En las últimas décadas hubo un proceso intensivo y permanente de concentración y centralización de las empresas que actúan y controlan todo proceso productivo de la agricultura mundial. Casi todas las ramas de la producción agrícola están controladas por grupos de empresas oligopolizadas, que se coordinan entre sí.
Brasil no escapa a este proceso. En materia de fertilizantes Bungue, Monsanto y Yara controlan toda la producción de las materias primas locales, mientras que Monsanto (otra vez) junto a Nortox monopolizan la producción del glifosato. El oligopolio sobre la maquinaria agrícola está repartido entre Agco, Fiat, New Holland, etc. La noruega Aracruz, la sueca-finlandesa Stora Enzo y la estadounidense International Paper desplazaron toda su producción hacia las ricas condiciones edafo-climáticas encontradas en Brasil, expandiendo el monocultivo de eucalipto. Además, crecieron la inversión de capital extranjero en materia de la expansión del monocultivo de la caña de azúcar para la producción y exportación de etanol (donde uno de sus mayores protagonistas es Petrobras) y de la producción y multiplicación de semillas transgénicas, en especial del maíz, con Syngenta, Monsanto y Bayer haciendo lobby por imponer sus variedades.
Como parte del desplazamiento del capital financiero hacia los países de la periferia entraron a Brasil cerca de 330 mil millones de dólares en forma de dinero en los últimos años. Buena parte de ese dinero se destinó a la compra de tierras, especialmente las de las regiones del centro-oeste y en la nueva frontera agrícola del llamado Ma-pi-to (Maranhão, Piauí y Tocantis), estimándose en 20 millones las hectáreas adquiridas.Los grandes hacendados propietarios de la tierra son cómplices de esta situación al utilizar sus grandes extensiones de tierra, depredar el medio ambiente, trabajo esclavo. El resultado es que Brasil está girando hacia el gran monocultivo para la exportación que sólo dejará al pueblo brasilero pasivos ambientales, desempleo y pobreza.A partir de esta problemática surgieron movimientos sociales reunidos en la Vía Campesina de Brasil que decidieron unirse e implementar protestas que no hicieron mella pese a la publicidad engañosa, la manipulación judicial y la represión directa ordenada las empresas extranjeras y sus lacayos.
Fuente: Foro Ciudadano de Participación por la Justicia y los Derechos Humanos.
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