de la mentira y la simulación del estado de derecho, por más abogado que sea el nuevo secretario de Gobernación.
El planteamiento del doctor Narro Robles es una requisitoria al actual gobierno y a la llamada clase política para corregir el rumbo del país. Una voz más, y muy importante, que se une a este trascendental reclamo de la sociedad mexicana.
pojulio2@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario