Nydia Egremy
La fórmula para ganar en las elecciones legislativas es aumentar los recursos para seguridad y gasto público, mientras se socava la formación de capital humano: el Presupuesto de Egresos 2009 reduce el gasto en ciencia y tecnología.
Pese a la recesión mundial y el reciente desplome de los precios del petróleo y otros recursos minerales, países como Ecuador, Panamá y Argentina prevén un crecimiento no menor del 4 por ciento para el año próximo. En ese contexto, sus presupuestos de egresos se centran en el gasto social y apuestan a intensificar el ejercicio presupuestal científico tecnológico.
En contraste, el gasto público de México para 2009 privilegiará el rubro de seguridad pública y combate a la delincuencia con una asignación de 104 mil millones de pesos; por esa razón, ese gasto público constituye un “presupuesto de guerra”, sostiene Emilio Caballero Urdiales, profesor de macroeconomía y política fiscal en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
A pesar de que el Presupuesto de Egresos de la Federación de 2009 es el más alto de la historia del país –con un monto de 3 billones 45 mil 478.6 millones de pesos, que representa el 23.5 por ciento del producto interno bruto (PIB)–, no apuesta a formar mexicanos con habilidades y destrezas científico tecnológicas que contribuyan a que el país salga de su dependencia, señala el Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCT).
Su coordinador, Juan Pedro Laclette, califica de “muy pobre” el gasto que aprobó la Cámara de Diputados para esa materia en noviembre. El doctor considera que el Consejo Nacional para Ciencia y Tecnología (Conacyt) recibió un incremento que “es apenas superior a la inflación”.
Esa asignación ocurrió a pesar de que los 30 miembros de la Comisión de Ciencia y Tecnología aprobaron por unanimidad el dictamen que proponía un incremento de 3 mil 400 millones de pesos (incluidos 1 mil 590 millones propuesto por el FCCT), adicionales a la propuesta del Ejecutivo. Ese aumento intenta salir al paso del rezago de 15 años en la materia, pues no se han actualizado los equipos científicos y técnicos del país; además, persiste un requerimiento de 500 millones de pesos para reforzar la infraestructura científica.
Ese fracaso en la asignación de recursos para la educación científica y tecnológica y su equipamiento se traduce en un efecto negativo en la competitividad científica de México respecto al mundo, señala el FCCT. A esto se suma la más reciente estimación del Fondo Monetario Internacional (FMI) ubicó el crecimiento económico de México del próximo año en 0.9 por ciento, es decir, menos de un punto porcentual del PIB.
“Presupuesto de guerra”
El “presupuesto de guerra”, que describe Caballero Urdiales, se libra en dos campos de batalla: “Uno, el fortalecimiento del gasto contra la delincuencia organizada y la inseguridad pública; otro, el electoral, pues se da en la coyuntura para renovar el Congreso el próximo año”. Asegura que el análisis de las cifras muestra un aumento importante en los rubros relacionados con la seguridad pública como la inteligencia, Gobernación y los tribunales.
Apunta que el incremento “obedece a que la inseguridad pública ya llegó a límites intolerables y el gran descontento y desconfianza de la ciudadanía hacia las autoridades también afectaría la renovación del Congreso en su lucha por aumentar posiciones”.
El académico de la Facultad de Economía explica que, al asignar mayores recursos al gasto social, el gobierno busca aumentar sus posiciones en el Congreso durante la elección de 2009 y cuenta con que esas transferencias lo favorezcan entre la población en su intención de voto”. Señala que hasta el 8 de septiembre, cuando se plantearon las grandes prioridades en el Presupuesto de Egresos, aún no había estallado la crisis economicofinanciera como resultado de la problemática estadunidense, “y las autoridades no habían observado la magnitud de la misma, por lo que esos aumentos en el gasto público no eran netos, sino que se financiaban con reducciones de los rubros dedicados al fomento económico”.
De ese modo, explica Caballero Urdiales, la clasificación funcional del presupuesto descuidaba el fomento económico y se mantenía un “presupuesto de guerra” por el aumento al rubro de combate a la delincuencia. Esto generó un presupuesto contractivo que, al estallar la crisis financiera en Estados Unidos, obligó al gobierno a adoptar una política contracíclica, que “esperemos que se cumpla, pero no necesariamente será así”.
