miércoles, 10 de septiembre de 2008

Pemex y los empresarios mexicanos


POR ALFREDO JALIFE-RAHME


En el foro Actualidad y Perspectivas del Sector Energético Mexicano, realizado en fechas recientes en la Universidad de Guadalajara, me correspondió contribuir en el tema desafiante Participación e inversión privada en los hidrocarburos. Mi ponencia, naturalmente desquició a uno de los invitados, el empresario poblano de refrescos transformado por la alquimia foxiana en "experto petrolero", Jorge Andrés Ocejo Moreno, senador yunquista del PAN, quien no pudo aguantar su ira ante las evidencias expuestas y salió precipitadamente del aula de conferencias antes de concluir el debate. Por cierto, el yunquista Ocejo se encuentra blindado tanto por la PGR como por el IFAI en presuntas averiguaciones previas ante el ministerio público, debido a sus lazos con el anterior director de PEMEX, Raúl Muñoz Leos, quien fue defenestrado por su flagrante corrupción, y de quien fue asesor.

A continuación, una síntesis de mi ponencia y la participación empresarial en PEMEX:

Deseo felicitar a la Universidad de Guadalajara porque permite que se descentralice el debate. Acabo de participar en un debate en la UNAM respecto a la reforma desnacionalizante de PEMEX. Recientemente, cené con el rector de la UNAM, José Narro, y estaba muy contento de los hallazgos y los estudios que ahí se realizaron; es decir, no puede ser que universidades como la de ustedes, la UNAM, la Universidad de Nuevo León, y otras universidades públicas, sean excluidas del debate petrolero que los gobiernos neoliberales de México panistas y priístas le han otorgado en forma exclusiva, aunque en forma clandestina y lejos del escrutinio ciudadano, al ITAM y al CIDE, los dos portavoces del modelo librecambista y de la privatización de PEMEX.

Acaban de escuchar parte de mi currículum y se habrán percatado que me formé, entre otras especialidades, en la maestría de Administración de Empresas (Master Business Administration), en la Universidad de las Américas, en ese entonces perteneciente tanto a la matriz de Cholula como a la filial de la Cidad de México, y que, incluso, es estadounidense, ni siquiera es mexicana. No existe nada más privatizador que la Universidad de las Américas.

Entonces, por formación, no tengo nada en contra de los empresarios, todo lo contrario, y se me hace absurdo excluir a los empleados como a los empresarios de actividades específicas. El tema me fascinó de entrada, porque permite plantear cuál es la ubicación del empresario mexicano que tiene una ubicación en muchos rubros. Pero una cosa es ser empresario y otra cosa es desear gobernar, pecado capital, como una gerenciocracia en la que se degradaron el foxismo en particular y el neoliberalismo mexicano en general tanto del PRI como del PAN, porque una empresa no se maneja como una entidad gubernamental ni ésta como aquella. ¿A quién le molesta que los empresarios, pese a sus escándalos expuestos, posean equipos de fútbol? A nadie. ¡Pero que no se metan con PEMEX!

Y es por una sencilla razón: Ignoro fehacientemente el grado de solidaridad con México, visto integralmente y no sectorialmente, así como la profundidad nacionalista de los llamados empresarios mexicanos. Si por sus actos los conoceréis, pues entonces muchos han dejado que desear en su conducta, como el medieval Consejo Coordinador Empresarial que "coordina" y aceita más bien los intereses de las trasnacionales de EU y España.

Así que de parte de este servidor no existe animadversión sectorial. Acabo de conocer a Raymundo Gómez Flores y tuvimos empatía mutua; incluso, me gustó relativamente su ponencia en la que percibo el nacionalismo empresarial, y hasta el regionalismo jalisciense; quizás no comparta algunos puntos, pero me gustó, lo noté muy equilibrado, y es un destacado empresario local.

