Pulso crítico
J. Enrique Olivera Arce
Lo afirmo y lo sostengo. No teniendo los tamaños para ganarle en buena lid a sus adversarios políticos en un debate abierto, ni mucho menos valor civil para enfrentar al candidato de la coalición PAN-PANAL a la gubernatura del estado, Lic. Miguel Ángel Yunes Linares, y en su cara espetarle que es pederasta y enemigo de la niñez veracruzana, se vale de interpósita persona para verter telefónicamente su ignominiosa y cobarde pequeñez intelectual y política.
No conforme con ofender la inteligencia de los veracruzanos con el grosero derroche de recursos públicos y su negativa a aceptar su participación protagónica, en el multimillonario endeudamiento que vía bursatilización del impuesto a la tenencia vehicular heredará la administración de Fidel Herrera Beltrán, el Sr. Javier Duarte de Ochoa insiste en valerse de la mentira y la calumnia para hacerse presente en los hogares y ánimo del electorado como el inmaculado joven que, a diferencia de sus adversarios políticos, no teniendo cola que le pisen, es el mejor prospecto para gobernar a Veracruz.
Javier Duarte de Ochoa tira la piedra y cobardemente con toda impunidad esconde la mano. Amparado por el anonimato de terceros al servicio de su equipo de campaña, denigra a la política y envenena a la gran familia veracruzana, difundiendo casa por casa, lo mismo por teléfono que mediante sucios panfletos escritos con estiércol por un conocido texto servidor a sueldo, así como valiéndose de ignorantes y humildes personas que por necesidad bailan al son que les toca Cesar del Ángel y Reynaldo Escobar Pérez, mentiras y calumnias que personalmente no se atrevería a sostener personalmente frente a Miguel Ángel Yunes Linares.
No comulgo con el PAN, reitero. Tampoco Miguel Ángel Yunes Linares es santo de mi devoción como aspirante a gobernador de Veracruz. Sin embargo, como ciudadano de buena fe que anhela un mejor destino para nuestra entidad, víctima en mi propio hogar de la suciedad de una estrategia electoral pedestre e indigna de quien se asume como persona decente, con escolaridad sobresaliente y capacidad suficiente para gobernarnos, puedo proclamar a los cuatro vientos que Javier Duarte de Ochoa es un verdadero peligro para Veracruz. No merece el voto de los veracruzanos.
No estoy seguro de que me publiquen lo anterior. Justifico el rechazo de aquellos medios que me brindan su generosidad otorgándome espacio para expresar públicamente mis opiniones, puesto que soy conciente de que en Veracruz el horno no está para bollos.
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Difusión: Soberanía Popular
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