martes, 23 de septiembre de 2008

Las explosiones en Morelia


La detonación de dos granadas explosivas en pleno “Grito” de Independencia, en Morelia, Michoacán, constituye una provocación contra la nación. El terrorismo es ajeno a la lucha del pueblo mexicano. Calderón y su gobierno aumentan la provocación y el miedo al “revolver” la crítica a sus opositores con los actos criminales.

Terrorismo contra la población

En plena celebración de “El Grito” en Morelia, Michoacán, “dos granadas de fragmentación estallaron de manera casi simultánea entre la multitud dejando un saldo de siete muertos y 132 lesionados. Uno de los estallidos ocurrió a menos de 50 metros de donde Leonel Godoy, gobernador de Michoacán, encabezaba la ceremonia del Grito de Independencia; la otra granada explotó a cuatro calles del palacio de gobierno. Las explosiones ocurrieron en el momento en que las campanas de palacio y de catedral tañían al unísono”.

“El ataque provocó que se suspendiera el desfile militar del 16 de septiembre ante el temor de nuevas agresiones. Las principales calles de la ciudad fueron patrulladas por el Ejército; las zonas donde ocurrieron las explosiones quedaron cercadas, y fue hasta después del mediodía que los michoacanos se animaron a salir de sus casas para recorrer algunos sitios del centro, como la catedral y los portales”.

En 50 de los 113 municipios michoacanos el desfile conmemorativo de Independencia también fue cancelado ante la posibilidad de un nuevo ataque. Mientras, la capital michoacana nuevamente fue patrullada por partidas de militares.

La prensa nacional reportó que “los gobernadores de Chihuahua, Tabasco, Campeche y Veracruz revelaron que en las horas previas a la celebración del 15 de septiembre circularon en sus entidades una serie de correos electrónicos intimidando a la población para que no asistiera a las ceremonias nocturnas. La situación fue tal que en el caso del municipio veracruzano de Ixtaczoquitlán, el alcalde, Nelson Votte, decidió no dar el Grito”. Asimismo, “en los municipios de Petatlán y Arcelia, del estado de Guerrero, donde como en otras entidades desfilan estudiantes, las ceremonias del Grito y las paradas cívicas del 16 de septiembre también se suspendieron”.

“Se llegó al límite”, expresaron por funcionarios y políticos. Leonel Godoy, declaró que “este lamentable acontecimiento, condenable y cobarde, obliga a replantear el tema de lo está haciendo el crimen organizado, pues las víctimas fueron personas inocentes, gente muy humilde de colonias populares”.

¿Quiénes fueron y porqué?

Una de las líneas de investigación del gobierno federal en torno a lo sucedido en Morelia, “es que integrantes del crimen organizado, vinculados al cártel del Golfo, serían los responsables del estallido de dos granadas de fragmentación durante la celebración del Grito de Independencia”.

En primeras declaraciones “órganos federales de inteligencia descartaron la madrugada de este martes que el atentado hubiera sido provocado por grupos subversivos, “toda vez que cuentan con base social y sus ataques, por grandes o impactantes que hayan sido, no tratan de dañar a población civil, además de que los artefactos que usan son de distinta manufactura”.

Ese deslinde, respecto de los “grupos subversivos” resulta borroso si bien es prudente.

“Todo apunta hacia el narco”, dijeron la mayoría de políticos entrevistados. Puede ser. Durante la gestión de Calderón, su política se ha centrado en combatir al crimen organizado lo que ha llevado al ejercitó federal ha intervenir en funciones que no le son propias. En ya múltiples ocasiones, la sociedad hemos sido testigos de espectaculares enfrentamientos, filmados en vivo y transmitidos en directo, por la televisión privada.

En ese “combate” han caído muchos de ambos lados, incluyendo a mexicanos inocentes. En varias ocasiones se han denunciado atropellos de los soldados contra la población indefensa.

Cada vez es mayor la información macabra: encapuchados que allanan precarias habitaciones, decenas de decapitados, partes humanas enviadas en hieleras, levantados y desaparecidos. Y, todo ocurre en total impunidad. Nadie sabe quiénes son.

Provocación para militarizar más al país

¿Cuántos narcos importantes han sido detenidos? Ninguno. ¿A quiénes se ha detenido por los crímenes cometidos? A Nadie. Eso contrasta con el discurso triunfalista del gobierno federal. Entretanto, varios Estados del país están militarizados. La zozobra social es cada vez mayor.

En varias ocasiones, los enfrentamientos armados han sido de larga duración. Durante varias horas, ha habido intercambio de balas con el ejército utilizando armas de alto poder. Sin embargo, en días recientes, se ha pasado a otro nivel.

Primero, los ya varios allanamiento de morada en humildes casas de la capital y la provincia (Guanajuato, por ejemplo), en altas horas de la noche, por sujetos encapuchados, vestidos de negro y con visibles logotipos de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI). Eso ocurrió en el reciente caso de La Marquesa, Estado de México, y, después, aparecieron 24 “desconocidos” asesinados, mismos que eran albañiles originarios de varias partes del país.