De paso, les puedo decir que conozco a dos de los tres principales empresarios de México, en términos de capitalización de mercado, a quienes considero nacionalistas; es decir, que anteponen el interés de México frente a los intereses foráneos, en la medida de lo posible: cada quien tiene su propio y muy respetable punto de vista y mantenemos relaciones civilizadas y cordiales, independientemente de nuestras posturas.

México, si de algo carece, es de empresarios. Es un tema que conozco y he tratado académicamente. Siempre doy el ejemplo de Sud-Corea con México. En 1982, que fue un año aciago, cuando inicia su desgobierno Miguel De la Madrid Hurtado, de quien más me acuerdo de su apellido materno que del paterno, México tenía un producto interno bruto per cápita que era el doble de Sud-Corea. Pasaron 27 años y Sud-Corea en estos momentos ha desplazado a México y su per cápita es el doble del de México, al que superó cuatro veces. ¿Qué pasó en un cuarto de siglo que Sud-Corea incrementó cuatro veces su PIB per capita y México se hundió y naufraga en la plena mediocridad de un quinceavo lugar, después que Fox cacareaba representar al noveno lugar? Duele decirlo, pero tal es la triste realidad a la que nos llevó el modelo neoliberal.

En México, desgraciadamente impera la clepto-kakistocracia. "Clepto" viene de hurto (por eso me acuerdo del apellido materno "Hurtado" de Miguel de la Madrid) y kakistocracia significa "el gobierno de los peores". Llevamos más de un cuarto de siglo de mediocridad. Sean priistas o panistas, no tienen perdón, son neoliberales. Lo que no sirve es el modelo neoliberal, no es PEMEX; hagan lo que hagan, es como el Conde de Munchausen, mientras más patalea más se hunde en los pantanos; no sirve el modelo, y esto nadie lo está diciendo.

El modelo sudcoreano carece de recursos naturales e importa hidrocarburos; Sud-Corea es un país del tamaño de Chiapas, con casi 50 millones de habitantes, la mitad de México.

Fox, compañero de Roberto Hernández Ramírez que cuesta mucho trabajo vender como paradigma del empresario mexicano, tardó 30 años en recibirse en la Universidad Iberoamericana; incluso, le decían el "foxil", porque se pasó de tueste. El año pasado, según datos recientes del FMI , México está en el 15º lugar y nos han desplazado ya Australia, con todo y canguro,s y Sud-Corea. Una caída de siete lugares durante un sexenio es aterrador. Tal es el legado de la gerenciocracia de Fox.

Pero, ¿cuál fue el milagro sudcoreano? Pues sencillamente la "Investigación y Desarrollo", que es lo que falta en nuestro país; los sudcoreanos invirtieron en educación; no tendrán petróleo, no tendrán un gran territorio, pero tienen cerebros educados.

El problema de México no es el "tesoro" que dicen que está en las aguas profundas del Golfo de México, sino la descerebración ideológica en la que se ha caído en los recientes 27 años: El neoliberalismo, totalmente ideológico y teológico, carece de sustento.

Ojalá tengamos empresarios, al estilo sudcoreano. "Empresario" significa emprendedor, pero por desgracia en México carecemos de genuinos empresarios, con sus justas excepciones y decepciones. La mayoría en las alturas se ha movido más como "coyotes", o prestanombres de los presidentes en turno. Hay que hacer la excepción notable de los medianos y pequemos empresarios, quienes cumplen con el fisco y participan en la armonía nacional, a diferencia del balcanizador y vulcanizador Consejo Coordinador Empresarial, dirigido por un bushiano-salinista incondicional; es decir, la peor de todas las mezclas.

¿Cuál ha sido el problema en México? Carecer de empresarios. Existen muy respetables empresarios, pero son de la mediana y pequeña industria que andan en el anonimato. Nadie los conoce, mientras los grandes empresarios de este país, por desgracia, no son empresarios, no emprenden: Son "coyotitos de quinta", con mentalidad pre-medieval; son prestanombres de los presidentes en turno que se venden al peor postor y al mejor impostor. Entonces, ante este escenario tétrico, si me preguntan, ¿Estás a favor o en contra de la privatización de PEMEX? Fíjense que estoy yendo al extremo, y de entrada les digo, que en México, dadas las circunstancias coyunturales, estoy absolutamente en contra; y no es negociable bajo ningún concepto la privatización de PEMEX, oculta, velada o transparente

Roberto Hernández Ramírez, el naranjero venido a más.

