(Fuente: Punto y Aparte / Juan José Díaz Bermúdez). Oaxaca.
La retención de miembros del Ejército Mexicano, en Santiago Lachivia, municipio de San Carlos Yautepec, Valles Centrales de Oaxaca, zona considerada como un foco rojo por las corporaciones federales y el Instituto Armado, pone en alerta al gabinete de seguridad nacional, y confirma lo que se había dicho, el 2009, promete, más que simples ciudadanos espectadores en las diversas regiones de México. Lachivia, agencia de San Carlos Yautepec ha vivido desde 1998 bajo la lupa del Ejército Federal y de agencias de investigación política, debido al hallazgo de uniformes del Ejército Popular Revolucionario (EPR) en los años álgidos del levantamiento de Loxicha.
En las comunidades están cansados de la impunidad de la policía federal, del Ejército Mexicano, y de las policías estatales, incluso municipales, que tomando de pretexto la lucha contra el narcotráfico, han violado derechos humanos, pisoteado la dignidad, pero jamás han quebrantado el espíritu de los indígenas que organizados, demostraron en Lachivia, que no se necesita estudiar en el Colegio Militar, ni acudir a cursos al West Poit, para defender con organización, táctica y operatividad, lo que le pertenece a cada uno de los que habitan México.
La versión de los habitantes de Lachivia, que no debe de dudarse, es que los elementos del Ejército Mexicano, ingresaron a esa población, con la intención de ejecutar órdenes de aprehensión por supuestos delitos contra la salud, pero además, muy aparte de golpear a mujeres, niños y ancianos, los uniformados, saquearon los domicilios, robándoles a los campesinos lo poco que han podido guardar como patrimonio familiar. La versión que insisto es creíble, debe ser investigada por el Estado Mayor, y de confirmarse, procesar a los culpables, sean oficiales o tropa, para imponer un castigo cómo antecedente, que evite en lo futuro que miembros del Ejército Mexicano, realicen prácticas propias de facinerosos y roba vacas.
No se puede confiar en un Ejército, que lo mismo viola ancianas como en Zongolica, Veracruz, que asesina a jóvenes, mata a mujeres embarazadas y acaba con familias enteras, como sucedió en Sinaloa, por citar sólo unos ejemplos, en el lapso de la lucha convocada por Felipe Calderón, en su lucha contra los cárteles de la droga. Esos son los errores que hoy paga el Instituto Armado, y en los que nunca debió caer, al salir a las calles a realizar actividades propias de la policía, la imagen del Ejército se ha deteriorado, y más que ello, han trastocado los umbrales del desinterés popular, al grado que hoy le temen a los soldados mexicanos en su propio territorio, más que a los delincuentes.
El caso de Santiago Lachivia, es un tema excepcional, porque no ha sido la primera ocasión, que el Ejército Federal, arremete en contra de sus pobladores, en agosto de este año, elementos de infantería, tirotearon a indígenas Zapotecas de Lachivia, cuando realizaban faena de Tequio, resultaron heridos varios campesinos, el hecho fue superado, sin embargo regresaron los militares en diciembre, para volver a atacar a los pobladores, pareciera que no es coincidencia.
Aunque la verdad habría que escarbar, para analizar la intención que los militares tienen y han tenido en Lachivia. Primero, habría que desmenuzar el mapa geográfico de esa región, es cierto que es proclive al tema del narcotráfico, sin embargo también se habla de la presencia de grupos guerrilleros en la zona. Hay un paraje conocido como “Mano de León”, en ese lugar, en 1998 fue encontrado en una cueva, un arsenal con uniformes del Ejército Popular Revolucionario (EPR), una bandera nacional, una bandera rojinegra con las siglas del EPR, además de radios de comunicación, lo que hizo suponer que los utensilios, pertenecían a cualquiera de los grupos que operan en Oaxaca por parte del PDPR-EPR.
Aunque la noticia se guardó herméticamente, trascendió del interés de la 28 zona militar, de investigar junto con el Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (CISEN), la presencia de guerrilleros en la zona, sobre todo, acusando de inmediato al profesor, Erangelio Mendoza González, con gran presencia en ese lugar, de comandar junto con Rafael Vicente Rodríguez, al EPR. Fue una acusación que nunca ha sido probada, y que sin embargo, logró, que desde esa fecha, la zona de Yautepec, sea desde 1998, considerada por el Ejército Mexicano, como un lugar de alto riesgo y alerta rojo.
Los operativos militares como son: Retenes, cateo de viviendas, vigilancia aérea, investigación de inteligencia, han sido parte cotidiana, no sólo para Lachivia, son varias las poblaciones, que viven bajo la lupa de la SEDENA y el CISEN, en el distrito de San Carlos Yautepec.
¿Por qué? Después de la región de los Loxicha, fueron dos las zonas donde se centro la atención por parte de las agencias de inteligencia, varias de ellas asesoradas por extranjeros. La Sierra Norte y San Carlos Yautepec, destacaron por estar dentro de la sospecha de las corporaciones y los militares, de colaborar con la guerrilla. En dos o tres ocasiones en las que el EPR, filmó entrevistas y las mostró al público, se notan bosques, los árboles y arbustos que ahí se aprecian, corresponden a las zonas de la Sierra Juárez y la zona de San Carlos Yautepec, según los expertos de Inteligencia militar (Disculpen el Oximorón).
Han trascurrido infinidad de acciones de la guerrilla a nivel nacional, y en todas ellas la zona de Yautepec ha sido motivo de vigilancia permanente y operativos de disuasión con el objetivo de atrapar guerrilleros, hasta el momento no ha sido detenido un solo miembros del EPR en ese lugar, pero las acciones se siguen presentando, de tal manera que hay quienes piensan en esos pueblos, que el Ejército Mexicano, trata a como de lugar, de implicar a los habitantes de esa región en acciones fuera de la ley.
Las supuestas investigaciones, aprehensiones y cateos que se ha dicho fue motivo para que los habitantes de Santiago Lachivia, retuvieran a miembros de Infantería de la SEDENA, se derivó de las investigaciones que Inteligencia Militar (Oximorón), realizó en ese lugar. Se supone, por lo menos eso creen los altos mandos, que fue en esa región donde el EPR, llevó a cabo el Pre Congreso de su organización, y que será ese lugar, el conclave del Congreso, donde se supone habrá de definirse la posición del EPR rumbo al 2010.
Por tal razón, el motivo de llevar a cabo redadas, con objetivos militares de someter a los pobladores que pudieran estar implicados, dado que el interés de los uniformados es el de disuadir, a través de la represión y la guerra sucia, como el arte de hacer la guerra sin disparar un solo tiro. Lo triste de todo esto, es que cientos de familias, son hostigadas en la agencia municipal de Santiago Lachivia, y tras está muestra de rebeldía, insurgencia y hartazgo, habrá mayor represión sin sentido, ya que hasta hoy no se ha comprobado que habitantes de esa zona, se encuentren implicados con una organización clandestina como el EPR
El ejemplo de Santiago Lachivia trascenderá, y es posible que en otras comunidades, copien esa actitud, lo que habría de preguntar: ¿Esperan más casos así? ¿Insistirán en retar al pueblo? Ojalá que el gobierno de Felipe Calderón no trate de despertar al tigre de la montaña, sería un error táctico y operativo.
Fuente: Kaos en la Red.
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