MARGENA DE LA O
Chilpancingo, 16 de julio. Miembros del movimiento #YoSoy132, apoyados por la sociedad civil, protestaron contra la obra de remodelación del Zócalo, que lleva a cabo el gobierno municipal de Mario Moreno Arcos con recursos del estado, porque no midieron el impacto ambiental al derribar los árboles y no mostraron la autorización para modificar ese sitio histórico.
Esta tarde, los encargados de la obra derribaron un árbol hule que estaba al centro de la plaza, con 100 años de antigüedad; en Chilpancingo sólo había dos árboles de ese tipo con esa antigüedad: el que derribaron y el de las instalaciones de la UPN. Hule, es un árbol de la familia Moraceae, que sólo existe en México, es decir es endémico.
Desde hace un par de semanas, el gobierno municipal comenzó a retirar el concreto de la plaza Primer Congreso de Anáhuac, para iniciar la remodelación del Zócalo; la semana pasada comenzaron a retirar las jardineras, y hoy marcaron con amarillo los árboles que talarían; comenzaron con el hule.
En la administración municipal pasada, que encabezó otro priísta, Héctor Astudillo Flores, derribaron los árboles del andador Zapata, para remodelar e instalar el cableado subterráneo.
Al ver el árbol talado, los jóvenes colocaron un moño negro en lo que quedó del hule, mientras las máquinas seguían demoliendo la estructura que rodeaba el árbol.
José Luis Correa Catalán, uno de los jóvenes de la protesta, criticó en principio que el alcalde no haya tomado en cuenta a los ciudadanos para decidir la remodelación, al menos, pidió que el alcalde haga público el proyecto, el estudio de impacto ambiental, planos de la estructura arquitectónica y de ingeniería, los permisos y licitaciones.
Consideró que esta situación no es menor porque altera el ambiente; en lugar de cuidar las especies de árboles que conservan el clima de Chilpancingo, intentan cambiarlos sembrando otras especies, como frutales.
En lo que quedó de la estructura donde estaba el árbol, los jóvenes pusieron mantas y pancartas con leyendas de rechazo, como en la que se leía: "cuando el último árbol sea cortado, el último río será envenenado".
Al final, los miembros del #YoSoy132 intentaron bloquear los trabajos; lograron reunir cientos de firmas de la gente que pasaba para exigir al alcalde la transparencia de la remodelación.
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