Jorge Ocejo Moreno, el energúmeno.

Pero aún admitiendo, sin conceder, que puede ser benéfico para el país, fíjense que si ustedes me dijesen que las empresas privadas controlan la explotación de hidrocarburos en EU, y que en Brasil participan relativamente los empresarios, todavía pudiéramos negociarlo. Fíjense lo que son las cosas: En Estados Unidos, quienes sabemos que lo que significan las empresas privadas en ese país, lo público es privado y lo privado es público: no van a encontrar ninguna empresa grande que se respete que ande suelta, siempre van a encontrar a un almirante, a un general, o hasta ex-directivos de la CIA en su Consejo de Administración. Ese es el modelo estadounidense que les dio estupendo resultado. Que ahora se encuentre en la insolvencia es otro tema, pero les funcionó y hay que reconocerlo que constituyó un milagro en el siglo XX, aunque, obviamente, ahora ya está totalmente quebrado ese modelo. Si me preguntasen, ¿Aceptarías la privatización de PEMEX en Estados Unidos, con sus bemoles? Vamos a negociar, les diría; no la acepto en su totalidad, pero sentémonos a negociar, y en las asíntotas del pensamiento, dadas las características propias del modelo estadounidense, todavía "medio" pudiera aceptarla con todas las "reservas" (petroleras y morales) del mundo.

Cabe señalar que en México, la monstruosa privatización financiera, en particular la bancaria, no generó los resultados prometidos, cuando más del 92 por ciento de la privatización bancaria en términos de capitalización de mercado se encuentra en manos foráneas; no ha servido de apuntalamiento al desarrollo interno, sino más bien al consumismo que favorece el modelo neoliberal global.

Si ustedes me dicen en Brasil, fértil en empresarios nacionalistas, todavía lo pudiera aceptar. Nada más que les voy a decir algo acerca de los empresarios brasileños, que poca gente conoce. Brasil ya es potencia mundial y forma parte del "BRIC", las nuevas potencias emergentes; el BRIC constituye las siglas de Brasil, Rusia, India y China. Los brasileños tienen rumbo, destino, y desean convertirse en una gran potencia en el mundo. Ya están entre los grandes países en el concierto internacional y sus empresarios, -dije empresarios, no "coyotes", yo no estoy hablando de Roberto Hernández Ramírez, de Banamex-Citigroup, que tan mal se portó con la nación mexicana- que participan e la grandeza de Brasil que posee proyecto satelital y misilístico, que han adoptado un proyecto nuclear pacífico. Tal es la gran diferencia entre los empresarios de Brasil y los "coyotitos de quinta" del Consejo Coordinador Empresarial.

El empresario brasileño tiene identidad, conoce los horizontes, la potencialidad y alcances de su país y busca la gloria. Y desea obtener poder. La privatización brasileña pasa por los cielos, a diferencia de los avernos neoliberales mexicanos.

Desgraciadamente, en México no puedo avalar el mismo modus operandi. La experiencia de las casi tres mil empresas que se han privatizado ha sido nefasta, y el peor ejemplo ha sido el de Roberto Hernández Ramírez, el presunto socio de Fox y Zedillo. Por cierto, cabe recordar que el locuaz Fox andaba construyendo dos refinerías en Centroamérica, en el marco del fenecido Plan Puebla Panamá ,y se le olvidó que en México hace más 20 años no se construye una sola , lo que obliga a PEMEX a desembolsar demencialmente 20 mil millones de dólares en compra de gasolina en EU, que representan prácticamente la mitad de los ingresos por exportación del crudo.

