■ “Ellos tienen la fuerza bruta, nosotros la razón y la vamos a hacer valer”, expresa en el Zócalo
Alma E. Muñoz y Enrique Méndez
Andrés Manuel López Obrador afirmó ayer que los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI) se equivocan si apuestan a que el conflicto por la disputa de la presidencia nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) “podrá eclipsar” el movimiento en defensa de los hidrocarburos o desgastar las razones en contra de la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex).
“Están profundamente equivocados, porque aunque deseamos con toda el alma el fin de los problemas internos del PRD, más allá de nuestro partido y de cualquier otro asunto está el interés de la nación”, expuso ayer en la asamblea informativa de la Convención Nacional Democrática (CND), donde dio a conocer la estructura de los cercos ciudadanos y ratificó que las acciones de resistencia civil iniciarán en el momento que se presente la iniciativa de reforma energética.
Anunció también que decidió suspender temporalmente sus giras semanales a los municipios para encabezar reuniones en los estados con los comités de defensa del petróleo y organizar brigadas en todas las regiones del país.
También en la concentración, el presidente del sol azteca, Leonel Cota Montaño, hizo referencia a la disputa por la dirigencia y consideró que “no es posible que para algunos sea más importante otra circunstancia que la lucha por el petróleo”.
Su postura se enmarcó, además, en el hecho de que los dirigentes y legisladores de Nueva Izquierda no se presentaron a la asamblea informativa. “Los problemas internos del PRD son secundarios frente a esta causa que nos une. El perredismo del país debe estar unido en torno a la defensa del petróleo. Es lo más importante”, insistió.
Mientras, y ante miles de personas que se congregaron la tarde de ayer en el Zócalo de la ciudad de México, el “presidente legítimo” resaltó que, con la ciudadanía y la autoridad moral de su movimiento, se enfrentará “al grupo de potentados, nacionales y extranjeros, que cínicamente y con actitudes que no se fundamentan sino en la mentira, pretenden con el petróleo –que es de todos– un jugoso negocio privado”.
Como lo hizo la semana anterior, López Obrador explicó que la defensa del petróleo se dará en el marco de la resistencia civil pacífica, llamó nuevamente a no caer en provocaciones y resaltó: “Ellos tienen la fuerza bruta, nosotros la razón y la vamos a hacer valer. No demos ni un paso atrás, aunque se nos vengan encima los medios de comunicación”.
Explicó que para lograr que la resistencia civil no sea sólo un acto de protesta testimonial, sino se constituya en opción renovadora de la vida pública, es preciso organizarse, darle forma cotidiana a la disciplina y que todos se comprometan a informarse y tener presencia activa, sin la cual –expuso– no hay una auténtica movilización popular y ciudadana.
López Obrador refirió, entonces, que en los días recientes se avanzó considerablemente en la construcción de las bases de organización del movimiento de resistencia civil pacífica.
Hasta ahora, dijo, se integraron 20 grupos de 500 mujeres cada uno, que forman un conjunto de 10 mil que ayer asistieron al Zócalo. También, detalló, se constituyeron 36 agrupamientos con 18 mil brigadistas, en su mayoría hombres.
Anunció que se constituyó un comité de 11 intelectuales en defensa del petróleo, “con hombres y mujeres que, además de ser grandes escritores, son buenos ciudadanos mexicanos”. Dicho comité lo forman Elena Poniatowska, Margo Glantz, Sergio Pitol, José Emilio Pacheco, Carlos Monsiváis, Fernando del Paso, Enrique González Pedrero, José María Pérez Gay, Lorenzo Meyer, Arnaldo Córdova y Rolando Cordera.
López Obrador leyó también la lista de los coordinadores generales y de brigadas, entre quienes se encuentran Claudia Sheinbaum, Alejandra Barrales Magdaleno, Laura Itzel Castillo, Jesusa Rodríguez, Lenia Batres Guadarrama, Leticia Quezada, Beatriz Rojas, Patricia Ruiz Anchondo, Martha López López, así como Froylán Yescas, Benito Bahena Lomé y David Cervantes Peredo.
El ex candidato presidencial informó que el plan de acción, del cual no ofreció detalles, prevé las acciones que emprenderán los legisladores del Frente Amplio Progresista (FAP), así como las de las brigadas. “Este plan se llevará a cabo de acuerdo con las circunstancias y de conformidad con lo que más convenga a nuestro movimiento”, expresó.
Adelantó que la coordinación de las brigadas buscará la forma de avisar sobre el inicio de las acciones mediante telefonemas, correos electrónicos, Internet, volantes “y en medios no controlados por la derecha. Tenemos que convertirnos nosotros en el principal medio de comunicación, que no estemos dependiendo de los que están al servicio de la derecha”.
Agregó que se tomó la decisión de no reconocer a ninguna brigada no registrada para evitar que el gobierno federal, a través del Centro de Información y Seguridad Nacional (Cisen), “o cualquier otra organización del régimen o de la derecha”, infiltren el movimiento para provocar violencia.
“Este movimiento es pacífico –reiteró–, vamos a triunfar con la gente porque nos asiste la razón. En cambio, nuestros adversarios no han podido convencer a la mayoría de los mexicanos y estamos seguros que, por más que hagan, no podrán ocultar que privatizar el petróleo es sinónimo de saqueo a la riqueza de la nación”.
Aun así, expuso, la apuesta del gobierno y su partido es imponerse con el aparato y los medios de comunicación, y esperan que el movimiento cometa errores o se desgaste. Ante ello, demandó “evitar el desparpajo, los protagonismos innecesarios y el extremismo”.
En su discurso reseñó una vez más las razones por las que se ha iniciado el movimiento en defensa del petróleo: no hacerlo implicaría, dijo, reabrir la puerta a las compañías petroleras extranjeras; aceptar sumisamente la violación impune de la Constitución, mediante contratos de riesgo que permitirían una modificación legal. También porque, sostuvo, “detrás de las mentiras de la falta de dinero y tecnología para modernizar Pemex, y de la publicidad tan boba como manipuladora de las aguas profundas, del supuesto tesoro escondido y de la urgencia de asociarnos, está realmente la ambición del grupo Calderón-Mouriño y sus acuerdos inconfesables con las empresas extranjeras para montarse en el negocio del petróleo”.
Y porque, indicó, si el petróleo se mantiene como propiedad de la nación seguirá la expectativa de convertirlo en palanca del desarrollo nacional. “Nos oponemos, porque arrebatar jamás trae nada bueno. El despojo creará un ambiente de insatisfacción y farsa que nos mantendrá en riesgo de confrontación”.
Previamente, la senadora Rosario Ibarra leyó una carta que desde Quito envió Lucía Andrea Morett, donde cuestiona que el gobierno mexicano “intente con su silencio revertir la responsabilidad que tienen los autores de la matanza realizada por Colombia.
http://www.jornada.unam.mx/2008/03/26/index.php?section=politica&article=003n2pol
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