jueves, 16 de diciembre de 2010

Kessel: mentiras, cinismo y corrupción


En concreto | Laura Itzel Castillo

Por segunda ocasión en esta legislatura, compareció ante la Cámara de Diputados la secretaria de Energía, Georgina Kessel. La primera vez, aunque lo hizo bajo protesta de “decir verdad”, mintió, como lo han hecho casi todos sus compañeros de gabinete. Y lo mismo hizo el lunes 13, lamentablemente.

A pesar de haber estado programada su comparecencia desde el mes de octubre, previa a la aprobación de la Ley de Ingresos y del Presupuesto de Egresos de la Federación, Kessel se había rehusado a ir, con la complacencia y complicidad del PRIAN. Una de las cosas que más temía era que la interpelara algún electricista, tal como finalmente ocurrió con Cecilia Figueroa, una de los más de 16 mil trabajadores del SME que rechazaron su liquidación. Como siempre, lo único que hizo fue sonreír.

En realidad, quien debió comparecer ante los diputados es el director de la empresa trasnacional Mc Kinsey, porque es ésta la que diseña la política nacional energética, según se desprende de las respuestas a las preguntas parlamentarias que entregó por escrito a la Cámara de Diputados, hace unos meses.

Mc Kinsey fue también la que diseñó aquella campaña de miedo impulsada por Ernesto Zedillo a finales del siglo pasado, para promover la privatización del sector eléctrico (muy similar a la del tesorito en aguas profundas del 2008).

Se dijo entonces que si no se abrían las puertas a la iniciativa privada, en un futuro no muy lejano habría apagones, inundaciones y explosiones, dada la demanda originada por el desarrollo inminente del país y la limitada capacidad de CFE. Apagones, inundaciones y explosiones es justo lo que ahora estamos padeciendo a causa del cortocircuito que producen la corrupción y la ineptitud que ha caracterizado a la actual administración panista.

Con el arribo de Vicente Fox a la Presidencia, se engañó al pueblo bajo la falsa promesa de un crecimiento económico de 7% anual. Asombrosamente la planeación de CFE se hizo con base en dicha meta. Y todo para introducir la figura de los Productores Independiente de Energía, que nos iban a salvar del colapso pronosticado, según Mc Kinsey.

A pesar de la flagrante violación al artículo 27 constitucional, que señala que corresponde exclusivamente a la nación la generación de energía eléctrica, del año 2000 a la fecha los privados en este país incrementaron su producción 25 veces.

Hay que tomar en cuenta que lejos del crecimiento prometido, lo que hubo fue un alarmante decrecimiento económico.

Esta es la razón por la que actualmente existe un margen de reserva de casi 50%, muy por encima del 20% aceptado internacionalmente.

En términos llanos, existe hoy un gran sobrante de energía en el país, pues la capacidad instalada actualmente es de 61 mil 442 megawatts, pero la demanda es de sólo 32 mil 577 megawatts.

El truco está en que los contratos firmados entre CFE y los privados, a nombre de los mexicanos, establecen que si no se consume, de todas formas se les debe pagar por la capacidad instalada. Por lo tanto, hay un daño patrimonial de 2 mil millones de dólares por la compra de energía que no se necesita.

Pero esa es nuestra realidad: vivimos en un país que se desmorona por la impunidad, el cinismo y la corrupción.

Fuente: El Universal

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