Paradójicamente, la visita del presidente mexicano Felipe Calderón a Los Ángeles unió a grupos antagónicos que por un momento olvidaron viejas rencillas y formaron un frente común: protestar por la presencia del mandatario. Así, casi al unísono, se integraban consignas como: "¡Sin maíz, no hay país!" de simpatizantes del Partido de
Frente al hotel Omni de la calle Olive, sede de la reunión entre Calderón y dirigentes comunitarios, algunas organizaciones compartieron acera y gargantas para reprochar la visita del segundo presidente que llegó a Los Pinos arropado por el Partido Acción Nacional (PAN). No se registraron roces entre ellos, actores de disputas anteriores. Apenas sí hubo un pequeño altercado por la presencia de un sujeto que tomaba fotos sin identificarse. "A su presidente no le interesa que se queden en México, porque ellos mandan dinero a su país", reprochó el vocero del Proyecto Minuteman, Raymond Herrera, quien negó el odio a los inmigrantes afirmando: "Queremos ayudarles, pero dentro de México".
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