Encuentran sin vida a los abogados extraviados en San Jerónimo Coyula

MIGUEL ÁNGEL DOMÍNGUEZ RÍOS

Atlixco. Tras dispararle en tres ocasiones en la parte abdominal, los policías de barrio de San Jerónimo Coyula, junta auxiliar de Atlixco, observaron cómo el joven abogado caía hacia el interior de una barranca de la comunidad de San Miguel Tejupa.

Sin embargo, al darse cuenta de que seguía con vida e intentaba huir, una nueva ráfaga terminó completamente con la vida de Juan Carlos Vázquez Briones, uno de los acompañantes de Aldo Bello, quien el miércoles 2 de junio perdió la vida a manos de esos mismos elementos por un balazo en la nuca. Y para no dejar testigos, Mayra Alejandra Agudelo Ortiz, la tercera persona involucrada, terminó con tres balas, también en la cabeza.

Ambas versiones integran el parte policiaco entregado por la Dirección de Seguridad Pública a las altas autoridades del gobierno local el viernes por la tarde–noche, horas después de confirmarse el hallazgo de los cuerpos de ambos abogados retenidos y extraviados desde el mismo día del incidente. Saldo total: tres jóvenes sin vida y tres policías prófugos.

Mientras en las redes sociales el dolor, el clamor y la indignación de los familiares de los dos abogados asesinados ya alcanzó tintes de “venganza” y de “ojo por ojo” hacia los parientes de los uniformados responsables de esos delitos, desde el país europeo de Armenia, la madre de la colombiana, Mayra Alejandra Agudelo, además de reclamar justicia, pide apoyo económico para repatriar el cuerpo.

Entrevistada por una estación de radio de esa nación latinoamericana, la mujer, de nombre María Teresa Ortiz, en un primer momento desechó por completo la versión de que su hija estaba dedicada a los fraudes o extorsiones: “sí, que hagan justicia… que hagan algo. Soy una persona pobre y por eso no tengo la menor posibilidad de hacer gasto para llevarla a Colombia. Si alguien puede ayudarme, estaré amplia y eternamente agradecida”.

Contó que Mayra Alejandra –quien dejó un hijo al cuidado de la abuela– llegó a México tras conocer por internet a un hombre de este país con quien decidió casarse. Narró que fueron los suegros de su hija quienes lograron ponerse en contacto para avisarle primero de la desaparición y después de la muerte. “Ella tenía pensado viajar a Colombia el 5 de junio para estar con la familia; pero únicamente encontramos la desesperación por no saber nada”.

En tanto, amigos y familiares de Aldo Bello reclaman fuertemente en las redes sociales tres cosas: la “mancha” impuesta por los medios de comunicación al nombre y honra del joven abogado, que “no era un extorsionador y menos estaba dedicado a cometer fraudes; la “protección” que la gente de San Jerónimo Coyula, y en especial el presidente auxiliar, está haciendo de estos “pinches asesinos”, y las ganas de tomar venganza por cuenta propia ante la “ineficiencia” de las autoridades. “Si esos hijos de la chingada tienen hijos o esposas, que las cuiden porque algo más puede pasar”, soltaron.

Fuente: La Jornada de Oriente

Difusión: Soberanía Popular