martes, 25 de noviembre de 2008
Ecologistas se oponen a exploración de petróleo en la Selva Lacandona
ISAíN MANDUJANO
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis., 24 de noviembre (apro).- El anuncio de la secretaria de Energía, Georgina Kessel, en el sentido de que el gobierno buscará petróleo en la Selva Lacandona, provocó la reacción inmediata de diversos grupos civiles, como el denominado Pacto de Grupos Ecologistas.
En un comunicado, la red de organizaciones ecologistas fundada en 1986 advirtió que de concretarse ese proyecto se avecina una "agresiva depredación de la biodiversidad" en territorios indígenas de Chiapas.
El pasado viernes 21, durante una gira por Chiapas, Kessel hizo dos anuncios que, en su opinión, implican "otras graves amenazas contra la rica biodiversidad del estado de Chiapas y contra los derechos y los territorios de los pueblos indígenas de la entidad".
Tales anuncios, agrega, se refieren a la inminente explotación de yacimientos de petróleo en la Selva Lacandona y a la instalación en Chiapas de una planta de biocombustibles con tecnología colombiana, todo lo cual -según Kessel y el gobernador Juan Sabines- significará "más progreso y desarrollo en beneficio de las familias chiapanecas".
"A este panorama hay que sumarle, además, la acelerada expansión de concesiones mineras ubicadas en las regiones Sierra, Fronteriza y Centro de Chiapas, a favor de empresas multinacionales, sobre todo de origen canadiense", afirma el organismo no gubernamental.
Según el Pacto de Grupos Ecologistas, con estas amenazas, aunadas a la embestida en materia de infraestructura carretera y de presas hidroeléctricas, los gobiernos federal y estatal exhiben una "esquizofrénica demagogia".
Abunda:
"Al mismo tiempo que anuncian políticas, programas y fondos verdes para combatir el cambio climático, se definen claramente a favor del retorno a un capitalismo salvaje, de carácter extractivo y de corto plazo, el cual se encuentra en abierta contradicción con los intereses del gran capital de los sectores biotecnológico, farmacéutico, embotellador de agua y aquél interesado en convertir bosques y cubierta forestal en sumideros para el mercado multinacional de carbono".
Así mismo, señalan que estas acciones del gobierno federal están encubiertas por un disfraz de "verde filantropía" y apoyadas por organismos para-gubernamentales, nacionales e internacionales, de carácter "conservacionista", que desde hace muchos años han impulsado y aplaudido la política oficial de "despeje y despojo" de territorios indígenas biodiversos y su conversión en Áreas Naturales Protegidas, "en beneficio de la humanidad".
Y afirma que ha quedado demostrado en varios países, a lo largo de la historia, que los más afectados con el saqueo de recursos energéticos y minerales son los pueblos indígenas y comunidades campesinas, que hoy en Chiapas ven amenazados sus territorios, recursos naturales y derechos.
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