Puebla, Pue., a 23 de mayo de 2010
La irrupción de las tecnologías de la información ha puesto al periodismo en una grave crisis en la que no sabe hacia dónde va y corre el riesgo de ser aplastado por las grandes comunidades de bloggers que cada vez son más activos y han dejado atrás a los periódicos, a las radiodifusoras y a los canales de televisión, destacó el abogado y periodista paraguayo Benjamín Fernández Bogado, quien llamó a las escuelas de comunicación a reflexionar sobre su futuro y el del periodismo.
Durante el 7º Foro Internacional sobre Libertad de Expresión realizado este sábado en las instalaciones de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) con el auspicio de la Fundalex, Fernández Bogado aseguró que los medios como nos los habían enseñado en la escuela “son referentes de un pasado demasiado antiguo (a pesar de haber iniciado en 1943) sobre el que casi no vale más que hacer antropología antes que hacer ciencias jurídicas o hacer comunicación”.
Y abundó: “Hay que preguntarnos si es prudente que las universidades sigan entregando títulos de periodismo después de cuatro-cinco años gastando ese tiempo en enseñar redacción” cuando “el mayor riesgo del periodismo en la actualidad es la incompetencia, es la incapacidad de no saber cuál es el futuro” y fundamentalmente, dijo, “la gran capacidad que debemos rescatar de nuevo es hacer que el fuego y el entusiasmo vuelva a vivir entre nosotros”.
Dijo que los jóvenes tienen que preguntarse para qué ser periodista en el mundo actual o qué características debe tener el periodismo, cuando “enseñamos en la misma escuela de comunicación a cómo acallar y manipular a través del marketing y al mismo tiempo les enseñamos ética para oponernos a los que practican el marketing; les enseñamos comunicación institucional y al mismo tiempo les decimos cómo deben investigar a las corporaciones mafiosas, las mismas que aprendemos una hora antes a cómo presentar para engañar a periodistas”.
Pero, sobre todo, “sacamos más de 35 mil graduados en América Latina y no existe empleo más que para 3 mil”.
Al abundar sobre el tema en el Foro Libertad de Expresión, Autorregulación, Derecho de Réplica y Abusos de la Prensa, el doctor Ernesto Villanueva del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, destacó que “uno de los mecanismos de la ética es la veracidad como una garantía del derecho a saber del público a través de la contrastación de información”.
Hoy en México, agregó, la veracidad pasa por el acceso a la información pública y en la posibilidad de utilizar esos datos, sin embargo, cuando poco a poco debería pasarse de un periodismo de declaración, de un periodismo de versiones distintas, a un periodismo de contrastación de informaciones oficiales para lograr que sean veraces”.
Sin embargo, eso aún no lo vemos en México, salvo contadas excepciones en los medios de la capital del país y casi nada en los estados de la república. “El gran problema es el desconocimiento de las herramientas. Es importante conocer a grandes rasgos el marco jurídico del país y obligar al sujeto (el poder para que entregue la información y lograr ejercer un escrutinio; lograr contrapesos en el ejercicio del poder público”.
Para Villanueva los medios han olvidado la función de ejercer el contrapoder que generalmente no tiene la persona de a pie, por lo que en la medida en que ejercen herramientas como el acceso a la información y hagan de su ejercicio diario un periodismo de investigación, van a hacer un periodismo de mayores posibilidades de incidir en la calidad de la información sobre el objeto de estudio o vigilancia”.
José Martínez Mendoza ocupó su espacio para recordar sobre la prensa negra que se pone al servicio del poder para denostar, de manera prácticamente impune, a los enemigos o no aliados del poder que lo contrata mediante acuerdos publicitarios.
Por su parte, la doctora Socorro Apreza destacó que en la elaboración del proyecto de ley del derecho de réplica o rectificación, es indispensable que el nombre se corresponda con el contenido del derecho, puesto que hoy en la Cámara de Diputados se habla de derecho de réplica cuando este debería ser derecho de rectificación como “un complemento a la garantía de la opinión pública libre [..], ya que el acceso a una versión disidente de los hechos publicados favorece, más que perjudica, el interés colectivo en la búsqueda y recepción de la verdad que aquel derecho fundamental protege”.
De acuerdo a lo dispuesto en el artículo 14 de la Convención Americana de Derechos Humanos podrá ejercer el derecho de rectificación, toda persona afectada por informaciones inexactas o agraviantes emitidas en su perjuicio a través de medios de difusión legalmente reglamentados.
La abogada constitucionalista Marcela I. Basterra hizo referencia a la responsabilidad de los medios de comunicación, los cuales, consideró deben ser libres, independientes, honestos, plurales, incluyentes y responsables y, además, ejercer los limites al derecho de la información como son la libertad de intimidad personal y el honor de los individuos, el secreto oficial o estatal fundado en ley y el secreto de sumario en los procesos judiciales.
De esta forma la Fundación para la Libertad de Expresión (Fundalex) terminó una jornada de cuatro días por la Libertad de Expresión, con una mesa debate y los foros 6o. y 7o. internacionales.
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Difusión: Soberanía Popular
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