jueves, 2 de diciembre de 2010

EEUU: El cable filtrado por Wikileaks corrobora los indicios de ataques aéreos estadounidenses en Yemen


Un cable diplomático filtrado ha corroborado las imágenes publicadas este mismo año por Amnistía Internacional que mostraban que el ejército estadounidense había llevado a cabo en diciembre de 2009 un ataque con misiles contra el sur de Yemen en el que habían muerto decenas de residentes locales.

En el cable secreto de enero de 2010 publicado por la organización Wikileaks, se informa de que el presidente de Yemen, Ali Abdullah Saleh, había asegurado al general estadounidense David Petraeus que su gobierno seguiría “diciendo que las bombas son nuestras, no de ustedes”.

Según el cable, esto llevó al viceprimer ministro yemení, Rashad al ‘Alimi, “a bromear con que acaba de ‘mentir’ diciendo al Parlamento que las bombas de Arhab, Abyan, y Shebwa eran de fabricación estadounidense pero las había lanzado el gobierno de la República de Yemen”.

“El cable parece confirmar la conclusión de Amnistía Internacional de que el ataque contra Abyan fue llevado a cabo por el ejército estadounidense, no por las fuerzas yemeníes”, ha manifestado Philip Luther, director adjunto del Programa para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.

Un presunto campo de adiestramiento de Al Qaeda en Al Ma’jalah, Abyan, fue alcanzado por un misil de crucero el 17 de diciembre de 2009. La investigación realizada por el Parlamento yemení concluyó que en el ataque habían muerto 41 residentes locales, entre ellos 14 mujeres y 21 niños, y 14 presuntos miembros de Al Qaeda. En el cable del 4 de enero, se citan palabras del general Petraeus diciendo que el ataque había causado la muerte de “solamente” tres “civiles”.

En junio de este año, Amnistía Internacional entregó a los medios de comunicación fotografías posteriores al ataque contra Abyan, en las que se veían restos de munición de racimo de origen estadounidense y de los misiles de crucero Tomahawk utilizados para lanzarla. La organización había pedido al Pentágono información sobre la participación de fuerzas estadounidenses en el ataque de Al Ma’jalah, y sobre qué precauciones se habían tomado para reducir al mínimo las muertes y lesiones.

El gobierno estadounidense no respondió a Amnistía Internacional, pero un comunicado de prensa emitido al día siguiente de hacerse públicas las imágenes citaba a un portavoz del pentágono que decía que Estados Unidos declinaba hacer comentarios sobre el ataque, y que las preguntas sobre las operaciones contra Al Qaeda debían dirigirse al gobierno de Yemen.

“Debe llevarse a cabo una investigación inmediata sobre las decenas de muertes de residentes locales en el ataque aéreo de Abyan, y esa investigación debe incluir el alcance de la participación estadounidense”, ha manifestado Philip Luther. “Los responsables de homicidios ilegítimos deben comparecer ante la justicia.”

El ataque de “Arhab” al que se hace referencia en el cable secreto se lanzó el 17 de diciembre de 2009, y el ataque de “Shebwa” tuvo lugar el 24 de diciembre de 2009. En aquel entonces, el gobierno yemení insistió en que los tres ataques habían sido lanzados por sus fuerzas con el fin de alcanzar objetivos de Al Qaeda en la Península Arábiga.

En el cable filtrado, se dice que el presidente Saleh había sugerido que era preferible lanzar ataques aéreos con un blanco específico en lugar de lanzar misiles de crucero, ya que estos “no son muy exactos”; también se dice que el presidente Saleh expresó su ansiedad por la cifra de bajas civiles causadas.

El presidente Saleh accedió a permitir que bombarderos de ala fija estadounidenses rodearan el espacio aéreo yemení listos para atacar “si se recibe información sobre la que se pueda actuar” –así lo dice el cable–, y pidió también a Estados Unidos que proporcionara 12 helicópteros armados, y que formara y equipara a tres nuevas brigadas de la Guardia Republicana (un total de 9.000 soldados). El presidente se quejó de que las fuerzas yemeníes aún no habían recibido la formación necesaria para manejar 17 vehículos blindados ligeros “iraquíes” proporcionados por el gobierno estadounidense en 2008.

El cable filtrado afirma que la ayuda estadounidense para seguridad destinada a Yemen se incrementaría sustancialmente, de los 67 millones de dólares de 2009 a 150 millones en 2010, incluidos 45 millones para equipar y formar un regimiento de aviación bajo el mando de las Fuerzas de Operaciones Especiales yemeníes. Estados Unidos dijo al presidente Saleh que se estaban construyendo dos barcos patrulla de 25 metros de eslora, completamente equipados, destinados para la guardia costera yemení, y que llegarían a Yemen en el plazo de un año.

También se dice que las fuerzas estadounidenses han utilizado en Yemen aviones teledirigidos no tripulados, en un esfuerzo por matar a presuntos miembros destacados de Al Qaeda. En mayo de 2010 tuvo lugar un ataque que mató, aparentemente por error, a un mediador clave entre el gobierno yemení y Al Qaeda en la Península Arábiga; algunas fuentes afirmaron que el ataque procedía de un avión teledirigido no tripulado. El ministro de Asuntos Exteriores yemení declaró más tarde que el gobierno investigaría si se habían utilizado aviones teledirigidos en el ataque y, de ser así, si los habían utilizado las fuerzas de seguridad de Yemen u otras fuerzas, como las estadounidenses. Amnistía Internacional no tiene conocimiento de que se haya hecho público ningún resultado de dicha investigación.

Amnistía Internacional ha pedido al gobierno estadounidense que:

 investigue las graves denuncias sobre el uso de aviones teledirigidos por parte de fuerzas estadounidenses para matar a personas concretas en Yemen, y que aclare la cadena de mando y las normas que rigen el uso de esos aviones;
 garantice que todo el apoyo militar y de seguridad prestado por Estados Unidos a Yemen, y todas las operaciones militares y de seguridad llevadas a cabo por Estados Unidos en Yemen, están concebidos y puestos en práctica para cumplir plenamente el derecho y las normas internacionales de derechos humanos pertinentes, y que esas normas de derechos humanos se incorporan plenamente a los programas de formación y los sistemas de supervisión y rendición de cuentas.

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