viernes, 17 de agosto de 2007

La reforma del Estado, instrumento de viabilidad del país: Agustín Basave

José Vilchis Guerrero

jvilchis1@yahoo.com

* El talón de Aquiles de los candidatos está en el financiamiento a los medios para las campañas y donde se generan los escándalos que distorsionan a la democracia. Cuando las corporaciones entran al control de la mercantilización se abre la puerta a la corrupción y hay mayor facilidad para el ingreso del dinero del narcotráfico para financiar carreras políticas y campañas

La reforma del Estado, tema tantas veces pospuesto durante la frivolidad administrativa del foxismo, es un imperativo, porque con la alternancia en el poder el país se transformó sin que lo haya hecho el andamiaje político; hubo cambios, pero no se adecuó la estructura legal a la nueva realidad del país, afirmó Agustín Basave Benítez, presidente del Consejo Consultivo del Frente Amplio Progresista (FAP).

“El orden constitucional fue diseñado para un proyecto de nación, pero no para el diario quehacer del país. Aun sin transición democrática, el país requiere de un cambio profundo y este cambio no puede ser considerado como algo ideal, sino apegado a la realidad”, comentó Basave durante una exposición sobre la reforma del Estado en una reunión de Constitución y República, Nuevo Milenio –asociación civil presidida por Fausto Cantú Peña, colaborador de Forum–, en el Café de Fausto.

Dio un ejemplo: en el sexenio anterior el Congreso diseñó un presupuesto distinto al que presentó Vicente Fox, pero los legisladores ignoraban hasta entonces si el presidente de la República tenía derecho a veto, como resultado de una Constitución que se violaba a diario, incluso por ellos mismos. Entonces, al haber transición, empezó a salir humo de la maquinaria, porque antes no hubo una reforma jurídica. Igual sucedió en España y en otros países donde también avanzó la democracia.

Al exponer la necesidad de una reforma del Estado, Basave Benítez explicó que ésta es un imperativo porque en México hay un régimen presidencial de gobierno, que se combina con un régimen de partidos, con mucho atraso y en el que se negocian iniciativas ad hoc, pero no en base a los intereses del pueblo, sino a los que ellos sustentan: es decir, cuando se trata de que un partido apoye iniciativas del Ejecutivo, el partido le presenta un pliego de peticiones que encarece la negociación.

(Para que el Partido Revolucionario Institucional, PRI, apoye la reforma fiscal de Felipe Calderón Hinojosa, negocia la impunidad de los gobernadores de Puebla, Mario Marín y de Oaxaca, Ulises Ruiz, acusados de violar los derechos civiles de la periodista Lydia Cacho y de los dirigentes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca. Pero no se propone una verdadera reforma fiscal, sino que se pretende aumentar los impuestos).

Ante la agrupación ciudadana de análisis, debate y propuesta, Basave reflexionó que mientras en Europa hay un sistema de gobierno parlamentario, que controla a un primer ministro, en México hay un jefe de gobierno que busca negociar con los partidos que constituyen dos mayorías que chocan.

Mientras en Europa hay acuerdos de largo plazo, “en México tenemos lo peor de dos mundos: un gobernante que hace acuerdos coyunturales para salir del paso y partidos políticos que quieren su tajada del pastel”.

La mitad de la ciudadanía piensa que hubo fraude

En la reunión plural y apartidista, como son las de los Círculos de Estudio y Acción Política, en la que se programó la discusión en torno a la vinculación entre reforma del Estado y régimen de gobierno, sistema nacional de planeación, política económica, hacendaria y monetaria, el doctor Basave propuso que para evitar la parálisis parlamentaria en la negociación con los partidos, éstos deberían ser más flexibles y un régimen semiparlamentario en el que se adopten acuerdos de largo plazo.

