sábado, 29 de agosto de 2009

La historia sorprendió a historiadores en foro sobre la conspiración de Valladolid

Pocos datos relevantes en torno a ese capítulo independentista

Fuente: La Jornada de Michoacán


CARLOS F. MÁRQUEZ

¡La historia agarró desprevenidos a los historiadores! La mesa de reflexión que ayer inauguró el segundo seminario, Independencia y Revolución. Procesos políticos en la prensa y la opinión pública (foro del cual se esperaba que abriera el diálogo colectivo en torno a la conspiración de Valladolid), ofreció pocos datos relevantes para la historiografía del capítulo independentista que más concierne a Michoacán, pues los ponentes, cuando no se perdieron en digresiones, se ocuparon de revisar datos históricos de sobra conocidos para los especialistas. ¿La urgencia por formar parte de la coyuntura histórica ha generado estudios forzados o en realidad faltan investigaciones que indaguen otras perspectivas de nuestra historia?

Este seminario, organizado por el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, la Secretaría de Cultura y la Junta de Coordinación de los Bicentenarios de la Conspiración de Valladolid, de la Independencia y Centenario de la Revolución del Ayuntamiento de Morelia, concluirá el día de hoy en el Museo Regional Michoacano. Es preciso señalar que este foro logró despertar el interés de la comunidad académica y estudiantil, que abarrotó el auditorio, y es que el tema de la conspiración de Valladolid comienza su efervescencia, pues con este capítulo de nuestra historia Michoacán se adelanta en diciembre próximo a los festejos bicentenarios.

Precisamente fue el tema Las conspiraciones y el contexto histórico de la primera mitad del siglo XIX el destinado para abrir la reflexión con las participaciones de Cristina Fonseca, Eugenio Mejía, Carmen Alicia Dávila y María del Rosario Rodríguez Díaz como moderadora.

Cristina Fonseca desarrollaría el tema Las religiosas Michelena y sus ligas con los conspiradores vallisoletanos, con el cual pretendía hablar sobre la participación de las hermanas de Mariano Michelena en la proyección independentista; sin embargo, para llegar a su planteamiento inicial ofreció una larga introducción sobre las características de los conventos en el Obispado de Michoacán, el perfil sociocultural de las novicias de acuerdo con la orden religiosa y la influencia de las dominicas que lograron captar a las jóvenes de la elite social, entre las que se encontraban las hermanas Michelena.

Después de un largo rodeo logró llegar a lo sustancial de su investigación para referir únicamente que la hermana sor Juana María de la Purísima Concepción sirvió de intermediaria para el intercambio de misivas entre los conspiradores; sin embargo, fue delatada y condenada al paredón. La ponente concluyó sin resolver una incógnita: si la religiosa murió antes de ser fusilada o si, de acuerdo con Carlos Juárez Nieto, que se basa en el informe de un oficial resguardado en el Archivo General de la Nación, en realidad murió fusilada causando protestas sociales.

Eugenio Mejía y Carmen Alicia Dávila presentaron ponencias similares en las que abordan los espacios de acción de los conservadores en la antigua Valladolid: el primero desarrolló el tema ubicando los recintos donde se desarrollaron las tertulias, y la segunda lo hizo analizando las características arquitectónicas de las casas en que habitaron conspiradores como Mariano Michelena y García Obeso. No coincidieron únicamente en lo temático, sino tampoco en los problemas para presentar las imágenes que contribuirán a configurar la acción conspiradora en el espacio urbano.

Eugenio Mejía afirmó que en el periodo de estudio no existía la opinión pública en la forma que hoy la conocemos, pues se ejercía un fuerte control sobre las voces discrepantes, razón por la cual la opinión publica se fue forjando en el espacio íntimo de las tertulias y de ahí trascendió a la esfera de lo público.

El historiador señaló al actual edificio de Bancomer (en la esquina de las avenidas Madero y Morelos) como la casa de García Obeso y la actual sede de la Notaría 15 como la casa de Nicolás de Michelena, donde se realizó la última reunión de los conspiradores. Además, ubicó a los mesones como espacios de intercambio de información entre viajeros y conspiradores vallisoletanos. Entre estos mesones destacó el que se encontraba donde hoy se ubica el Hotel de la Soledad y el Mesón de San Juan de Dios, donde se hospedaron las tropas de Hidalgo, aunque no precisó la ubicación de este último.

Carmen Alicia Dávila ubicó al número 237 del actual portal Allende como la antigua casa de Mariano Michelena, sobre el cual precisó su pertenencia a las clases altas de la época. Su exposición se dedicó a describir detalladamente las características arquitectónicas de las casas que habitaron los principales conspiradores, tratando de dimensionar a la arquitectura como un reflejo de los procesos históricos, aunque cabría preguntarse: ¿si las columnas de determinada casa no hubieran sido de estilo jónico, hubiera influido en los ideales de los conspiradores?

COMENTARIO: Seguramente estos historiadores son asesores de Doña Perpetua alias Elba Esther Gordillo.

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