domingo, 17 de mayo de 2009

Debían indemnizar con la reintegración del predio o la construcción de obras benéficas

La resolución, debido a la expropiación del terreno en el que se construyó el Cereso

Fuente: La Jornada de Michoacán

MARTIN EQUIHUA (Corresponsal)

Uruapan, 15 de Mayo.- La comunidad indígena de Caltzontzin continúa a la espera del programa compensatorio de obras, pactado a cambio del terreno de 17 hectáreas donde se construyó el Centro de Readaptación Social (CERESO), expropiado tres décadas atrás.

Mediante un prolongado juicio que alcanzó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, (SCJN), se resolvió una sentencia a favor de los comuneros, originalmente, desplazados de sus tierras luego de la erupción del volcán Paricutín; comuneros que hasta la fecha, siguen padeciendo insuficiencia de agua, y otras necesidades apremiantes de servicios básicos, sobretodo.

La comunidad, distante poco más de 10 kilómetros del centro de la ciudad de Uruapan, espera 
que las autoridades de las actuales administraciones estatal y municipal, atiendan la resolución de la SCJN, la cual mandata reintegrar el predio o realizar el paquete de obras benéficas para la comunidad y sus más de cinco mil habitantes.

Podría incluirse, en forma prioritaria, la rehabilitación y ampliación del sistema de agua potable, estimó Felipe Rangel Aguilar, Jefe de Tenencia, así como la autorización de una extensión del Colegio de Bachilleres, la ampliación del panteón municipal que está “a punto de llenarse”; la pavimentación de calles, la ampliación de infraestructura deportiva, entre otras.

Asegura que ya se ha reactivado un comité “para continuar con esta lucha”, porque con anterioridad la división de opiniones entre los habitantes de la localidad, impidió la definición unitaria de una estrategia y programa de obras.

Con la erupción del volcán en 1943, el general Lázaro Cárdenas convenció a los purépechas para que dejaran su original San Salvador Combutzio y sus terrenos inundados de ceniza, y les gestionó ante otros núcleos agrarias las nuevas tierras en torno a la vieja estación del tren, conocida como Caltzontzin.

Desde entonces se han abastecido de agua de los manantiales El Granado y La Cienega, ubicados en el ejido de Toreo, y de La Presa, donde sin embargo, gastan una fuerte suma en energía para el bombeo.

Las alternativas ahora son dar más potencia al equipo de bombeo en La Presa, o bajar el líquido por gravedad de La Alberca, ubicada al norte; pero hasta ahora no se cuenta con una respuesta sólida del gobierno, dice Aguilar Rangel, quien remata: “como que nos ven divididos y muy pacíficos, pero ya vamos a ver bien esto”.

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