“Es decir, que haya alianzas no coyunturales, sino que duren varios años, para evitar problemas de ingobernabilidad. Para empezar, hay que llegar a acuerdos para una reforma electoral, piedra angular en la reforma del Estado: nos hicieron creer que al llegar la alternancia cruzaríamos por inercia a un sistema electoral confiable y resulta que del 2 de julio a la fecha se incrementó la duda en torno a la elección federal; más de la mitad de la población sigue pensando que hubo fraude”.

Otro tema que debe tomarse en cuenta en el debate, es el federalismo, que ganó en la primera mitad del XIX: los estados eran libres y soberanos. Hubo un federalismo exacerbado. En 1837 cambiamos al centralismo: fuera del Distrito Federal todo era la provincia. Juárez centralizó todo y así quedó hasta Porfirio Díaz, quien centralizó aún más.

Sin embargo, la Constitución de 1857 no se transformó; siguió vigente. En eso llegó la Revolución, con la que tenía que cambiar todo, pero el poder tenía que seguir en manos del presidente de la República, cuya figura se consolidó. A Ernesto Zedillo y a Vicente Fox se les ocurrió aplicar entonces las leyes no escritas y las fuerzas centrípetas llevaron a crear el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que interviene como árbitro en las elecciones estatales.

Con el TEPJF también se centralizaron los cuerpos policiacos y hay una tendencia a centralizar los códigos penales de los estados mediante la unificación y todas son propuestas de centralización del poder ante la desconfianza generada por el Instituto Federal Electoral (IFE).

Hay una propuesta del FAP de limitar el financiamiento privado en los medios a las campañas electorales, que han seguido el modelo gringo, en el que son las corporaciones las que aportan los fondos suficientes para que los magnates participen directamente en la elección de los representantes en el Congreso o en la Presidencia de la República.

Esto no ocurre en Europa: allá no hay financiamiento a los medios para difundir las campañas electorales. En México los fondos más amplios de las campañas van al duopolio de las televisoras y al oligopolio de las radiodifusoras, que se encargan de diseñar la imagen de los candidatos. El FAP especifica en su propuesta que sea el IFE el único que contrate la propaganda en los medios o que se cancele su participación en las campañas y que únicamente se efectúen los debates en tiempos oficiales.

“El talón de Aquiles de los candidatos está en el financiamiento a los medios para las campañas y donde se generan los escándalos que distorsionan a la democracia. Cuando las corporaciones entran al control de la mercantilización de las campañas se abre la puerta a la corrupción y hay mayor facilidad para el ingreso del dinero del narcotráfico para financiar campañas y carreras políticas. Esta es la parte medular de la reforma del Estado”.

Es una reforma política

En una ponencia del doctor Ricardo Carrillo Arronte, planteó a Agustín Basave que una reforma del Estado sin antes revisar la economía mexicana, que es absorbida por la de Estados Unidos por la fuerte dependencia, no sería completa, porque si no se resuelven los problemas económicos fundamentales no se irá al fondo del asunto. La solución de estos problemas tiene que ver con una revolución en la Constitución.

Basave Benítez contestó que la reforma del Estado no incluye la reforma fiscal; es una reforma política. “Se trata de crear reglas para que el país funcione: la propuesta del FAP es distinta a la del PRI y a la del PAN (Partido Acción Nacional), porque su modelo ha creado la desigualdad. La Constitución quedó lejos de la realidad por la corrupción; funciona en todos sentidos: lo mismo concentra la riqueza en pocas manos, que la distribuye entre los agentes de tránsito”.

¿Por qué? Porque al automovilista le sale más caro ir a la delegación o al banco a pagar la infracción, que darle dinero al policía de tránsito, como mordida.

“Un acuerdo fundamental es ponerse de acuerdo para saber qué van a hacer cuando no estén de acuerdo, llegar a consensos sobre el modelo de país. En Estados Unidos se pusieron de acuerdo en que su modelo es ideológicamente de derecha y en México no se ha resuelto el problema de la convivencia en la desigualdad económica”.

