viernes, 22 de mayo de 2009

Los pobres se están organizando no sólo para salir adelante, sino para algo más: Cruz


Fuente: La Jornada de Oriente

MARTÍN HERNÁNDEZ ALCÁNTARA

Pocos como Rodrigo Cruz logran penetrar en el microcosmos de la marginación. De la frontera sur al norte del país, lo mismo tomando placas de rituales vedados al ojo masivo que metiéndose en los picaderos donde viven los desahuciados de la sociedad, este fotógrafo independiente exhibe como rey desnudo a un sistema que día a día se alimenta con las vidas de los más vulnerables; que los confina al olvido y al desprecio de quienes tienen mejor suerte; que los obliga a dejar su patria o a enrolarse en el crimen como única empresa redituable; a irse muriendo con una tradición.

De su andar por el territorio nacional, Cruz saca una conclusión: “la gente pobre se está organizando, no sólo para salir si no para algo más”. Pero ese “algo más” lo deja en suspenso este hombre de pocas palabras y cálida sencillez, no se atreve a añadir o a rematar cuando se le pregunta si acaso ese “algo más” significa el estallido social.

Cruz inaugurará hoy su exposición “Tijuana”, a las 19 horas en el Centro de Formación Audiovisual de la ciudad de Puebla –Rosendo Márquez 17–G, La Paz–, donde también impartirá un taller de fotografía documental.

La muestra es una sucesión de 21 imágenes que retratan la violencia del narcoy de la pobreza en esa ciudad limítrofe.

En una imagen, el muro de láminas que sirve como frontera entre México y Estados Unidos, destaca entre los caminos y carreteras de un paisaje que se antoja producto de la ficción. En la siguiente, un voceador anónimo sostiene tres tabloides con noticias sobre el narco; destaca el cabezal del legendariozeta.

En otra, una joven madre hurga las bolsas de plástico del supermercado mientras sostiene a su bebé con un brazo, en una casa que exhibe su precariedad en el escaso mobiliario y el piso de obra negra semi destruido.

Pero la más cruda escena de la serie muestra a un viejo adicto apretándose ligeramente la yugular tatuada, esbozando apenas un rictus de dolor, al tiempo que un compañero le inyecta en la vena la dosis anhelada.

“Escogí Tijuana porque es una ciudad que vive al límite en muchos sentidos. No sólo por el narco, hay una población muy grande de migrantes que no logran pasar la frontera y se quedan ahí a vivir. No logran su sueño, ni tampoco pueden regresar. Eso es algo muy duro”, dice el fotógrafo, entrevistado ayer al mediodía en la banca de un centro comercial en una zona popular al sur de la Angelópolis.

Egresado de la Licenciatura en Artes Visuales de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, inició su carrera como camarógrafo de documentales para la UNAM, principalmente para el Instituto de Biología. Levantó imágenes sobre las tortugas marinas de Mazunte, en Oaxaca, pero fue en la Isla Rasa del Golfo de California, filmando gaviotas, donde dice haber aprendido la narrativa del documental.

De esa experiencia han pasado más o menos ocho años: “en la escuela aprendí la teoría, pero en el campo, con el trabajo empírico fue donde aprendí a contar historias”, dice este hombre de apenas 35 años, cuya incursión formal en la fotografía documental inició hace apenas cuatro, pero con un éxito impresionante.

Rodrigo Cruz tiene un impactante portafolios que incluye placas del ritual de combate entre mujeres, en la comunidad náhuatl de La Esperanza, en el estado de Guerrero, de la danza de los ratones en Tlapaneca, de los Xinacates de San Nicolás de los Ranchos en Puebla, de mixtecos, tarahuamaras, y migrantes, entre otros.

En 2006 obtuvo el primer lugar en el concurso “Luces de América” de National Geographic en la categoría “Noticias” y el año pasado ganó el mismo sitio, pero en la categoría “Migración” del Concurso Latinoamericano de Fotografía Documental. Su trabajo ha sido publicado por el Calgary Herald, The Radical Enviromental Journal, Cuba Nuestra, Amnistía Internacional sección México, Enjeux Internatoinaux y The Chronicle of The Higher Education.

Ha trabajado con diversas organizaciones no gubernamentales, la mayoría abocadas a la defensa de los derechos humanos, y a agencias internacionales como Shoot the Erath, Getty Emanes y Mondaphoto.

De la obra de Cruz no sólo llama la atención la composición y demás aspectos técnicos de la imagen, sino la compenetración que la fotografía evidencia entre el autor y las personas que capta con su lente. Hay un grado intimista que difícilmente, sino es que imposiblemente, puede lograrse sin una labor de convencimiento y de aceptación por parte de los retratados para que su desgracia sea conocida por extraños

“El acercamiento con las personas yo creo que lo he ido aprendiendo con estos años de trabajo. Sí reconozco que al principio hubo mucha ayuda del Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan, porque ellos tenían la confianza de la gente y eso me hacía el trabajo más fácil. Cuando sí me fue difícil fue cuando hice el trabajo de migración, porque ahí iba yo solo, lo inicié en enero de 2008, lo trabaje todo el año en diferentes viajes y ahí sí fue un trabajo más intenso”, comentó Cruz.

Cruz no lo contó en la entrevista de ayer, pero el año pasado estuvo en Lara Grajales Puebla el 12 de octubre, cuando se descubrió que aproximadamente 32 indocumentados de origen centroamericano estaban secuestrados y habían sido torturados por un grupo de al menos 12 hombres, que se identificaron como integrantes de los Zetas, apoyados por policías de esta municipio. Los delincuentes extorsionaron a los familiares de las víctimas que residen en Estados Unidos, exigiéndoles 3 mil 500 dólares por la libertad de cada uno.

En esa ocasión, en una charla informal con reporteros de este diario, Rodrigo relató cómo había venido siguiendo la diáspora de algunos guatemaltecos que sufrieron las vejaciones y los peligros a los que se enfrentó, durante el asalto por parte de los llamadosZetas a uno de los trenes en el que viajaba. También fue agredido con rocas por algunos migrantes.

“Me interesaba captar a la gente que viene de otros países, sufriendo privaciones en México en su trayecto hacia Estados Unidos y me concentré sobre todo en lo que pasa en México, en nuestro país”.

Cruz también ha realizado documentales en video sobre pueblos indígenas, los cuales se han presentado en festivales como el Finger Lakes Environmental Film Festival, Ithaca, EU (2007); Voices from the Waters, Bangalore, India, (2007); VIII Festival Internacional de los Pueblos Indígenas (2006), IV Encuentro Hispanoamericano de Video Documental Independiente (2006) y en el VIII Festival de Cine y Video Indígena del Smithsonian National Museum of the American Indian, en Nueva York, (2006).

Su trabajo puede ser visto en la página: www.rodrigocruz.com

No hay comentarios: