FRANCISCO RODRÍGUEZ
Se llama dislexia al trastorno de la lectura que imposibilita su realización correcta… en psicología y psiquiatría: discrepancia entre el potencial de aprendizaje y el nivel de rendimiento de un sujeto…
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¿QUIÉN DICE QUE el método Ollendorff para la enseñanza del idioma alemán está en desuso? En Los Pinos, donde con dificultades tatachan el inglés, lo han puesto en práctica estos días. Citado infinidad de ocasiones por el desaparecido columnista –él sí-- Manuel Buendía, dicho método consiste en repetir frases tales como "hoy me visto de amarillo", para enseguida recitar "el coche que pasa por la calle está averiado". Esto es, una cosa nada tiene que ver con la otra.
Sucede apenas aquí. Mientras la sociedad y los medios se han enfrascado en el debate por la seguridad pública –a partir del secuestro y asesinato de un adolescente--, desde Los Pinos mandan un mensaje ¡económico! Peor todavía, con señales de innegable cuatachismo y de dudosa eficiencia.
Citan a conferencia de prensa matutina. En el cotarro se espera un espectacular anuncio. Quizá que ya atraparon a los mañosos y que, uno a uno, van a ser colgados de las coníferas y ahuehuetes que bordean a la (ahora mal) llamada residencia presidencial. Y nada. El ocupante de ese inmueble aparece en los monitores y es escuchado a través de las bocinas, brindando cambios en el área comercial de su Administración.
¿Un coche amarillo? ¿O estaré yo descompuesto? Nada que ver una cosa con la otra, cual lo recomendaba Ollendorff.
El trasfondo del mensaje es aún peor. "El Círculo Íntimo" de Los Pinos copa ya todos los espacios públicos de relativa importancia. Que los egresados del mismo para hacerse cargo de nuevas tareas carezcan de experiencia es lo de menos. Lo importante es que todos los cuates se ubiquen en cargos de relumbrón, así y en ellos sirvan para maldita la cosa.
La experiencia de colocar en Gobernación a Juan Camilo Mouriño –quien, todo indica, carece de las credenciales mínimas, cual la de la nacionalidad--, no fue asimilada. Sucede lo mismo en la prácticamente desaparecida área de Desarrollo Social, donde otro cuate, Ernesto Cordero, consiguió ya lo que parecía imposible: que se extrañen los "rollos" antipobreza de Josefina Vázquez Mota, quien ahora despacha en Educación.
Ni Mouriño ni Cordero han dado el ancho en sus nuevas tareas. Se prevé que suceda lo mismo en Economía, a donde ha llegado otro joven carente de la mínima experiencia, Gerardo Ruiz Mateos, a quien los boletines "venden" cual empresario con una embarrada de práctica en la administración pública federal.
Entrevistado en marzo por la revista Líderes Mexicanos, Ruiz Mateos quien entonces fungía cual Jefe de
Nada más.
Lecturas erróneas de la realidad, por todas partes. Dislexia en Los Pinos.
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