CanadáEl 19 de marzo de 2008 Monsanto asumió su responsabilidad por la contaminación genética de los campos de Percy Schmeiser tras un acuerdo extrajudicial con el mismo.En el año 2005 Schmeiser encontró plantas modificadas genéticamente (MG) de Monsanto en sus campos y lo informó a la empresa exigiendo que las eliminara. Sin embargo, se confirmó que las plantas eran Roundup (propiedad de Monsanto). Tres años después se comprobó que Schmeiser nunca utilizó estas semillas ni el herbicida Roundup Ready y fue absuelto de las demandas de compensación por parte de Monsanto. Se logró también que las plantas fueran eliminadas profesionalmente y que la factura de este trabajo fuera remitida a Monsanto ya que el veredicto vigente afirma que el dueño de una planta también es responsable de los daños de contaminación de la misma. Antes, la empresa no había accedido a pagar estos gastos, a menos que Schmeiser hubiera firmado un pacto de silencio no hablando más del tema. Sin embargo, una hora antes de que empezara el juicio Monsanto aceptó todas las demandas de Percy Schmeiser y asumió la responsabilidad por la contaminación de los campos de Schmeiser, pagando los daños y aceptando que Schmeiser informara al público acerca de lo sucedido. No es la primera vez que Monsanto es condenada…
FranciaEl 26 de enero de 2007, y luego de dos suspensiones de la audiencia, la corporación transnacional Monsanto fue condenada por un tribunal de la ciudad de Lyon, a pagar varias multas luego que se la declarara culpable del delito de "publicidad mentirosa" ya que en las etiquetas y piezas publicitarias de su producto Roundup Ready, anunciaba que el herbicida era totalmente biodegradable y que su uso deja "el suelo limpio". En el año 2001 la ONG francesa Eaux et Rivières de Bretagne (ERB) presentó una denuncia ante el Ministerio del Medioambiente y el secretariado de Estado para los Consumidores acusando a Monsanto Agriculture France, y a Scotts France, distribuidora en Francia del Roundup, de mentir en su publicidad aportando pruebas. Sobre las etiquetas de seis diferentes productos de Monsanto conteniendo Roundup, cuyo principio activo es el glifosato, se anunciaba que el herbicida era 100 por ciento biodegradable y limpio, respetando el medioambiente sin poner en peligro la vida ser humano o los animales domésticos. Sin embargo, el tribunal de Lyon consideró lo contrario con el agravante que Monsanto y Scotts France conocían las características ecotóxicas del producto, pero ocultándolo en sus mensajes publicitarios.
Según la ONG las dos principales moléculas del glifosato se encuentran presentes en el 55 y 35 por ciento de las aguas superficiales francesas, contaminando los organismos acuáticos.Ya en 1996, Monsanto, había sido declarada culpable en un juicio similar en Nueva York, Estados Unidos, obligándosele a dejar de engañar al público. Sin embargo en Europa permaneció hasta el 2003 gracias a la gran campaña publicitaria que montó allí lo que convirtió al Roundup en el herbicida más aplicado en jardines y tierras francesas. Ese año sus métodos de mercadeo comenzaron a ser investigados.
Fuente: Foro Ciudadano de Participación por la Justicia y los Derechos Humanos.
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