miércoles, 26 de agosto de 2009

Consumo


Fuente: La Jornada de Oriente (Tlaxcala)

Francisco E. Castro

El consumo, como señalan diversos autores, es un fenómeno social total, porque atraviesa y trastoca diversas esferas de la vida de un individuo. Así, por ejemplo, tener un auto por la comodidad de transportarse pasa a segundo o tercer plano, porque tener un automóvil determinado nos proporciona la sensación de poder, estatus y superioridad, por lo que siempre guardaremos el anhelo de cambiarlo por uno mejor.

Este ejemplo nos muestra a una sociedad inmersa en el consumismo y el desecho, que ha cambiado la forma de organizar sus valores, creencias, comportamientos y sueños, misma que ha sido vulnerable a la manipulación y a la persuasión de los mensajes que nos dejan claro que si usamos cierto shampoo, utilizamos determinada marca de trajes o camisas, entonces “somos”.

La realidad es que le hemos dado a los objetos un valor más allá del precio fijado, un valor social con la facultad suficiente para hacer la diferencia entre quienes los poseen y los que no. Convirtiéndonos en seres humanos de marca y cuando esa marca o tendencia pasa de moda, no existe el menor remordimiento por deshacernos de ella y adquirir lo nuevo.

Como lo importante es tener y no ser, podemos explicar que la justicia sea comprada, que la corrupción prolifere, que la delincuencia organizada “compre” conciencias, que existan tantos profesionistas con excelsos diplomas y reconocimientos, pero que no tienen la menor idea de lo que es tener ética y responsabilidad, que los derechos humanos sean sistemáticamente violentados y que a nadie le importe.

Tal vez por eso es tan difícil que nuestro pueblo viva con equidad, justicia e igualdad, porque ni siquiera estamos conscientes de que en la burbuja del consumo en la que estamos viviendo hace emerger de nosotros la envidia, el resentimiento, la indiferencia, la apatía. Las crisis económica, social y política que vivimos pueden darnos una pauta para dejar de atesorar objetos y darles el valor en su justa perspectiva, para eso hay que empezar a ser y hacernos en las ideas, las convicciones y los valores.

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