Así las cosas, el tema de la privatización en México no tiene la misma connotación semántica que en Estados Unidos o en Brasil, o en otros países del mundo. Insisto: el empresario mexicano no es un empresario. La gran excepción la constituyen las pequeñas y medianas empresas que merecen nuestro respeto, y pertenezco a la escuela de pensamiento que suele proferir que si alguien pone en riesgo su capital y con creatividad consigue ganar, pues, ¡Provecho! Pero, cómo le vamos a dar la riqueza nacional a quienes nos han demostrado que odian a México.¡Odian a México!

Insisto en el ejemplo de Roberto Hernández Ramírez, el ex vendedor de naranjas tuxpeño. No ahondaremos como adquirió Banamex, que llamo "Bananamex" por sus características de banco "bananero". Hernández se apodera de Banamex, gracias a Salinas; no supimos en qué condiciones; vamos a dejarlo ahí porque todavía la auditoría de FOBAPROA-IPAB -se los digo con responsabilidad- no está concluida increíblemente. Se encuentra pendiente: el auditor canadiense McKay simplemente emitió una recomendación, pero nunca se realizó una auditoría consolidad. Todavía ignoramos qué sucedió en el FOBAPROA-IPAB.

En síntesis: Salinas entrega Banamex a Hernández Ramirez, quien luego lo quiebra, mientras se obliga fiscalmente a los ciudadanos a rescatarlo -bajo el infame axioma neoliberal "privatización de las ganancias y socialización de las pérdidas"-, para finalmente venderlo a Citigroup en12 mil 500 millones de dólares en el piso de remates de la bolsa de valores con el fin de evadir el pago de impuestos.

Pero falta lo peor: firmamos un desplegado alrededor de 100 intelectuales para solicitarle, no el pago impensable de impuestos, sino el rescate del gran acervo pictórico del Museo de Iturbide, evaluado en100 millones de dólares, pero su ilimitada codicia lo negó. Citigroup , que adquirió Banamex, ni siquiera sabe quién es Iturbide y, menos, conoce el valor de la museografía mexicana. Bueno, ni eso nos dejaron; les hablo de migajas, 100 millones de dólares ¿Esa es la clase de empresarios o "coyotes" a los que les vamos a entregar PEMEX?

Voy más lejos. Fíjense, aunque crean que sea un fanático de la estatización, que no lo soy, porque existen estatizaciones malas como privatizaciones pésimas, les puedo dar ejemplos en el renglón energético porque me dedico a ese tema, donde las privatizaciones no han sido exitosas, como el caso de REPSOL en Argentina donde arrojó la toalla, mientras era sacada a patadas de Venezuela y Bolivia. Otro fracaso fue la gasera Enron, la otrora octava empresa global. En Gran Bretaña, la privatización constituyó otro soberano fracaso. Y eso que hablamos de países mas avanzados que México en educación. Me pasaría toda la noche hablando de los fracasos de la privatización y alguien me podrá contrarrestar juiciosamente que tampoco las estatizaciones como la de PEMEX han sido exitosas hasta cierto punto. A lo que replicaría que pese a todas sus enormes fallas y boquetes PEMEX deja mucho dinero: alrededor de 700 mil millones de dólares en casi ocho años de gobiernos panistas que han despilfarrado sus ingresos en mediocre gasto de cuenta corriente.

En última instancia, es mejor la peor estatización que la privatización irreversible por la fauna de "coyotes", porque todavía conservaríamos la esperanza que cada seis años podamos cambiar la clepto-kak istoscracia para pasar a manos de un buen gobierno. Pero si se privatiza PEMEX ahí se acaba todo.

En México sobran cerebros, y nos han querido ver como retrasados mentales. Nos han vendido la idea que somos ineptos, porque no sabemos administrar PEMEX, cuando son los mismos fracasados de hace un cuarto de siglo, desde el priista neoliberal Labastida Ochoa hasta el neopanista Reyes Heroles junior, quienes han pésimamente administrado a la paraestatal petrolera y ahora resulta que son los mismos quienes disponen de su única fórmula de salvación.

