MÉXICO. — La llegada a esta capital de los restos de los estudiantes mexicanos muertos en el bombardeo colombiano a Ecuador se vislumbra como el inicio de la lucha para reivindicar el carácter investigativo de su presencia allí.
La víspera, en brazos de sus padres y entre consignas de apoyo de compañeros de estudios y autoridades universitarias, salieron del aeropuerto internacional las cenizas de tres de los cuatro fallecidos.
Eran las de Juan González del Castillo, Fernando Franco y Verónica Velásquez. Para este viernes se espera la llegada de las de Soren Ulises Angeles Avilés, todos muertos en el atacado campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En Quito quedó, aún reponiéndose de las heridas sufridas, Lucía Morett, la única mexicana sobreviviente al ataque, testigo excepcional de la incursión letal de los militares colombianos.
Los padres de los cuatro estudiantes muertos y de la propia Morett anunciaron, al llegar a esta capital, la decisión de emprender una acción conjunta nacional e internacional para denunciar las características de la muerte de sus hijos.
Igualmente, reiteraron su demanda al gobierno mexicano para que presente una protesta formal ante Bogotá y reclame el castigo a quienes consumaron la agresión y lo calificado por ellos como asesinato de los jóvenes.
El objetivo es demostrar, además, que son falsas las acusaciones contra los jóvenes de pertenecer a la organización guerrillera para lo cual, agregaron, tienen incluso videos demostrativos para entregarlos a los medios de difusión.
Paralelamente, los estudiantes de
Fuente: Granma.
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