En México, el 15 de septiembre es el día de “El Grito”, que recuerda el inicio de la guerra de Independencia, misma que abolió la esclavitud y nos liberó de la colonia española. 198 años después, luego de múltiples agravios, está en marcha una nueva insurgencia; es la hora de pensar nuevamente en Re-nacionalizar a México.
Mexicanos fiesteros
Algunos intelectuales critican a los mexicanos porque reducen las Fiestas Patrias al simple relajo, el folkorismo, la superficialidad y el grito sin sentido. El 15 de septiembre, lo que congrega a los mexicanos no ningún nacionalismo sino, apenas, un descolorido patrioterismo, dicen.
Visto superficialmente, lo anterior es cierto. Peor aún, esa “fiesta” se hace en México y en el extranjero. En el país se ha vuelto un ritual “kitch” adornado por la televisión privada que despoja a la celebración de su sentido histórico. En el extranjero, todo se reduce a la “curiosidad”, al brindis con tequila “margarita” y, a veces, unos mariachis bolivianos.
La fecha ha servido a los sucesivos gobiernos para reunir al cuerpo diplomático y que, el presidente, salga al balcón de Palacio a “darse un baño de pueblo” ante las exclamaciones previamente grabadas que transmite la televisión.
Pero, políticamente, el nacionalismo mexicano oficial es uno, vacío de contenido y apenas efectista para el discurso; otro, es el nacionalismo “de abajo” que significa antiimperialismo. El nacionalismo mexicano no es solamente una “bandera” sino el derecho a la nación.
Por eso, el gobierno ha reducido la Independencia y “El Grito” al nivel más bajo. Esto no es casual, ya que, sirve al Estado mexicano para aplanar la conciencia de las nuevas generaciones y así, ignorantes de su propia historia, someterlas más.
Mexicanos agraviados
Durante el foxismo, se prohibió “dar el Grito” en el exterior, hoy ha vuelto la costumbre. En Chicago, donde viven miles de mexicanos expulsados de su propia Patria, Juan Manuel Oliva, gobernador del PAN, fue a vitorear a los héroes que nos dieron “Patria y Libertad”.
Esto último le gustó mucho al panista, así se llama(ba) el grupo fascista que, al momento del golpe contra Allende, salió a las calles de León a vitorear a Pinochet. Ese grupo, homónimo del chileno, era (es) parte del brazo armado de El Yunke.
Peor aún, aquel 15 de septiembre de 1810, Miguel Hidalgo, en la iglesia de Dolores, al llamar a los mexicanos, dijo: “¡Abajo el mal gobierno! ¡Mueran los gachupines!”.
Este 15 de septiembre de 2008, Juan Camilo Mouriño, individuo español, representante de las transnacionales en el gobierno de Calderón, en representación de éste fue a Dolores Hidalgo, Guanajuato, nada menos que “a dar El Grito”. Además de cínico, Mouriño es un gachupín, descendiente y sucesor de los serviles a la corona.
Esto significa no solamente una falta de respeto a los mexicanos por parte del gobierno del PAN; el agravio implica la privatización de nuestra historia, su tergiversación, el mal uso de los símbolos y la ofensa a la memoria. Por supuesto, esto no extraña, los panistas son “nuevos realistas”, están al mando de Calleja y son súbditos del Rey.
Mexicanos sometidos
La expresión más degradada está representada por los charros sindicales, especialmente, del sindicato petrolero. El día de la independencia “celebran” pisoteando los derechos elementales de los trabajadores. ¿De qué independencia, de qué patria y de qué héroes hablan? si cotidianamente reprimen violentamente a los trabajadores y sus familias.
Por estos días, Carlos Romero Deschamps y sus secuaces están nerviosos y rabiosos. En varias secciones siguen agrediendo a los petroleros y, en contubernio con Pemex, continúa el despido de trabajadores, las amenazas y la violencia.
Eso, no se distingue de la situación previa antes de la Independencia. El exceso sobre los esclavos es la característica de gobiernos y charros sindicales al servicio del reino extranjero. Desde el plantón de petroleros, frente a la secretaría del trabajo en la ciudad de México, proclamamos que somos parte de la insurgencia en lucha y que pronto seremos libres.
Mexicanos insurgentes
Los comentaristas de la televisión privada se mostraron irritados porque el Zócalo de la ciudad de México es objeto de disputa. Les molesta que otros, como López Obrador, también ocupen ese espacio para dar “El Grito”. Olvidan que, esa ceremonia, no es propiedad privada de nadie. De hecho, en todas las ciudades y pueblos mexicanos se da “El Grito”, sea por el gobierno local, los comisariados ejidales o los maestros.
Hasta en las casas ocurre algo similar. La “Noche Mexicana” culmina con “El Grito”. Es cierto que muchos compatriotas toman la fecha solamente para “celebrar”, comer y beber, y luego, olvidar. Pero, otros mexicanos, estamos en vías de recuperación de nuestra propia historia y, la mejor manera de recuperarla, es haciéndola.
La “mexicana alegría” es también para ser dignos y, eso, lo habremos de lograr al ser de nuevo independientes. ¡Tierra, Independencia y Libertad! es nuestra proclama. Esto significa el derecho de los mexicanos a la tierra y sus recursos naturales, a la independencia de clase y a la posibilidad de plenitud humana.
Mexicanos al grito de guerra
Este 15 de septiembre de 2008, muchos mexicanos (as) ya estamos de pie, falta que otros (as) se incorporen. Enfrentamos la agresión más sería de los últimos cien años. El despojo que el imperialismo pretende hacer de nuestros recursos energéticos, apoyado por el gobierno y partidos políticos, tendrá una respuesta “como debe de ser”.
Es momento de vibrar con la letra y música del Himno Nacional Mexicano. Estamos ante un “grito de guerra” y el llamado es para todos los mexicanos. Es el momento de pensar seriamente en Re-nacionalizar a México.
Frente de Trabajadores de la Energía, de México
No hay comentarios:
Publicar un comentario