Luego nos asestan hasta el cansancio que no tenemos tecnología. Justamente, acabo de invitar a los ingenieros de PETROBRAS, que son los pioneros en exploración de aguas profundas, y la primera pregunta que se me ocurrió fue: "¿Cuánto tiempo toma a un ingeniero promedio que se respete -no un ingeniero "patito" y politiqueros, que esos abundan-, acreditados con publicaciones, aprender las técnicas de exploración en aguas profundas? Me respondieron que su entrenamiento dura dos años.

Oigan: los brasileños bailan samba, tienen un buen equipo de fútbol, y ya exploran exitosamente en aguas profundas; nosotros les enseñamos a los brasileños a empezar su tarea petrolera. Nosotros jugamos al fútbol, con todo y Hugo Sánchez, tenemos el jarabe tapatío, caray, imagínense, Qué, ¿No podemos explorar, no sabremos explorar en aguas profundas, finalmente, con una tecnología madura, en dos o tres años? No estamos hablando de un viaje a la Luna ni de fabricar una bomba atómica. !No exageren! Tenemos que ponernos a estudiar.¿Por qué entregar todo en forma parasitaria a las trasnacionales petroleras gallegas y texanas?

La privatización calderonista también es otro mito. De hecho, ya se han infiltrado los empresarios o "coyotes" en las estructuras de la Secretaría de Energía y de PEMEX. Díganme, ¿quién es Muñoz Leos? Pues un empresario que viene de la transnacional DUPONT, y que posteriormente aterriza como director de PEMEX; luego lo atrapan en unas "transas" -aunque en realidad no existe director de PEMEX que se salve de la gran corrupción interna, cuando nada más peroran sobre la innegable corrupción de su pestilente sindicato. En PEMEX, la corrupción es transversal, horizontal, vertical, diagonal, tridimensional y holística; nadie se salva en los últimos 27 años. Nadie que haya metido un dedo en PEMEX, ni cuellos blancos, ni cuellos azules, ni cuellos amarillos o rojos, de todos los colores, se salvan ¿De dónde proviene o quién es Luis Téllez, secretario de Energía en la época de Zedillo, si no es del sector privado mexicano, además del Grupo bushiano Carlyle, hoy prácticamente en quiebra? ¿De dónde viene Reyes Heroles González Garza? Cuando Reyes Heroles junior dejó la embajada de Estados Unidos en Washington, pues se volvió cabildero (en mi época les llamaban "coyotes") de las trasnacionales texanas. Bueno, está bien, también sabemos inglés, y les dicen "lobbysts", porque esperan en el "lobby" del Congreso para persuadir a los legisladores. En forma descabellada, ahora resulta que los mexicanos no entendemos nada de "democracia"; ya nos descalificó Reyes Heroles junior al respecto de la consulta ciudadana.¿Quién es Mouriño Terrazo (que no es ningún albur, es su apellido materno)? Pues un "coyotazo gallego" de las empresas transnacionales españolas. Recordemos que cuando Calderón fue breve secretario de Energía durante diez meses, siendo Mouriño Terrazo su subsecretario, compró gas a los peruanos, que valía cinco mil millones de dólares y gracias a REPSOL, nos costó 21 mil millones de dólares, como si no supiéramos hablar español directamente con los peruanos. Es decir, nos costó el chistecito de Calderón y de Mouriño Terrazo 15 mil millones de dólares. Éste es el modelo que nos espera para PEMEX, es el "modelo Iberdrola", que ya empezó con el gas que, a mi juicio, va a ser mucho más importante que el petróleo y donde ya empezó la privatización de facto de PEMEX, porque el 25 por ciento lo manejan las empresas españolas. Le llamo el "síndrome iberdrola" por ser quien maneja solo el 11 por ciento del gas mexicano. Es probable que suceda lo mismo en PEMEX con la reforma calderonista-beltronista.

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