Fuente: La Jornada de Zacatecas
Firmaron una minuta con la intermediación del secretario general de Gobierno
Redacción
--> Los campesinos se comprometen a no bloquear el camino que conduce a la empresa en Mazapil
--> Octavio Vázquez, investigador de la UAZ, considera que son insufientes los puntos acordados
BET-BIRAI NIETO Y FRANCISCO JAVIER SORIA
Terminó el paro de labores en Minera Peñasquito, en Mazapil, al establecerse un acuerdo que suscribe la solución de 12 puntos del pliego petitorio que elaboró la Comisión de Ejidos de la comunidad de Cedros.
Así lo informaron en conferencia de prensa el ex líder petista, José Narro Céspedes; Lauro Herrera y Francisco Javier Hernández, ejidatarios de la comunidad de Cedros, y Felipe Pinedo Alvarez, integrante de la comisión involucrada en el conflicto perteneciente al Frente Popular de Lucha de Zacatecas (FPLZ).
El conflicto entre los ejidatarios y empresarios de la Minera Peñasquito entró en fase de negociación, luego de firmar una minuta la madrugada de ayer donde Carlos Pinto Núñez, secretario general de Gobierno, mediara en la situación.
Por separado, a través de un comunicado de prensa, el funcionario destacó la importancia de alcanzar acuerdos con el propósito de preservar la gobernabilidad en el territorio zacatecano, por tal motivo, “el gobierno del estado está siempre al pendiente de cualquier problema que pudiera generarse con la finalidad de atenderlo de manera oportuna”.
Pinto Núñez informó que los 12 puntos del pliego petitorio que presentaron los ejidatarios y que incluyen temas como salud
y educación, fueron debidamente atendidos y aceptados. Entre ellos destacan la revisión puntual de los contratos de ocupación firmados en 2006 y 2008 por medio de la dirección general de Conciliación, Arbitraje y Servicios Periciales de la Procuraduría Agraria, y respetar el dictamen que ésta emita.
Se acordó que el camino que conduce a la comunidad de Mesas sea evaluado comercialmente por una institución especializada y la cantidad que resulte se ejercerá en los proyectos productivos que el ejido determine.
De igual forma, la empresa manifestó su voluntad de atender de preferencia en bolsa de trabajo a los ejidatarios, avecindados, residentes y en general habitantes del municipio, siempre y cuando cumplan con el perfil respectivo, y en su caso, brindar la capacitación correspondiente.
Revisarán contratos
El detonante del cierre de instalaciones fue la destrucción de un camino rural, además del incumplimiento en los contratos signados con la empresa extranjera, por lo que los habitantes del municipio decidieron tomar las instalaciones de la empresa canadiense.
Entre los puntos acordados en el documento figura la evaluación especializada sobre la construcción de la vía que conduce a la comunidad de Mesas. El monto que resulte se ejercerá a través de proyectos productivos que decidan los ejidatarios.
n la minuta se establece que en las próximas ocasiones los ejidatarios no volverán a cerrar las instalaciones de la empresa, eso implica el compromiso de resolver los puntos del documento, afirmaron los integrantes del ejido de Cedros.
De igual forma, se revisarán los contratos de ocupación correspondientes a 2006 y 2008, que estarán regulados por una instancia federal, la Junta de Conciliación y Arbitraje, así como el Departamento de Servicios Periciales de la Procuraduría Agraria.
Por su parte, Narro Céspedes advirtió que la lucha de los habitantes de Mazapil en detrimento de Minera Peñasquito, propiedad de la canadiense Gold Corp., no obedece a intereses particulares o de coyuntura electoral.
Al respecto, comentó que el FPLZ es un organismo interesado en resolver las causas sociales, sobre todo en conflictos con varios años. Ante medios de comunicación, el también líder agrario explicó que el Frente sólo fungió como asesor en el conflicto provocado por la destrucción de un camino rural.
De igual forma, Lauro Herrera y Francisco Javier Hernández indicaron que en 2006 los dueños de la compañía “con engaños” compraron sus terrenos a 50 centavos por metro cuadrado, a fin de establecer una presa de jales.
Asimismo, Felipe Pinedo reiteró que el conflicto que comenzó a inicios de 2006 se estableció por medio de un “contrato leonino”, que favoreció a Minera Peñasquito, pues omitió los artículos 58 y 60 de la ley y del reglamento minero.
En ellos se establece que “los dueños de las tierras explotadas deben de ser beneficiarios de un porcentaje de las utilidades año con año, la cuales ascienden a casi 100 millones de dólares anuales”, concluyó.
Pobreza y marginación
En este contexto, Octavio Vázquez, investigador de la Unidad Académica de Minas de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), aseguró que los acuerdos que se obtuvieron ayer en el municipio de Mazapil son parciales y no ayudan a la población.
“Con el pretexto de que son libres, y en una democracia, el gobierno del estado dejó completamente solos a los vecinos del ejido de Cedros, y el acuerdo que se firmó con la empresa Peñoles perjudica totalmente a la comunidad”, manifestó el investigador.
Comentó que los logros fueron sólo una pequeña parte del total de demandas de la gente, por tal motivo, consideró fundamental una renegociación entre las partes, ya que ni siquiera las promesas iniciales de Peñoles fueron cumplidas, expresó.
“La gente allá en Cedros no tiene preparación; además, los niveles de pobreza y marginación son crueles y el hambre los orilló a firmar cualquier promesa de desarrollo”, advirtió Octavio Vázquez.
También mencionó que con la actitud de la empresa minera, y sin la oportunidad de una renegociación del contrato de uso de la tierra, Peñasquito perjudicará más en lugar de brindar beneficios. Señaló que la deforestación que sufre la región es enorme y los intentos de reforestación no son proporcional al nivel en que se devastan los árboles.
Asimismo, indicó que uno de los acuerdos compromete a la empresa a remodelar la comunidad con drenaje, vivienda y un parque de beisbol, demandas que no ha cumplido la empresa minera, únicamente ha construido una capilla de velación. “Todos nos preguntamos en quién pensaron los empresarios al construir la capilla”, cuestionó.
Agregó que algunas de las obras se llevan a cabo en la cabecera municipal, sin embargo, precisó que las necesidades se presentan en Cedros, no en Mazapil. De igual forma, los empresarios se comprometieron a ofrecer trabajo a los vecinos, y con los niveles de educación y capacitación, sólo les proporcionaron los peores trabajos, “con el pico y la pala”.
Al respecto, el investigador consideró que se debieron tomar el tiempo necesario para capacitarlos, no sólo contratarlos. Aseguró Octavio Vázquez que la empresa no pensó en oportunidades laborales en otros sectores de la población, ya que algunas mujeres buscaban integrarse al campo laboral, y sin embargo, al no haber espacios en la mina, se les excluyó.
“Desde mi punto de vista, lo más importante debe ser la participación del gobierno en la orientación que puedan dar a las personas, pues no los pueden dejar firmar documentos con la trascendencia de lo que signan”, subrayó el entrevistado, al comentar que si realmente el gobierno está interesado en beneficiar a la población, debe empezar por eso.
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