martes, 26 de mayo de 2009

Instrucciones para leer con tapabocas o cómo nada puede callar la literatura


Fuente: La Jornada de Guerrero

ROBERTO RAMIREZ BRAVO

Aunque se anunció con tapabocas, la lectura fluyó sin memoria de la epidemia de influenza que asoló en las páginas de los periódicos a finales del mes pasado y del presente.

Historias de amor, de ruptura, de desperanzas fueron presentadas la noche del sábado en el Bar del Puerto, en el ciclo Instrucciones para leer con tapabocas, en el que participaron Abraham Chavelas, Vanessa Hernández y Antonio Salinas, con textos de su autoría.

El encuentro comenzó con un retraso de al menos media hora, pese a que se cambio en más de dos ocasiones la hora de inicio, pautada originalmente para las ocho, después para las nueve, y comenzando finalmente cerca de las once de la noche.

En primera ronda se abrió la mesa de lectura bajo la presentación de Vanessa Hernández con el cuento El corazón tiene silencios, el cual aborda la historia de una mujer que huye del amor sólo para descubrir lo inútil de su intento; siguió el turno al locutor Abraham Chavelas, quien haciendo uso de recursos auditivos, fundió su texto con música y voz pregrabada. El tema tratado: las adicciones y peculiaridades del llamado “mal viaje” en un joven que basa su vida en encuentros sexuales al parecer irreales y producto de sus alucinaciones.

De nueva cuenta, un segundo texto contó con la participación de Vanessa Hernández , el título del trabajo: Lloverá, siempre lloverá, historia que aborda el fastidio y la diferencia de edad entre dos amantes que se separan justo antes de llover.

Con un poco de retraso tiempo, llegó el escritor Antonio Salinas Bautista, quien leyó de igual manera un texto referente a la muerte:Bajo la fragua del deseo. En entrevista, Salinas Bautista manifestó la necesidad de seguir abriendo espacios y hacer de los presentes verdaderos escaparates para la cultura, pues “siempre habrá talento que busque opciones y puertas qué tocar”.

Cuestionado sobre la poca actividad en lo que va del año, el también promotor del Encuentro de Jóvenes Escritores y de varios ciclos de lectura, añadió: “es un año difícil, hay pocos encuentros y mesas de trabajo”.

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