Por Aldo Díaz Lacayo.
A principios de 1929 Augusto C. Sandino ya era un consumado militante bolivariano. Dos años de guerra de liberación nacional contra las fuerzas interventoras norteamericanas en Nicaragua, nutridos con la presencia en las filas de su Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de destacados revolucionarios latinoamericanos de la época, le bastaron para anunciar la la regionalización de su lucha libertaria.
Entonces, el 20 de marzo de 1929, hace exactamente ochenta años, escribió su Plan de realización del supremo sueño de Bolívar, escrito alrededor de la construcción del Canal interoceánico por Nicaragua, porque, en sus propias palabras, "Los yanquis, por un resto de pudor, quieren disfrazarse con el proyecto de un canal interoceánico a través del territorio nicaragüense, lo que daría por resultado el aislamiento de las repúblicas indohispanas". Un llamamiento a los Gobernantes de América reivindicando plenamente, y actualizándolo, el pensamiento del Libertador con relación a la unidad geopolítica de la región.
La idea central de Bolívar, en efecto, es la consolidación de la patria americana. "Mi Patria es América" —solía decir; la Nación de Repúblicas, como le llamó alguna vez, o la Confederación, como la llamó a final. Y para garantizar la unidad geopolítica de la región y garantizar su permanencia histórica, en el marco del Congreso de Panamá, el Libertador propuso la creación de un ejército regional, tal como quedó recogido en la Convención de Contingentes del 15 de julio de 1826. Pero Bolívar nunca explicitó la nacionalidad regional
Por su parte, la base del Plan de Sandino es la creación de la nacionalidad latinoamericana, que menciona por lo menos una vez en cada uno de los cuarenta y cuatro puntos del plan, garantizada también por un ejército regional. Porque, otra vez, en sus propias palabras, "¿Acaso piensan los gobiernos latinoamericanos que los yanquis sólo quieren y se contentarían con la conquista de Nicaragua? (...) ellos sabrían que cuando la América Central estuviera dominada por los piratas rubios, seguiría su turno México, Colombia, Venezuela ..."
Tanto Bolívar como Sandino actuaron en un contexto internacional crítico. El Libertador en medio de la Restauración del viejo régimen monárquico en Europa, que amenazaba al resto del mundo; y Sandino durante la gran depresión económica de Los Estados Unidos (iniciada con la crisis bursátil de 1928), que obligaba al imperio a reafirmarse en la destrucción universal. Ambas situaciones históricas de gran riesgo para la región, que los dos próceres decidieron enfrentar con todos los recursos, inclusive militarmente.
A doscientos años de la Independencia de América, liderada por Bolívar, y a setenta y cinco del asesinato de Augusto C. Sandino, líder del antiimperialismo regional, nuevamente el mundo se encuentra en medio de una crisis económica global de consecuencias imprevisibles, con la potencialidad de arrollarlo, desarticulando y de ser posible liquidando, desde luego, a los movimientos liberacionistas del Sur.
Pero nuevamente, también, los hijos de Bolívar y de Sandino, esta vez unidos en el tiempo y de la mano con otros líderes latinocaribeños, asumen la responsabilidad de defender la integridad y la permanencia histórica de la región como una sola patria, precisamente con el bagaje político-ideológico de ambos héroes americanos. Los hijos de Bolívar repitiendo su hazaña en América del Sur, y los de Sandino haciendo lo propio en Centroamérica. Un objetivo que durante la Independencia no se pudo lograr.
Bolívar y Sandino cabalgan de nuevo llevando la flama de sus luchas y la luz de sus ideas a las nuevas generaciones de América Latina y El Caribe. Subversivas y propositivas como antaño; como entonces radicales pero también programáticas; e igual que antes con una clara visón histórica pero también con dominio de la coyuntura. Esta es, precisamente la base de la lucha por la segunda independencia, que dirigen los descendientes de ambos héroes y de todos los héroes regionales.
Sandino redivivo proclama de nuevo su nacionalismo y su antiimperialismo, su defensa a ultranza de la soberanía de Nicaragua y de América Latina y El Caribe, su repudio a la oligarquía vendepatria disfrazada de partido político —ahora mediático—, su unionismo centroamericano y regional, su internacionalismo y solidaridad con todos los pueblos de la Tierra. Tal como lo hiciera el propio general de hombres libres a lo largo de su lucha en Nicaragua, desde 1927 hasta 1934. Herencia directa de Bolívar.
Nuevamente Sandino se enfrenta al imperio, armado con el ideario del Libertador y a la par del Libertador. Pero a un imperio mucho más golpeado por la crisis económica global, y por lo mismo mucho más desesperado, más agresivo, más peligroso, y con muchas más armas de combate, englobadas todas en la llamada "guerra de cuarta generación". La doctrina militar estadounidense que comprende todo tipo de guerra, desde las sucias y encubiertas hasta la agresión abierta, más la propaganda, los medios de comunicación que incluyen los electrónicos, y el uso de la población civil y de los partidos políticos afines al imperio.
Guerra de cuarta generación infinitamente potenciada por la crisis económica global, que enfrenta al imperio y en general al Norte con todos los países del Sur. Una guerra, inescrupulosa y cruel, con la cual el imperio busca reafirmarse nuevamente, con más violencia y más abiertamente en América Latina y El Caribe por su mayor integración a Occidente.
Pero también una región mucho más preparada que antes. Reivindicando su propia historia y su propia cultura, tal como lo hicieron Bolívar y Sandino, y todos los demás próceres independentistas y los liberacionistas que los han continuado, con Fidel Castro a la cabeza.
En consecuencia, una América latinocaribeña con mayor conciencia nacional-regional entre sus ciudadanos, que por lo mismo participan en mayor grado y con más organización en la lucha contra la agresión imperialista. Con mayor conciencia igualmente de unidad entre los gobiernos de los pueblos ya liberados. Una región literalmente en llamas, las mismas llamas de la primera independencia, también bolivariana. Haciendo un frente común para contener y superar la crisis económica global. Con mayores posibilidades para vencer al imperio en esta nueva modalidad de guerra de cuarta generación.
Frente a esta nueva realidad de crisis económica global, frente esta nueva guerra de reafirmación imperial, y junto al espíritu de los otros próceres americanos históricos y actuales, de nuevo está presente Sandino en medio del bolivarismo que incendia a América Latina y El Caribe.
Fuente: Alternativa Bolivariana
No hay comentarios:
Publicar un comentario