jueves, 4 de febrero de 2010

La orientación sexual no es contagiosa, responde ONG a Arquidiócesis de Guadalajara

Es algo que se debe respetar, la Iglesia debe enseñar otras cosas: Araceli Prieto


Si un hijo es criado por una pareja del mismo sexo no significa que será homosexual, argumenta

MAURICIO FERRER

“La orientación sexual no es un asunto de gripe, no se contagia por automática”, responde Araceli Prieto, representante en Jalisco de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos en México (Ddser), al cuestionársele sobre los riesgos que para un menor implica el que sea adoptado por una pareja homosexual como lo ha manifestado la Arquidiócesis de Guadalajara en sus tres últimos editoriales de Semanario, su publicación dominical.

“Las leyes son claras, los marcos jurídicos protegen a mujeres y hombres en las condiciones que decidan vivir y es algo que se debe respetar; algunas otras instancias, como la Iglesia, deben promover otras cosas, como creencias ideológicas”, destacó la activista también promotora de la Agenda Feminista de Jalisco que aglutina a decenas de organismos en pro de los derechos de la mujer.

En su edición del domingo pasado, Semanario, la revista religiosa dominical que encabeza el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, equiparó, en su editorial titulada Niños juguete (toy children), la adopción para gays con los homicidios y el narcotráfico.

“Es verdad que algunos pequeños están creciendo bajo el techo de parejas homosexuales. Y, en base a que el hecho está teniendo lugar entre nosotros, algunos argumentan que la legislación debe ofrecer un marco legal a lo que está ocurriendo (…) En tal sentido, entonces, deberíamos legalizar todos los asesinatos, el narcotráfico o cualquier otra actividad que ya se hizo común para muchos”, según el editorial de la Arquidiócesis de Guadalajara.

A la vez, asegura –como lo ha venido haciendo en las últimas ediciones de su semanario-, que los menores que son criados por parejas del mismo sexo “arrastran graves complejos” en comparación con aquellos que tienen “padre y madre”.

“Se hacen graves aseveraciones, sin ningún fundamento científico, que son muestra de una mentalidad integrista que se asemeja mucho a la mentalidad nazi, quienes aseguraban que los homosexuales somos seres antisociales, esto es lamentable, que venga de un jerarca de tal investidura. En principio somos seres humanos, como cualquier otra persona, con cualidades y defectos, y como ciudadanos formamos parte de este país al que aportamos con trabajo e impuestos y nos merecemos el mismo respeto y trato ante la ley que cualquier jerarca de la Iglesia por muy elevado que sea su rango”, fue la postura que emitió el lunes por la noche a través de un comunicado el Comité Lésbico Gay de Occidente (Colega).

La organización no gubernamental refuta con indicadores de los censos de población en el Distrito Federal –donde han tenido lugar las reformas que permiten hasta ahora la unión entre gays-, que los hogares unipersonales ocupan el 10 por ciento del total de la capital mexicana; que los monoparentales, un 12.5 por ciento; que las parejas sin hijos, el 9 por ciento; un 0.6 por ciento los copresidentes; y el porcentaje más alto es de mujeres jefas de hogar con un 28.8 por ciento. Además, según la asociación, la ciudad de México tiene el porcentaje más bajo del país en hogares de parejas con hijos que alcanzan sólo el 43.5 por ciento.

“Hay un alto índice de violencia desde los núcleos familiares y que están más vinculados con las parejas heterosexuales, el hecho de una adopción a una pareja homosexual no implica riesgo, maltrato o violencia”, según Prieto, quien aludió a la Encuesta Nacional Sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh).

De acuerdo con la misma encuesta, del año 2006, la prevalencia de violencia contra las mujeres entrevistadas, casadas o unidas –es decir, en un ámbito heterosexual-, determinan que: el 50.4 por ciento presenció a lo largo de su vida violencia física por parte de su pareja; el 39.7 por ciento, violencia de tipo sexual; un 54.0 por ciento, violencia de tipo emocional; y un 35 por ciento dijo haber padecido violencia económica o patrimonial.

“La desintegración familiar se da independientemente del tipo de orientación sexual que se tenga, las estadísticas de Endireh muestran que es grave el asunto de la violencia; lo que es importante, fomentar en los hijos es el amor, el acompañamiento, estar con ellos, independientemente del tipo de orientación sexual que se viva, lo que tiene que ver con sentimientos y expresiones con los hijos no tiene que ver con lo que te gusta o no”, señaló Araceli Prieto.

Detalló que diversos estudios determinan que la salud mental de un individuo no tiene nada que ver con una referencia paterna o materna como lo ha querido señalar la Iglesia católica.

“No importa el tipo de orientación sexual que se viva en un vínculo familiar, el infundar prejuicios, tabúes, es lo que lastima a los hijos. Si hay un hijo criado por una pareja hombre con hombre, no es garantía que sea homosexual”, destacó la especialista.

Fuente: La Jornada de Jalisco
Difusión: Soberanía Popular

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