En México las alianzas siempre van a ser entre PRI y PAN y menos entre PRI y PRD (Partido de la Revolución Democrática). Hace tres décadas la ideología del PRI era de centro izquierda. Con la discrepancia entre la base militante y la cúpula, cargada más a la derecha, participó hace 10 años en la destrucción del Estado benefactor, que procuraba bienestar para el pueblo. En México y en Europa se buscaba una sociedad más igualitaria.

El PAN trajo con la derecha una propuesta de privatizaciones que fue apoyada por Miguel de la Madrid y Carlos Salinas, quienes metieron al país en la globalización con la apertura de mercados. Para entonces ya había pasado la edad dorada de la democracia en México, cuando se buscó el Estado de bienestar.

Se empobreció el Estado de bienestar con el liberalismo contemporáneo. “Creo que difícilmente se llegará a la reforma del Estado en la parte del modelo económico, pero hay optimismo en que se pueda llegar a una reforma para facilitar las reglas de convivencia política, si se simplifica el andamiaje jurídico y se le quita espacio a la corrupción, que socava al producto interno bruto en muy alto porcentaje: cerca del 25 por ciento”.

Calderón no tiene credibilidad

De no darse la reforma del Estado, concluyó Basave, la democracia en México seguirá su camino entre escándalos que serán aprovechados por el gobierno panista para buscar el crédito que le falta y que no alcanzó en las urnas. A más de un año de las elecciones no hay lugar donde no sea abucheado Felipe Calderón; no hay credibilidad en su gobierno, crece la desconfianza en las instituciones y está en riesgo la gobernabilidad.

En entrevista con Forum, dijo que “en general hay un nivel muy triste al que ha llegado la política en términos de ética y las elecciones del 2 de julio del año pasado son un ejemplo de la turbiedad a la que se puede llegar”.

El fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación respecto a Carlos Hank es otro, ¿no?

—Me parece que los personajes indefendibles están siendo defendidos por algunos y eso es algo denigrante. Las acusaciones de un narcotraficante chino-mexicano de que una fabulosa cantidad de millones de dólares, localizados por la Policía Judicial Federal en Las Lomas estaban destinados a la campaña de Felipe Calderón, no sé si sea un cuento chino, pero de cualquier manera hay demasiados indicios de las turbiedades que tenemos que revisar con lupa para evitar que sucedan.

¿El gobierno de Felipe Calderón está en disposición de dar entrada a una reforma del Estado?

—Por sí mismo no, sólo con presión nuestra. Con presión de la izquierda y de la sociedad. Tendrá que haber mayor organización social y mayor presencia política también para presionar. El movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador podría ser un factor; si confluye el brazo social y el brazo político de la izquierda, podría ser muy útil para llegar a una propuesta de reforma del Estado.

Señaló que ya se concluyó una propuesta al respecto y el FAP –no el gobierno legítimo– entregó a la Comisión Ejecutiva sus propuestas genéricas en torno a las cinco mesas temáticas. Sigue la negociación con los demás partidos y la elaboración de iniciativas.

Aunque reconoce que la reforma electoral sería un principio, para él, dice, la más importante es la del régimen de gobierno, aunque la de temas sociales también es fundamental.

Estuvo de acuerdo en que después de la reforma electoral se avanzaría con otros temas como la economía, rectoría del Estado y energéticos, como complemento de una reforma del Estado, “pero las reformas fiscal y energética no están incluidas en esta reforma del Estado”.

La reforma del Estado, afirma, es una reforma política, en efecto, aunque incluye lo social.

¿Esta reforma se llevaría a debate popular o sería producto de una negociación entre las cúpulas?

La Comisión Ejecutiva (del FAP) ya realizó foros en distintas ciudades, y entiendo que además los partidos han recogido propuestas de distintos sectores sociales. El PRD, por ejemplo, tiene posturas definidas en sus documentos básicos sobre cada tema desde hace mucho tiempo.

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