martes, 5 de febrero de 2008

Presas de Chiapas, la zozobra



Del Proceso

Isaín mandujano

* Hay un temor fundado entre especialistas y autoridades de que las presas de Malpaso y La Angostura se conviertan en un riesgo de catástrofe para Tabasco

Tuxtla Gutiérrez, Chis., 4 de febrero (apro).- La próxima temporada de lluvias, que oficialmente comienza en la segunda quincena de mayo, han obligado a redoblar los trabajos en el canal del Grijalva para acelerar el desfogue de las cuatro presas del complejo hidroeléctrico que comienza en la parte alta de Chiapas y culmina en las planicies de Tabasco.

Y es que el temor de una nueva desgracia entre los especialistas es fundado, después de que dos presas, Malpaso y La Angostura, superaron en 100% su capacidad el año pasado y, por si fuera poco, ambas están en la recta final de su vida útil, que es de 50 años. Malpaso fue construida hace 39 años y La Angostura hace 32.

La Angostura tiene una capacidad de hasta 19 mil 736 millones de metros cúbicos de agua, pero sólo puede conservar, sin riesgos, unos 15 mil 500 millones. Actualmente, posee cerca de los 16 mil millones, es decir, en 102.30% de su capacidad.

Malpaso tiene una capacidad total de 14 mil millones de metros cúbicos, puede el límite ideal es de 12 mil 400 millones. En la actualidad, cuenta con 400 millones de más al encontrarse a 104% de su capacidad.

El hecho de encontrarse por encima del premio tolerable, es lo que les preocupa a los expertos del Comité de Obras Hidráulicas, integrado por especialistas de la Comisión Federal de Electricidad, Comisión Nacional del Agua, Instituto de Ingeniería de la UNAM e Instituto Mexicano de Tecnología del Agua.

Las 24 horas del día, unas 660 personas, 104 máquinas pesadas, dos helicópteros, 21 vehículos todo terreno, 30 lanchas y 60 vehículos ligeros trabajan a contrarreloj en el canal del río Grijalva, 12 kilómetros debajo de la presa Malpaso y una distancia similar arriba de la presa Peñitas para lograr vaciar las hidroeléctricas.

Con los trabajos se espera que antes de mayo se pueda ensanchar a 70 metros el canal y puedan pasar por ahí hasta mil metros cúbicos de agua por segundo, según prevén los miembros del Comité de Obras Hidráulicas.

Para los expertos es urgente que las presas de La Angostura, Chicoasén y Malpaso puedan estar semivacías ante la próxima temporada de lluvias y que no se provoquen más riesgos para la zona baja del Grijalva hasta llegar al Golfo de México, donde desemboca el río.

Sin embargo, la zozobra también se refleja entre los tabasqueños.

El temor en esa entidad lo exteriorizó el gobernador de esa entidad, Andrés Granier Melo, cuando, el pasado 18 de enero, declaró que "mientras se mantengan sin vaciarse las cuatro presas del alto Grijalva, localizadas en Chiapas, para estar listas durante la próxima temporada de lluvias, persistirá el estado de emergencia en el estado".

Agregó que "si no se desocupan los embalses, no podremos y no tendremos tiempo para almacenar el agua que caerá durante este año y que recibe Tabasco, que es una gran planicie".

Con la apertura del canal en Juan del Grijalva, aquella mañana del 18 de diciembre, muchos esperaron que como avalancha las aguas del río fluyeran, sin embargo la capacidad de desfogue fue insuficiente para vaciar la prensa natural que se formó entre los 48 kilómetros del derrumbe y las cortinas de la presa Malpaso.

Eso provocó una nueva inundación por la que miles de habitantes de unas 30 comunidades debieron ser evacuados, provocando así un desplazamiento masivo en la zona alta y temor permanente en la zona baja.

“Bajo control”

Sin embargo también hay voces que minimizan el peligro. Según Raúl Saavedra, gerente regional de la frontera sur de la Conagua en Chiapas, no debería haber temor en torno de la seguridad de las presas hidroeléctricas, pues se mantienen bajo control hasta este momento, aunque acota que “los riesgos por efectos ajenos a la capacidad humana existen siempre".

Estima en unos 50 y hasta 75 años la vida útil de las presas en Chiapas. La más antigua tiene 39 años. "No tenemos ningún problema por vida útil de las presas", insiste.

Explica que la vida útil de una presa depende del nivel de conservación y mantenimiento, del régimen de operación y de la cantidad de azolvamiento.

La que más preocupaba a algunos después del derrumbe de Juan del Grijalva era la de Peñitas, por la cantidad de sedimentos arrastrados y depositados en el lecho del río, aunque según estimaciones esa pequeña presa tiene una capacidad de hasta 961 millones de metros cúbicos de azolvamiento.

Cabe destacar que de los 50 millones de metros cúbicos que se desgajaron del cerro, sólo 15 millones podrían ser arrastrados río abajo rumbo a la presa Peñitas, una cantidad muy inferior a los 961 millones que podría llegar a tener al final de su vida.

Por lo pronto, señala el funcionario, ahora la principal prioridad es abrir más el canal para sacar por ahí hasta mil metros cúbicos de agua por segundo, porque la temporada de lluvias empieza en la segunda quincena de mayo.

"Se está haciendo un manejo cuidadoso de las presas, pero los riesgos siempre existen, por lluvias, nuevos derrumbes, pero el trabajo que se está haciendo se hace con sumo cuidado y los resultados están a la vista", dice el funcionario federal.

El sistema hidroeléctrico

Para aprovechar las aguas de uno de los dos ríos más caudalosos de Chiapas, en los años sesenta y setenta fueron construidas las cuatro presas hidroeléctricas a lo largo del Grijalva: La Angostura, Chicoasén, Malpaso y Peñitas.

La primera entró en operación el 1 de enero de 1969. La de Malpaso, que está ubicada en el municipio de Tecpatán, tiene seis unidades de generación de energía, con una capacidad efectiva instalada de mil 80 megavatios. Es la segunda más grande de Chiapas en captación pluvial. Tiene 39 años de haber entrado en operación.

La Angostura fue entró en operación en julio de 1976. Tiene 32 años y es la primera en captación pluvial. Oficialmente, se llama Belisario Domínguez y se encuentra en el municipio de Venustiano Carranza. Tiene cinco unidades de generación de energía, con una capacidad efectiva instalada de 900 megavatios.

La tercera, Chicoasén, --conocida oficialmente como Manuel Moreno Torres--, entró en operación en mayo de 1981. Es la de mayor capacidad de generación de energía, gracias a sus ocho unidades. Tiene una capacidad efectiva instalada de 2 mil 400 megavatios y se localiza en el municipio de Chicoasén.

La última presa en entrar en operación fue la de Ángel Albino Corzo, o mejor conocida como Peñitas. Entró en operación en septiembre de 1987.

En sus cuatro unidades tiene una capacidad efectiva instalada de 420 megavatios. Es la más pequeña de todas en cuanto a capacidad total de captación de agua y de producción de energía.

La diferencia de altura sobre el nivel del mar de las cuatro presas ofrece una idea de la velocidad con que bajan las aguas del río Grijalva: La Angostura está a 533 metros, Chicoasén a 391, Malpaso a 184 y Peñitas a sólo 81 metros. La diferencia entre la primera y la última es de 452 metros sobre el nivel del mar.

http://www.proceso.com.mx/noticia.html?nta=56864

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