sábado, 5 de septiembre de 2009

Medievales furtivos


Fuente: La Jornada de Veracruz

Parece que se va asentando como materia de usos y costumbres panistas eso de entrar o salir por alguna puerta disimulada, escondida, o por las ventanas.

Porque eso fue lo que hicieron varios diputados de AN, y probablemente alguno de los cuatro priístas del Congreso queretano ayer 1 de septiembre. Es improbable que lo hayan hecho para rememorar de algún modo esa entrada y salida de Felipe Calderón por la puerta de banderas del palacio de San Lázaro, ahora en el tercer aniversario de su muy celebrado “haiga sido como haiga sido”.

Por el contrario, hay bastante certidumbre que el uso del impensado acceso de una ventana lateral fuera para evitar al nutrido grupo de mujeres que a la puerta del edificio de la legislatura protestaban por el sentido de la ley que estaban por votar los diputados. A ellas no les permitieron el acceso al recinto, pese a que sí lo hicieron con un grupo que estaría a favor de la ley por votar. El grupo Provida. Misterios de la democracia queretana.

La ley fue aprobada por 20 de los 22 votos posibles. Pese a la zona de desastre en la que está convertido lo que alguna vez fue un partido viable, casi puede darse por descontado que los dos votos contrarios fueron a cargo de la fracción del PRD. Dos diputados, una mujer y un hombre. Ella, María del Carmen Consolación González Loyola Pérez, presidenta de la Comisión de Equidad de Géneros y Grupos Vulnerables. Es improbable que haya votado a favor de la ley, por lo que podemos dar por sentado que ella fue de los que sí entró y salió por la puerta normal de acceso.

Así pues, la aprobación de la ley antiaborto estuvo a cargo de la fracción panista, que de los 16 diputados que tiene, dos son mujeres. A ellos se sumaron cuatro diputados priístas, los cuatro varones.

Sería interesante saber qué pasa por la mente de dos mujeres que votan en contra de sus propios intereses de género y contra todo sentido de salud pública, y sentido común, sobre todo cuando es claro que ésta, como las otras trece leyes antiaborto aprobadas en distintos estados, es una reacción articulada en contraofensiva para aislar tanto al gobierno del DF como a una corriente de pensamiento que intenta sanear y restañar los rezagos en los que este país está aún más subsumido desde que es semi gobernado por una cáfila de buenas y decentes conciencias con limitaciones para discernir entre sus creencias personales y los asuntos de salud pública. Sería difícil suponerles empatía alguna con las demandas de género.

La composición del congreso queretano es harto interesante, de 22 diputados tres son mujeres (13.6 por ciento). Pero sucede que del millón 721 mil habitantes que hay en Querétaro en 2009, más de la mitad, 51.1 por ciento, 877 mil 710 son mujeres. La representación femenina en el Congreso queretano no refleja ni remotamente la composición de la población. Dicho de otro modo, los hombres con la colaboración de un par de mujeres deciden sobre lo que debería ser un mero asunto de salud pública, pero que se convierte en tema moral religioso. Peor aún, que lo convierten con el gozoso beneplácito de la Iglesia católica en bandera moralista embozada como argumento constitucionalista.

Dice el dictamen presentado por la Comisión de Administración y Procuración de Justicia que fue aprobado (las negritas son nuestras):

“OBJETIVO: Incluir como medida cautelar la “Atención Integral de Mujeres en el caso de la Práctica de Aborto”, consistente en el conjunto de servicios de salud que se proporcionan con el fin de procurar restaurar al grado máximo posible la salud física y mental de las mujeres que voluntariamente se han practicado un aborto o han consentido que un tercero la haga abortar, a través del tratamiento o referencia a instancias especializadas y vigilancia epidemiológica.

En el caso de que la madre voluntariamente se haya practicado el aborto o haya consentido su practica por un tercero, obliga al Juzgador a valorar los aspectos objetivos y subjetivos del hecho punible, la lesión o puesta en peligro del bien jurídico; las circunstancias de modo, tiempo y lugar, los motivos determinantes, las demás condiciones del sujeto activo y las que determinen la gravedad ilícita y la culpabilidad de la mujer imputada, otorgándole a facultad de disminuir hasta en una tercera parte la pena prevista en el artículo anterior al considerar las circunstancias en que se produjo la concepción, el tiempo que hubiese durado el embarazo, el desarrollo y características del producto, el consentimiento otorgado por el otro progenitor cuando éste viva con la madre y cumpla las obligaciones inherentes a la unión y en general todos los elementos conducentes a resolver equitativamente el caso de que se trate. Es conveniente adherir a las consideraciones que debe tomar el Juzgador para disminuir la pena, el resultado o los avances de los estudios o tratamientos, aplicados a la imputada como medida cautelar, a efecto de que éste cuente con mayores elementos que le permitan ser asertivo en su resolución al respecto.”

Parece que un mínimo de republicano pudor remanente les hizo disimular la naturaleza medieval y contra el interés de más de la mitad de la población queretana con un lenguaje de código legal pretendidamente benévolo. Van 14 estados de 32. Silencitos, con disimulo, sin aspavientos deslizan sus imposiciones medievales.

Decía el viejo Bennedetti que de dos peligros debe cuidarse el hombre nuevo: de la derecha cuando es diestra y de la izquierda cuando es siniestra.

Es con panoramas como éstos cuando uno se pregunta dónde coños quedaron en el camino esas eufemísticamente llamadas organizaciones liberales.

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