Antonio Gershenson
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El largo plazo superó al terremoto
La ciudad china de Dujiangyan, cerca de Chengdu, capital de Sichuán (antes la conocimos como Szechuan, región de origen de una comida picosita), está al mismo tiempo muy cerca del epicentro del terremoto. Sí, el de ahora, el grandotote. Y algunas de las primeras noticias que llegaron de Dujiangyan eran sobre varias escuelas derrumbadas, lo mismo que filas enteras de casas y por lo menos un hospital. Todo, con su secuela de muertos.
Pero esta ciudad es también historia. Está en la orilla de un río que, según la fuente de información, se llama Min, Ming o Minjiang. Es afluente del Tangtsé, el mayor del continente. Como en otros lugares de China, en época del monzón, cada cierto número de años había inundaciones catastróficas con las aguas crecidas de este río. Hace 2 mil 300 años decidieron resolver el asunto y lo hicieron con una visión de largo plazo. Construyeron presas bajas y modificaron la forma de las montañas. Para romper las rocas de éstas las calentaban lo más posible y luego, de golpe, las enfriaban con agua para que se “tronaran”. Las montañas, ya con su nueva forma, fueron parte del sistema. No sólo hicieron las grandes obras, sino que dejaron instrucciones escritas en grandes caracteres para su mantenimiento. En especial, ponían acento en el desazolve, en conservar la profundidad del río sacando arena, piedra, basura o lo que hubiera en el fondo.
A partir de ahí se hizo todo un sistema de riego, incluyendo presas, canales y demás. Y el gran mérito de ese proyecto es que hoy, 2 mil 300 años después de su construcción, ahí sigue. Se cambiaron estructuras de bambú, que contenían rocas y chatarra, por concreto. Pero la obra como tal ahí sigue. Quienes hicieron el sistema tuvieron una visión de largo plazo, no sólo en la construcción sino en un sistema sustentable, en el que la gente sigue viviendo y produciendo. Lógicamente, me interesó averiguar qué pasó con el terremoto.
En la búsqueda, vi que el ejército chino ponía especial interés en revisar las presas de la región más afectada por el terremoto. Una presa rota tendría efectos catastróficos. En algunos casos había grietas y se tomaron medidas para la reparación. Y también para que, en caso de riesgo de ruptura mayor, poder evacuar rápidamente a la población que vive bajo la presa. Luego de más búsquedas encontré, en el periódico chino Diario del Pueblo, versión en inglés, del 15 de mayo, en el contexto de la información sobre las presas y los efectos del terremoto, lo siguiente: “Otro proyecto hidráulico clave de Sichuán, el sistema de irrigación de Dejiangyan, que data de hace más de 2 mil años, fue reportado como seguro después del terremoto del lunes”.
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