martes, 28 de diciembre de 2010

2010: Los saldos negativos en los derechos humanos en Morelos.

Lunes, 27 de Diciembre de 2010 00:00
Escrito por Juliana G. Quintanilla y José Martínez Cruz

Al terminar 2010 en Morelos y en el mundo nos encontramos viviendo una crisis humanitaria marcada por graves violaciones a estos derechos consagrados: guerras, genocidios, masacres, ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, hambre de miles de millones de personas, desempleo y pobreza creciente, degradación acelerada del medio ambiente, cambio climático por el tipo de producción capitalista, crisis económica, mutilación de libertades democráticas, violación sistemática de los derechos de las mujeres, de niñas y niños, de pueblos indígenas.

En el estado de Morelos las autoridades aseguran pleno respeto a estos derechos mencionando la firma de pactos y convenios a nivel internacional y ponen como ejemplo la existencia de comisiones de derechos humanos, que, sin embargo, tienen altos presupuestos y su grado de actuación es sumamente ineficaz, poco serio, falta de transparencia, subordinados a los poderosos intereses económicos y políticos que les impide su autonomía.

La realidad que estamos viviendo en Morelos en materia de derechos humanos es cruda: la inseguridad, las ejecuciones extrajudiciales que ya han superado los 300, la criminalización de los movimientos sociales, la criminalización de las y los jóvenes, la agresión a los derechos de las mujeres, de los derechos de las y los niños.

La nula voluntad del Estado para reconocer que los derechos humanos de todas y de todos pasa por el reconocer al otro y a la otra como persona con todo lo que esto implica, el saber que tiene derechos inalienables que por el simple hecho ser humano se los tiene que reconocer, respetar y garantizar.

Con el discurso de que existe la generación de los “ninis” (término discriminatorio utilizado oficialmente), se criminaliza a todas y todos los jóvenes, se les detiene ilegalmente, se les acusa de pertenecer al crimen organizado, se les enjuicia y se les condena a permanecer en prisión, baste recordar el caso del menor detenido a mediados de año en Amacuzac, en un operativo militar, este joven de 15 años fue torturado y sujeto a proceso, acusado de pertenecer a una célula de un cártel de la droga.

Las denuncias de jóvenes que son detenidos por policías, robados y muchas veces encarcelados, no son nuevas, en el último mes tenemos cuando menos documentados dos casos de abusos policiacos contra jóvenes y muchos otros en los últimos meses.

La autoridad, ahora tiene un nuevo argumento para perseguir a los jóvenes, la presunción de inocencia no existe, todos los jóvenes deben ser perseguidos por la “presunción de pertenencia” al crimen organizado, la apariencia no importa, lo mismo detienen a jóvenes con tatuajes en brazos y cuello que a estudiantes de secundaria.

El caso del niño detenido al que ahora se le conoce como el “niño sicario”, nos habla de la ausencia de valores pero por parte de las autoridades, quienes lejos de buscar protegerlo y garantizarle sus derechos humanos de niño, lo señalan y piden todo el peso de la ley para este niño; olvidándose de la obligación que tienen de hacer lo necesario y suficiente para garantizarle, no solo a este niño, sino a todos los demás niños y niñas, las condiciones para desarrollarse y vivir dignamente, para ser niño, para ser feliz, porque lejos de asumir responsabilidades acusan a las madres y padres de no inculcarles valores, de no estar al pendiente de sus hijos.

La responsabilidad del estado va más allá, son las madres y padres los únicos culpables, o lo es también la sociedad que no reconoce participación en la descomposición que actualmente atraviesa.

Si las y los jóvenes son los culpables de la realidad que vivimos en Morelos, también habría que hacer un llamado de atención al estado que no ha sido capaz de garantizar y proteger los derechos humanos de estas y estos, ¿dónde queda el derecho humano a la educación, a la cultura, al trabajo, a la vivienda?

En Morelos 2010 termina con saldo negativo para los derechos de la juventud. El asesinato de una joven mujer de 15 años en Cuautla es la culminación de un clima de violencia, criminalización, hostigamiento, estigmatización, falta de oportunidades y de políticas públicas en beneficio de las y los menores de edad.

En ese sentido, habrá que resaltar que estamos viendo una guerra del Estado mexicano contra el crimen organizado, que en caso de que sean legítimas las formas en las que se afronta esta guerra, están marcando a la infancia, y es que más de mil 100 niños y niñas han sido asesinados, en el país, desde que inició el combate al crimen organizado.

Feminicidio: Este año de 2010 es el más elevado en asesinatos cometidos en contra de mujeres en los últimos 10 años y se ha extendido a casi todos los municipios del estado.

cidhmorelos@gmail.com

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