MEXICO: EL SILENCIO. (Fuente: Carlos Beas Torres). Las calles de los pueblos y de las ciudades oaxaqueñas permanecieron casi desiertas el pasado domingo 5 de Agosto. El silencio lo ocupo todo, ya que invadió los espacios y no fuimos pocos los que percibimos que una calma extraña y silente dominaba el ambiente. La ausencia de ruido fue la compañera este domingo, de los cientos de funcionarios de casilla, que con paciencia y fastidio esperaron de manera infructuosa a los ciudadanos que deberían de depositar su sufragio. Espera desesperante ya que apenas acudieron unos cuantos de ellos, quienes así como aparecieron, pronto se alejaron, desapareciendo en silencio. La llamada fiesta cívica de la democracia parecía más bien un funeral. Lo era.
Las elecciones del 2007 para renovar al poder legislativo en Oaxaca, serán recordadas por el elevado abstencionismo y por el silencio. Muchos de los electores que se abstuvieron de emitir su voto no lo hicieron por apatía o por simple desidia, ya que algunos manifestaron que su voluntad de no participar respondía a que están “cansados de mentiras” y de que “la elección esta comprada por el Gobierno”, otros más directos simplemente decían: “para que sirven los diputados, si nada mas levantan el dedo para joder al pueblo” y no falto quién dijo “yo ya los boté”.
Desde hace varios meses, los operadores priístas es decir los funcionarios del gobierno estatal recorrían los pueblos y colonias, ofertando despensas, materiales de construcción y apoyo en efectivo a cambio del voto por los candidatos de la llamada “
La inducción del voto fue generalizada y en ella participaron de manera activa los pastores de diferentes iglesias cristianas, los cuales a cambio de cemento comprometieron el voto de los creyentes. En el pueblo mixe de El Zacatal Guichicovi. el pastor llamo a los miembros de su iglesia “a no votar por el demonio”, diciéndoles que era voluntad de Dios que ganara el PRI, cuatro toneladas de cemento fue el precio de su palabra. Hubo muchas casillas donde más del 90% de los electores no se presentaron a votar. Pueblos enteros acordaron en asamblea, el no sufragar y en el caso de comunidades indígenas como Amoltepec y
La ilegalidad que caracterizo a las campañas priístas es una muestra de que a Ulises Ruiz y al PRI no les importo en los más mínimo guardar las formas para darle cierta legitimidad a la nueva Legislatura; es bien sabido en Oaxaca que al cuestionado gobernador lo que le urgía era mantener el control sobre el Congreso local, lo demás, incluyendo la voluntad popular y la ley, no le importaban.
Por otro lado, la dirigencia perredista atribuye – entre otras razones- la espectacular pérdida de votos que tuvo en esta elección, a la relación que mantiene su partido “con el movimiento opositor”. Carlos Navarrete, coordinador del PRD en el Senado, se explica de manera equivocada los pésimos resultados obtenidos cuando los atribuye “a la relación con
Florentino López uno de los voceros de
Los cambios sustanciales que requiere con urgencia Oaxaca no han venido ni vendrán de un poder legislativo corrompido y sujeto a los caprichos del gobernador en turno. La transformación democrática no será producto ni de “reformas cosméticas” ni de diputados que no representan la voluntad popular. Estos cambios sólo serán producto de la fuerza movilizada de una sociedad participativa e informada, la cual en Oaxaca ya empezó a caminar y a levantar la voz haciendo escuchar su reclamo y su propuesta. La voz del pueblo oaxaqueño pronto volverá a romper el silencio.
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