domingo, 18 de enero de 2009

Resplandor Publicitario en Teotihuacan



Encendiendo Conciencias

A pesar de las constantes denuncias de los pobladores de Teotihuacan y de trabajadores e investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) sobre la destrucción del patrimonio arqueológico, el gobierno del Estado de México ha echado a andar en Teotihuacan un proyecto de “visitas” nocturnas con espectáculo de luz y sonido, denominado “Resplandor teotihuacano” que tiene una enorme inversión de 95 millones de pesos y el aval de las autoridades del INAH, fruto de la corrupción que penosamente las caracteriza. El saldo de este proyecto hasta la fecha incluye más de 12 mil perforaciones directas en las pirámides del Sol y la Luna para la instalación de dispositivos de iluminación y la construcción de un graderío móvil para trasladar diariamente a 520 personas a lo largo de la Calzada de los Muertos, entre las dos grandes pirámides.

El daño ya es irreversible: Las perforaciones, además de destruir la roca original que da sustento a las estructuras, ponen en peligro estos monumentos debido a que los expone a filtraciones de aguda de lluvia, la humedad almacenada con el tiempo podría afectar gravemente su estabilidad, sin mencionar el desprendimiento del estuco original producido por el paso recurrente del personal y el traslado del material. Para “tapar” la burda instalación que rompe con el contexto visual del sitio, se colocaron una especie de cajones de fibra de vidrio cuyo frente trata de semejar las piedras con las que están construidas las pirámides. Intento que resulta ridículo porque hace aún más evidente la alteración a las paredes de los edificios, y además es inútil, pues no esconde los largos cableados eléctricos que aún faltan por “camuflar”. Todo lo cual dañará el aspecto que han mantenido las pirámides desde su primera exploración, hace ya más de cien años.

Debido a la presión de los sindicatos del INAH, las autoridades del instituto, después de constatar los daños que esta obra ocasiona al patrimonio, se comprometieron a detener la destrucción a las estructuras. Sin embargo, el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, ordenó la continuación del proyecto, en franca actitud no solamente irresponsable y prepotente, sino delincuencial. No es que Peña Nieto no sepa el daño que está ocasionando a un sitio arqueológico Patrimonio Cultural de la Humanidad, sino que simplemente no le importa derrumbarlo a favor de sus intereses políticos y económicos.

El proyecto de Peña Nieto, no está diseñado para promover en el público la conciencia o el interés en la investigación, protección, conservación, restauración y recuperación del patrimonio, ni para impulsar la cultura. Por el contrario, el objetivo es atraer la mayor cantidad de clientes-visitantes que puedan pagar un espectáculo de 300 pesos y que genere ganancias a un puñado de empresarios y funcionarios públicos casualmente cercanos al mismo Peña Nieto. La prueba está en que no se ha presentado un guión o proyecto de difusión que aclare qué contenido cultural tendrá dicho espectáculo. Al gobernador no le interesa que la gente conozca más de la cultura prehispánica a la que le debemos esta “Ciudad de dioses”, si así fuera, promovería el conocimiento de los murales, los barrios y los palacios de Teotihuacan, y su protección. En cambio, lo que promueve es un espectáculo de luz y sonido, vacío de contenido cultural, para ofrecerlo como mercancía a los mejores postores y como campaña publicitaria en su carrera por la silla presidencial.

Teotihuacan está amenazado de una muerte lenta bajo la mira del grupo Atlacomulco del PRI, que ha comenzado a frotarse las manos para exprimir hasta la última gota del legado de los antepasados prehispánicos. Personajes como Alfredo del Mazo, secretario estatal de Turismo y Humberto Benítez Treviño, secretario de Gobierno mexiquense, han echado andar un proyecto de Corredor turístico y comercial en los municipios de Teotihuacan, San Martín de las Pirámides, Acolman, Otumba, Temascalapa, Axapusco, Nopaltepec y Tecámac, para la construcción de parques de diversiones, campos de golf y hoteles de gran turismo en terrenos que han estado comprando dentro de los perímetros de restricción de la zona arqueológica.

Los futuros beneficiarios del proyecto no serán los pobladores de las comunidades, como lo quiere hacer creer el gobierno del Estado de México, sino aquellos que tienen el suficiente dinero y poder para corromper a las autoridades y así secuestrar el patrimonio del Pueblo. El despojo es la única competencia que conoce Peña Nieto, por eso la brutal represión en mayo de 2006 contra las comunidades de Texcoco y Atenco, como venganza contra quienes resistieron la expropiación de sus tierras para la construcción de un aeropuerto hace ocho años, amenaza que el gobernador trata de revivir sobre esos pueblos.

El responsable hacer realidad el show “Resplandor teotihuacano” es Grupo Mundo junto con la empresa Tinta Negra, Tinta Roja, que tienen un historial de espectáculos y fiestas privadas en detrimento de monumentos arqueológicos como los es el caso de un evento con show de luz y sonido para HP en Tulum y la cumbre Tajín. Todos estos eventos avalados por autoridades del INAH carentes de ética y de responsabilidad social, que en otras ocasiones han permitido la transformación de sitios arqueológicos en parques de diversiones y minas de oro para unos cuantos, como los casos de Xel-Ha o Xcaret en Quintana Roo.

Hace 20 años la UNESCO exigió el retiro de un espectáculo similar al proyecto actual como condición para declarar a Teotihuacan Patrimonio de la Humanidad. Desde entonces, la intentona de mercantilizar el patrimonio de Teotihuacan no ha cesado. Hace unos años la resistencia pudo cancelar el proyecto de una plaza comercial que habría eliminado la Ventilla, uno de los barrios más bellos de Teotihuacan. También hace unos años se impuso la construcción de un Wall-Mart que invade terrenos al interior del sitio arqueológico.

Que lo entienda Enrique Peña Nieto: los sitios y monumentos arqueológicos e históricos son la herencia de todo el Pueblo mexicano. El proyecto Resplandor Teotihuacano constituye un delito en contra del patrimonio cultural y debe ser cancelado. Si acaso cree que por tener dinero y poder puede destruir nuestra historia, se ha equivocado. La tarea de defenderla nos toca a todos.

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