Las decapitaciones ocurridas en Yucatán y el envío de restos humanos en hieleras, ocurrido en Zacatecas, agravan el conflicto. Pero, las explosiones con granadas en Morelia han cambiado la situación. Lo ocurrido en Morelia es una acción típica de terrorismo. Algunos interpretan la acción como un mensaje al gobierno pero, lo cierto, es que se trata de una acción directa contra la población civil indefensa. ¿Ese es el plan de los narcos? No se descarta, esos criminales son despiadados, pero, su acción implicaría que han pasado a otro escenario de la “guerra”.

El terrorismo tiene objetivos políticos y estas acciones son más propias de la contrainsurgencia imperialista. Los narcos podrían estar en combinación con esos planes. Los sucesos de Morelia son una provocación cuyo objetivo es atemorizar a la sociedad y replegarla. Pero, por otra parte, son el pretexto para que el gobierno mexicano ejerza acciones de Estado y despliegue las fuerzas militares y policíacas a discreción.

Si ya ahora, la violación a las garantías individuales, por ciertos o supuestos agentes de la AFI, se está repitiendo impunemente, los hechos de Morelia podrían llevar a militarizar el país. Calderón está urgido de pretextos y, si éstos se le fabrican, lo que sigue es previsible. Esto le sería especialmente favorable al PAN y al PRI para imponer la privatización de Pemex.
¿A quién beneficia el crimen? A Calderón, al Estado neoliberal y al imperialismo. ¡He allí a los criminales! Ellos son y, a sus socio-narcos, también les conviene.

Calderón, inepto y provocador

Durante la ceremonia del 16 de septiembre, al intervenir como orador, Calderón demandó, “en esta hora crítica”, la unidad de todos los mexicanos “sin excepción”. Advirtió: se puede discrepar, pero no deliberadamente dividir ni enconar. Luego señaló que se equivocan quienes pretenden que el miedo haga presa de la sociedad y la inmovilice, y llamó “cobardes” y “traidores” a los autores del atentado en Morelia.

¿Unidad “sin excepción”? ¿Unidad para sostener a un Estado represivo y a un gobierno ilegítimo y criminal? ¿Por qué Calderón le llama “traidores” a los autores del atentado? ¿Traidores a qué o a quién? ¿A la Patria? ¿A Calderón, al PAN? ¿De qué está hablando?

En un discurso en el que, indistintamente, aludió tanto a los sucesos de la noche del 15 de septiembre en Morelia como a sus opositores, Calderón puntualizó: “se puede opinar distinto en la libertad que nos han heredado nuestros próceres, en el marco de libertad que el propio Estado garantiza, pero no se puede atentar contra el Estado”.

Esa “confusión” es deliberadamente mercenaria. ¿Por qué, Calderón, involucra a sus opositores con los criminales? ¿Qué tiene que ver la libertad de opinión con “atentar contra el Estado”? ¿Acaso los provocadores del terrorismo en Morelia actuaron por “opinar distinto en la libertad”? o ¿”en el marco de libertad que el propio Estado garantiza”?

La “mezcla” de percepciones y expresiones utilizadas por Calderón constituyen una grave provocación a la nación. Con ese “pretexto”, la criminalización a la lucha social podría tomar carta de naturalidad. Calderón se excede, verbal e impolíticamente.

¿Militarizar es la opción?

¿Es el anuncio de un mayor endurecimiento del Estado? Algunos políticos y caricaturistas han señalado que el Estado está muy débil, es casi inexistente. Confunden al Estado con el gobierno y había que precisar la debilidad y en qué consiste. Si es por la privatizaciones, como argumentan, el sector estatal de la economía es mucho menor que antes pero, eso, no se traduce mecánicamente en un debilitamiento político del Estado. Por lo demás, Estado y gobierno no son lo mismo.

En esta situación, la fuerza de los cuerpos de coerción, incluidas las policías, el ejército y la marina, siguen siendo fuertes. Por supuesto, hay contradicciones. Se supone que el ejército federal está para defender la soberanía de México. ¿Qué hace combatiendo a criminales narcotraficantes? ¿Esa es su función? ¿Qué hace al solapar la presencia de mercenarios en el propio gobierno federal al que “asesoran”? Ahora, por “lealtad” a Calderón, ¿dirigirán sus armas contra el pueblo?

Lucha social organizada

El deterioro de la vida económica, social y política del país es cada vez mayor. Se está en el umbral de una seria crisis económica que golpeará ampliamente a la sociedad mexicana. Socialmente, se está llegando a una verdadera descomposición basada en el crimen y la provocación política, deliberadamente orquestada mediante acciones terroristas. Políticamente, la ineptitud de los gobernantes pone a la nación ante el sometimiento imperialista.

¿Qué hacer en estas circunstancias? Desde el punto de vista del FTE es preciso discutir colectivamente la política, reforzar la organización social, proceder serena y organizadamente, no dejar de luchar ni caer en la provocación. El terrorismo es una acción ajena a la clase obrera y al pueblo movilizado en defensa de la nación.

En el caso de Morelia, no se trata de acciones individuales o aisladas, los hechos expresan una provocación deliberadamente montada, con apoyo logístico, con espectacularidad y sorpresa, y con la inocultable firma de la contrainsurgencia imperialista. Las cúpulas del Estado y gobierno federal en turno NO son ajenas a esta provocación.

Frente de Trabajadores de la Energía, de México

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