Chicago.- En casi 12 meses, Elvira Arellano, la mexicana que se encuentra refugiada con su hijo en una iglesia metodista de esta ciudad, aprendió inglés, computación y perfeccionó su discurso en defensa de la migración.
También obtuvo cientos de nuevos amigos, organizó a madres de familia, orientó a indocumentados, consiguió -sin buscarlo- algunos pretendientes y se esmeró en la educación de su hijo Saúl.
Arellano, quien en un intento desesperado por frustrar una orden de deportación en su contra encontró refugio en la iglesia San Adalberto desde hace casi un año, dijo que han sido meses de emociones encontradas que terminaron fortaleciéndola.
Refirió miedo, tristeza, ansiedad, impotencia y hasta el orgullo de poder contribuir a una lucha que enfrentan 12 millones de indocumentados en este País.
“Ha sido principalmente una lucha de fe y de reconocer que para que sea grande esta fe tiene que haber obras”, expresó Arellano.
Empero, mantener esa fe no ha sido fácil, dijo, porque así como recibe un amplio apoyo también enfrenta críticas y ofensas de gente que incluso la acusa de manipular a su propio hijo.
Elvira, quien fue calificada por la revista Time como una de las personas más importantes del 2006, pelea ahora por el futuro de 3 millones de niños cuyos padres fueron o están a punto de ser deportados.
La michoacana, que entró de ilegal hace 10 años a Estados Unidos y utilizó un número falso de Seguro Social para trabajar en el aeropuerto de Chicago, es ahora un símbolo del movimiento migrante en este País.
Su caso ha inspirado a muchas iglesias a comprometerse con la defensa de los indocumentados, así como a la creación del grupo Movimiento Nuevos Santuarios.
Pero su vida de encierro la ha aprovechado para leer, aprender nuevas cosas, mejorar su vocación de activista y coordinar actividades de la organización que dirige “Familias Unidas”.
Ella y su hijo se mantienen de los donativos que reciben, incluyendo el de un hombre misterioso de Velmont que le envía un cheque de 7 dólares cada semana.
También ha tenido ofrecimientos de matrimonio que no toma en serio y disfruta el contacto vía Internet con organizaciones de derechos humanos de todo el mundo.
En una semana cumplirá un año de haber llegado con Saúl, ahora de 8 años, y sin pertenencia alguna a buscar refugio a la iglesia de San Adalberto, el 15 de agosto de 2006.
En esa fecha conmemorativa tiene pensado reunirse con líderes del movimiento migrante de todo el País y dar una conferencia de prensa antes del mediodía.
“Haré una evaluación de este año y anunciaré cuál va a ser mi papel en la lucha por obtener una reforma migratoria. Pero no habrá nada diferente respecto a mi situación actual”, anticipó.
lunes, 20 de agosto de 2007
Cumple Arellano un año de lucha a favor de los migrantes
Notimex
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