jueves, 20 de agosto de 2009

Acuerdo político–moral entre el PRI y El Yunque


Fuente: La Jornada de Oriente (Puebla)

FERMÍN ALEJANDRO GARCÍA

La actitud inquisitiva del gobierno del estado en el tema del aborto obedece fundamentalmente a un acuerdo tácito que existe entre la “burbuja marinista” y la ultraderecha poblana –representada por la iglesia católica y El Yunque–, que pasa por un entendimiento para perseguir a las mujeres y clínicas que están a favor de la interrupción de embarazos y en actuar, por parte de los yunquistas, en contra del senador Rafael Moreno Valle Rosas en los comicios locales del próximo año.

Ese entendimiento parece ser la base que da confianza al gobernador Mario Marín Torres, no solamente para imponer a Javier López Zavala como candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la gubernatura, sino para ganarle al Partido Acción Nacional (PAN) en los comicios locales del próximo año. Dicho de otra manera, para que “la burbuja marinista” logre concretar un proyecto transexenal.

Se sabe que varios de los empresarios que controlan El Yunque en Puebla por primera vez están sumados a la causa del PRI y no del PAN. Les conviene que el próximo gobernador sea López Zavala, y estarían dispuestos a sabotear –desde el PAN– la campaña de Moreno Valle, en caso de que logre la candidatura panista a la jefatura del Poder Ejecutivo.

Dicha actitud de los yunquistas se debe a la cercanía que han guardado con el gobierno del estado a lo largo del sexenio, pero sobre todo por la confrontación que mantienen con el grupo político del presidente Felipe Calderón Hinojosa. En ese sentido, a la organización secreta de la ultraderecha poblana le conviene hacer fracasar al PAN en sus empresas electorales y ese comportamiento forma parte de una estrategia de largo plazo para volver a controlar al Partido Acción Nacional, tal como lo hicieron durante el sexenio de Vicente Fox Quesada.

Se sabe que desde El Yunque se ha alimentado el rechazo de grupos panistas hacia la posible candidatura de Moreno Valle Rosas.

Esa actitud no es para evitar que el senador se convierta en candidato a la gubernatura, sino para crear condiciones de debilidad en la campaña electoral del próximo año. De esa manera, los yunquistas estarían contribuyendo a un posible triunfo de Javier López Zavala y eso a su vez, en el sexenio entrante, les significaría tener acceso a contratos de obras públicas, de proveedores y otros posibles negocios.

También ha trascendido que El Yunque está fingiendo ya haber aceptado a Moreno Valle en el PAN, pero al final de cuentas su apuesta es que el PRI siga gobernando y que se siga debilitando el gobierno calderonista, mediante derrotas electorales del albiazul.

Es claro que a la ultraderecha no solamente le interesa los negocios que se hacen desde el poder público –tal como lo hicieron en el gobierno de Fox–, sino su interés se centra en la parte ideológica y eso incluye las condenas contra el aborto, como parte de un movimiento que es promovido desde el Vaticano.

A eso obedece a que panistas yunquistas y la iglesia católica estén imponiendo la agenda pública en el tema de la moral pública y los priistas se sometan a los designios de la derecha.

Solamente así se puede explicar que en Puebla se haya legislado una reforma constitucional contra el aborto, que la Procuraduría General de Justicia abra procesos contra mujeres que interrumpen embarazos y la Secretaría de Salud se ponga a perseguir a médicos y dueños de clínicas en donde supuestamente se hacen prácticas abortivas.

Y lo más grave, que el aparato del Poder Ejecutivo y del ayuntamiento de Puebla respondan a la línea que ha dictado el regidor panista Miguel Ángel Dessavre Álvarez, quien se ha buscado erigir en una especie de inquisidor y sin mostrar pruebas, en una sesión de cabildo, señale que clínicas y consultorios deben ser objeto de revisiones porque según sus investigaciones ahí se cometen “pecados capitales”.

Es sorprendente que un día después de que este regidor mojigato apuntó hacia un conjunto de clínicas de la ciudad de Puebla, el síndico Román Lazcano le haga caso y presente una denuncia de hechos contra esos centros de atención médica; y la Secretaría de Salud, emprenda revisiones abusivas contra dichos establecimientos. Y que frente a todo esto, la clase política priista guarde un silencio cómplice.

El tema en contra del aborto no solamente es aceptado por el gobierno del estado por la relación que guarda con El Yunque, sino por el entendimiento que existe del Poder Ejecutivo con el nuevo arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, quien para desgracia de los poblanos es un prelado poco político y muy doctrinal. Es decir, es un defensor de la visión oscurantista del Vaticano en materia de derechos humanos, de control natal, de libertades individuales y de la sexualidad.

La buena relación entre el arzobispo y el priismo poblano se mostró –tal como ya se narró en su momento en esta columna– desde que operadores, al parecer de la Secretaría de Desarrollo Social, intentaron ayudar al hermano del prelado a ganar una candidatura del PRI a edil de un municipio de Morelos, quien al final perdió la contienda tricolor.

Aunque se niegue, se sabe que la reforma anti–aborto, mejor conocida por la ley bailleres, fue una exigencia que se hizo desde diferentes ámbitos.

Uno de ellos fue Margarita Zavala, la esposa de Felipe Calderón.

Otro, el nuevo arzobispo, Víctor Sánchez Espinosa.

Y un tercero sector, fueron algunos sacerdotes católicos con poder político y los empresarios de El Yunque.

Por eso se entiende que los diputados locales priistas –entre ellos Rocío García Olmedo– que se opusieron a la Ley Bailleres han sufrido reprimendas.

A ese ritmo que vamos, a nadie debe de sorprender que próximamente la iglesia católica, junto con El Yunque y el PRI, emprenda accesiones de censura contra medios de comunicación que considere promotores del “pecado” y “la vida libidinosa”.

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