sábado, 15 de mayo de 2010

Por acoso político, renuncia Ludger Kellner al Parlamento de Colonias


Nuestra responsabilidad ha sido participar de las decisiones de los gobernantes, indicó

JORGE COVARRUBIAS

El presidente del Parlamento de Colonias, Ludger Kellner Skiba, le dijo adiós a esta organización que fundó hace aproximadamente seis años con el propósito de defender las causas sociales de los intereses políticos o de partido. En una carta lapidaria que leyó ante los medios de comunicación explicó sus motivaciones, en las que resalta el acoso político en forma constante.

“Son cuestiones que han hecho temblar a nuestro organismo en sus más profundos cimientos y también son precisamente las cuestiones que me han motivado a decidir mi renuncia a la presidencia y al Parlamento de Colonias, recapacitando que mis posturas respecto de los principios éticos no son al parecer las que puedo exigir a mis compañeros de la manera como me las exijo a mí mismo”, dijo.

Nacido en Munich, Alemania en 1943, Kellner llegó a México en el año 1976 de la mano de una mexicana con la que contrajo matrimonio, a condición de que no se fueran a vivir al Distrito Federal. Llegaron a esta ciudad donde Kellner intentó probar suerte como músico violinista, incluso trabajó en la Orquesta Sinfónica del Estado de México y en la de Guadalajara. Después de un tiempo en el que los ingresos no eran suficientes para mantener a la familia, abandonó su pasión y se dedicó por completo al comercio, actividad que ejerce hasta la fecha y que le ha permitido jubilarse.

En su modesto restaurante –que hasta hoy lleva el nombre de la asociación– ubicado en Avenida Vallarta esquina Juan Ruiz de Alarcón, el activista se explayó sin tapujos de los logros y momentos amargos que ha vivido la organización. El motivo central de su renuncia o la gota que derramó el vaso de agua fue que el vocero del Parlamento Fernando Estrada, aceptara uno de los dos puestos de asesor que ofreció el diputado del PRI Jesús Casillas en el Congreso del Estado; el otro era para su hijo, un joven pasante de la licenciatura en derecho.

“Yo argumenté a Chuy Casillas que el erario no podía ser despilfarrado para principiantes en derecho, y aunque fuera mi hijo, no era nada en contra de mi hijo, sino que era algo que nosotros defendíamos diariamente el correcto uso de los recursos públicos tomando en cuenta que todos nosotros sudamos durante el día para pagar nuestros impuestos al gobierno, para que el gobierno lo despilfarre con 15 mil pesos mensuales, para un principiante en derecho no se me hacía correcto”, comentó.

Kellner aseveró que esta situación tuvo un costo familiar muy alto porque lo confrontó con su hijo, sin embargo, como explicó en la carta, sus principios éticos nunca han estado en duda.

“Los principios éticos, estoy convencido, son absolutos, no dependen de cantidades, ni de personas o de rangos, ni de relaciones familiares o amistosas, los principios son la base de mi ideología, son invariables y estables en todas las situaciones y condiciones, son no negociables”, escribió.

Dado su compromiso con el medio ambiente Kellner cobró notoriedad en agosto del 2008, cuando se opuso férreamente a la construcción de La Ciudadela, un proyecto de plaza que recibió autorización en la administración del panista Juan Sánchez Aldana, para construirse en terrenos que pertenecieron a la fabricante de teléfonos celulares Motorola, y por lo tanto presuntamente contaminados con metales radioactivos usados en su producción.

En esa ocasión, después de 31 años de radicar en México, fue llamado por primera ocasión por el servicio migratorio. La razón oficial, una denuncia anónima en la que se le acusaba de ostentarse como presidente de la colonia Jardines del Sol, sin permiso. Para Kellner era obvio que se trataba de un acto intimidatorio por su activismo en contra del proyecto.

El alemán dejará el Parlamento de Colonias a partir del 16 de junio, pero no se alejará del activismo social. Anunció la creación de una nueva organización en la que sólo estará él y dos personas más expertos en leyes y reglamentos.

Cuando habla de sus logros al frente del Parlamento su espalda se pone recta y menciona que el haber llamado la atención del gobernador es un signo de que las metas se estaban cumpliendo.

“Emilio González Márquez nos indicó como el enemigo público número uno cuando nos fuimos contra la Villa Panamericana en El Bajío, esto lo considero yo un cumplido de parte del gobernador que nos considera dignos enemigos. No somos enemigos de nadie para empezar, sin embargo, nuestra responsabilidad ha sido participar de las decisiones de los gobernantes”.

La experiencia de Kellner en los juzgados le dice que es más importante levantar la mano y protestar, pues asegura, los jueces convierten la justicia en actos de compraventa. Comenta que la sociedad tapatía crece en su democracia “9 milímetros por año”, y quizá en 100 años ya haya alcanzado su madurez política.

Fuente: La Jornada de Jalisco
Difusión: Soberanía Popular

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