MARTÍN HERNÁNDEZ ALCÁNTARA
El Nodo de Derechos Humanos demandó que los tres niveles de gobierno apliquen cuanto antes un programa de protección a migrantes centroamericanos, ante la incidencia de secuestros, torturas y otras vejaciones que sufren en su tránsito por territorio mexicano hacia Estados Unidos.
Eduardo Almeida Sánchez, representante de la organización no gubernamental, se refirió en específico al caso de Lara Grajales, donde en octubre del año pasado decenas de personas de América Central fueron obligadas a descender a punta de pistola del tren en el que viajaban, y después elementos de la Policía Municipal, en contubernio con otros delincuentes, las golpearon para que les dieran los teléfonos de los parientes, amigos o conocidos que los esperaban en la Unión Americana para exigirles poderosas sumas de dólares por su liberación.
El representante de la organización y otros integrantes del Nodo auxiliaron durante el fin de semana pasada y los primeros días de la presente a un migrante de origen guatemalteco que también fue secuestrado y estuvo a punto de ser asesinado.
El activista expresó: “aparentemente hay un absoluto desinterés de enfrentar una realidad que es que hay seres humanos, personas que, independientemente de su nacionalidad, transitan por el estado de Puebla, agredidos, mutilados, violentados. No hay intención de solucionar un problema, inclusive leía hoy en La Jornada que el Cártel del Golfo se está dedicando a cosas como ésta, el ataque a migrantes: sucede en Reynosa, en Tabasco, Chiapas y Veracruz; sucede allá exactamente lo que está ocurriendo en Lara Grajales”.
–Las autoridades poblanas y del estado de Veracruz se excusan diciendo que la investigación a vejaciones a migrantes no es de su competencia –se le dijo al vocero del Nodo.
–Este es un asunto de conveniencias, porque cuando se trató de una denuncia de Kamel Nacif en contra de la periodista Lydia Cacho no hubo problemas de jurisdicción. Consideramos que hay una vinculación estrecha o menor de las autoridades de muchas localidades con el crimen organizado.
Fuente: La Jornada de Oriente (Puebla)
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