Antonio Gershenson
Vemos que ahora, con el pretexto del cuarto Informe, se insiste en importar 40 mil barriles diarios de crudo superligero. El argumento es usarlo para mezclarlo con el petróleo pesado para que se utilice en las refinerías.
Pero no contestan a la gran objeción: ya estamos exportando, en cantidades crecientes, este tipo de crudo que ellos quieren importar. Entre el primer semestre de 2009 y el mismo de 2010, las exportaciones de crudo superligero aumentaron de 105 mil barriles diarios a 199 mil, o sea, que subieron casi 90 por ciento. Y ahora Pemex programa, para septiembre, exportar 233 mil barriles diarios, ya con el nombre de Olmeca.
Estas cantidades, incluso el aumento mismo, rebasan con mucho los 40 mil barriles que quieren importar. Si en realidad quisieran mejorar el funcionamiento de las refinerías agregando crudo superligero, ya lo hubieran hecho exportando menos cantidad de este petróleo.
Si se han podido exportar estas cantidades es, claro, porque la producción ha aumentado. Este crudo superligero tuvo en 2009 una producción de 270 mil barriles diarios, con un aumento de 28 por ciento frente a la de 2008. Y la producción del primer semestre de 2010 fue de 312 mil, con un aumento de 23 por ciento frente al mismo periodo de 2009.
Queremos recordar que el ciento por ciento de la producción de crudo superligero proviene de las regiones sur y marina suroeste, que han sido arrinconadas con menos recursos y menos menciones oficiales. Para los funcionarios de Pemex y del gobierno federal las zonas importantes, las que tienen mucho dinero, son Chicontepec y las aguas profundas. Y es que ahí es puro contratismo, nada de equipos propios de Pemex.
En las mencionadas zonas del sur y suroeste hay contratismo –estos señores lo meten por donde pueden–, pero también hay equipos de Pemex, ingenieros de Pemex, técnicos de Pemex, etcétera. En el caso de las importaciones de las que hablamos, es obvio que el crudo lo comprarían caro a trasnacionales y, por tanto, el vendedor les quedaría agradecido y… ya sabemos.
Así que los altos funcionarios prefieren no acordarse de estas regiones. Menos si les podría echar a perder el negocito de las importaciones del petróleo. Pero cada vez les va a ser más difícil olvidarlas. Mientras Cantarell ya bajó a menos de una cuarta parte del máximo al que llegó; mientras Ku Maloob Zaap (que tiene también superpesado) ya se estancó e incluso tiene un pequeño descenso, las regiones sur y marina suroeste van para arriba y ya producen 42 por ciento del crudo y del gas natural del país. E incluyen, como dijimos, el ciento por ciento del crudo superligero, y agregamos que también 90 por ciento del ligero.
Veamos ahora el asunto de las refinerías. Sí, mezclando al crudo pesado que las alimenta la variante superligera, vamos a obtener más gasolina y menos petrolíferos pesados, como el combustóleo. Pero la reducción del consumo nacional de este último es resultado de una distorsión en el sector eléctrico.
La producción en los años recientes ha oscilado, en la mayoría de los casos, entre 300 mil y 350 mil barriles diarios. Pero el consumo interno ha bajado de 351 mil barriles diarios en 2005 (con una exportación mínima) a 209 mil en 2009, y a 198 mil en los primeros siete meses de este año. Las exportaciones han crecido a alrededor de 120 mil barriles diarios en 2009 y lo que va de 2010. Hay que señalar que el combustóleo mexicano de alto contenido de azufre vale, en el mercado exterior, como la mitad que el de poco azufre.
Este cambio se debió, en años recientes, a que las autoridades de la Comisión Federal de Electricidad han estado cerrando, o en otros casos operando a muy baja capacidad, las plantas tradicionales de la propia CFE, para ceder más mercado a las empresas privadas, en especial a los llamados productores independientes de energía (PIE). Éstos consumen gas natural, en buena parte importado.
Para restablecer el equilibrio y aprovechar bien los productos nacionales, la solución está en plantas de combustóleo de nueva tecnología y de alta eficiencia. Las plantas conocidas como ultrasupercríticas llegan, las que están operando en otros países, a 45 por ciento de eficiencia. Se instalarían especialmente en la región central, donde hacen mucha falta. La siguiente generación de estas plantas llegará a 60 por ciento de eficiencia, rebasando ampliamente a las de ciclo combinado que, además, tienen pérdidas en zonas altas como ésta y también por la contaminación del gas con nitrógeno.
antonio.gershenson@gmail.com
Fuente: La Jornada
Difusión: Soberanía Popular
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