Situación nacional
Dada la expectativa de la recesión estadunidense, México podría tener un crecimiento cero o negativo. Por ello, la asignación de recursos al campo en el presupuesto de 2009 representa un monto de 235 mil 858 millones de pesos mediante el Programa Especial Concurrente (PEC).
A su vez, la principal oferta del gobierno federal para hacer frente a la burbuja inflacionaria estadunidense y la recesión mundial es la de realizar erogaciones plurianuales para proyectos de infraestructura, por 5 mil 235. 8 millones de pesos y 17 mil 918.5 millones de pesos para años posteriores.
Pese a ese flujo de recursos presupuestales, partimos de una situación nada halagüeña, dice Caballero Urdiales: “La mitad de la población ya está en pobreza y se le agrega falta de crecimiento”. Respecto a la posibilidad de que ese contexto social apunte hacia posibles estallidos sociales, el académico comenta que se trata de “un problema grave, porque la desigualdad es tan grave como la pobreza”.
Explica que, en el contexto actual de recesión, una sociedad que no crece, como la estadunidense, tendrá que ajustarse el cinturón, “pero nosotros, que ya traemos un lastre de pobreza, desigualdad y falta de crecimiento, vamos a estar en el peor de los mundos posibles”.
Para el economista Jorge Eduardo Navarrete: “Hemos visto con extraordinaria miopía el compromiso nacional de dedicar, como mínimo, recursos equivalentes al 1 por ciento a las áreas de ciencia y tecnología; ésa es una de las muestras mas palmarias de la falta de miras en el gasto público en México”.
El también diplomático –que representó a México en Naciones Unidas, China, Venezuela, Serbia y Montenegro– señala que “nunca se piensa en reducir el gasto corriente suntuario, como el nivel de salario o las prestaciones de los miembros de la alta burocracia, sino que se corta el gasto a la cultura, al arte, la ciencia y la tecnología”.
Indica que legisladores de todos los partidos “manifestaron un desencanto generalizado con el maltrato que se dio, presupuestalmente, a ciencia, tecnología y educación”. Además, dice, esos recursos “se destinan de manera escandalosa al gasto corriente del Conacyt, una de las entidades de fomento científico y tecnológico más ineficientes del mundo”.
Apuesta al futuro
Para Caballero Urdiales, en México existe una triple restricción para fomentar la educación, la infraestructura y las actividades que harían posible el crecimiento económico y el empleo. Una de éstas se refiere al capítulo de la tributación: el país tiene “uno de los peores mecanismos de recaudación tributaria del mundo”, recauda entre el 5 y el 10 por ciento del PIB, contra el doble o triple de esa cifra en otros países. Entre las limitantes, el investigador identifica las tasas de interés elevadas que encarecen el crédito y desestimulan la inversión.
Entretanto, basta observar que en su presupuesto para 2009, Argentina, cuya economía tocó fondo hace unos años, hoy se plantea crecer al 4 por ciento y tener una inflación de 8 por ciento. Bolivia incluye la mayor asignación de las últimas tres décadas para inversión pública (con 1 mil 871 millones de dólares) contra el presupuesto para ese rubro de 2006 –primero en la presidencia de Evo Morales–, que fue de 762 millones, aunque ejecutó realmente 870 millones; para 2008, el presupuesto llegó 1 mil 407 millones de dólares.
El caso de Ecuador –país que desde 2000 dolarizó su economía y, tras la grave crisis económica que sobrevino a esa medida– es significativo: en 2007 decidió fortalecer su recaudación fiscal, con lo que en 2008 captó 20 por ciento más que el año anterior.
Aunque dicha nación no está exenta de la crisis financiera mundial y la baja en los precios del petróleo también la afectan, “no se desistirá en el propósito de proteger los rubros dedicados a educación, salubridad, ciencia y tecnología”, señala Galo Galarza, embajador de Ecuador en México.
Ese gobierno mantiene un crecimiento en el gasto del 50 por ciento con relación al presupuesto inicial de 2008, a pesar de que existe un déficit de 3 mil 359 millones de dólares, es decir, 4.2 por ciento del PIB. Para lograr ese objetivo, la administración ecuatoriana emprendió una intensa recaudación fiscal en las empresas extranjeras que reportaban enormes ganancias y cero utilidades al fisco.
“Es importante ver que, cuando hay reglas claras del juego y una decisión del gobierno para cobrar sus impuestos, esos capitales no se alejan, saben que tienen que tributar, que pagar sus impuestos y siguen operando en Ecuador”, explica Galarza.
Fuente: Revista Fortuna.
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